10 razones para incluir esta ciudad en la lista de viajes que hay que hacer
Jeonju es uno de los destinos más populares de Corea del Sur para los viajeros coreanos. Su arquitectura histórica y su vibrante panorama culinario le valieron en el 2012 el título de Ciudad de la Gastronomía de la Unesco, y es fácil entender por qué. Para los viajeros extranjeros todavía es un destino que se escapa del radar, pero existen muchas razones para que esto cambie en breve.
1. Contemplar cientos de 'hanok'
Tejados que se curvan hacia el cielo, paredes de barro encaladas y patios discretos son elementos típicos de las hanok, las casas tradicionales de la clase alta coreana. Jeonju cuenta con una de las mayores colecciones de hanok, cientos de casas dispuestas alrededor de una red de calles adoquinadas conocidas como Jeonju Hanok Maeul, en pleno centro de la ciudad. Pocas de ellas están habitadas, ya que albergan talleres, pequeños museos, teterías y boutiques.
2. Saborear el mejor 'bibimpap'
El bibimbap, un bol de arroz con verduras, pasta de chile y huevo, es uno de los platos estrella de Corea, y tiene un sinfín de variedades. Jeonju es la cuna del bibimbap y el mejor lugar para comerlo: los coreanos dicen que, en general, la comida sabe mejor en Jeonju, y allí sirven este plato con gelatina de brotes de judía mungo (una exquisitez local).
3. Conocer la dinastía Joseon
El fundador de la última dinastía política (y la más longeva) de Corea, Yi Seong-gye, era de Jeonju. Su retrato y placa honorífica están consagrados en el palacio Gyeonggijeon, construido en 1410, unos cuantos años después de su muerte; su última reconstrucción fue en 1614.
4. Dormir como un rey de los de antes
Muchas hanok hoy son pensiones, incluida la que fue propiedad del nieto del último rey de Corea. Como alojamiento son muy básicas, ya que se duerme en el suelo, sobre un colchón (aprovechando el ondol, un singular sistema de calefacción tradicional de la arquitectura coreana). Los viajeros pueden elegir entre una habitación sencilla en una casa tradicional auténtica o darse un lujo en una elegante estancia renovada con comodidades modernas.
5. Lanzarse a la comida en la calle: más y mejor
Para no dormirse en los laureles del bibimbap, Jeonju cuenta con una animada gastronomía callejera, tan popular como las hanok (sobre todo entre estudiantes y viajeros de presupuesto ajustado). Destaca la oferta de platos clásicos, como las hotteok (tortitas integrales), los tentempiés como el calamar frito, y una selección de platos nuevos en constante evolución. Las noches de los viernes y los sábados se puede comer hasta muy tarde en el mercado nocturno.
6. Volverse locos por el 'makgeolli'
Jeonju se desmelena al anochecer, pero no solo a base de cervezas y karaokes: lugareños de todas las edades se arremolinan alrededor de teteras de cobre llenas de makgeolli, licor de arroz sin filtrar, una bebida tradicional coreana. La ciudad tiene siete zonas nocturnas llenas de bares de makgeolli. Con cada tetera el bar sirve una ronda de comida gratis.
7. ... y por los cafés
El viajero puede elegir entre las creativas terrazas de los cafés junto a las galerías de Jaman, los locales hipsters del antiguo mercado de Nambu-sijang o los espacios iluminados y formales de las hanok reformadas.
8. Conocer artistas que han dejado su huella
Jaman Village es un pueblo dentro de la ciudad. Nació como un poblado de barracas tras la guerra de Corea. En lugar de desmantelarlo, un grupo de artistas le lavó la cara pintando coloridos murales en las paredes de las casas (una tendencia popular en Corea del Sur). Además, algunos artistas han decidido instalarse allí, abriendo galerías y tiendas.
9. Descubrir una aleccionadora historia religiosa
Dos puntos de interés clave ilustran la dura historia de los cristianos en Corea: la Jeondong Catholic Church y la Martyr Mountain. La primera es una iglesia de ladrillo rojo centenaria, construida en el lugar donde los coreanos católicos eran ejecutados hace un siglo; y la segunda es el lugar donde están enterrados, una ladera marcada con 13 cruces. Sin perder su carga histórica, la montaña es muy popular entre runners y paseantes, sobre todo a última hora de la tarde: las vistas de la puesta del sol desde la cima son las mejores de la ciudad.
10. Otear montañas en el horizonte
Jeonju está situado en el centro de una fértil cuenca rodeada de montañas. Fue una decisión estratégica que todavía hoy genera beneficios, como la amplia oferta de excursiones y posibilidades para estirar las piernas. Entre los picos cercanos destacan el Naejangsan, famoso por su follaje otoñal, y el Maisan, una curiosa formación escarpada parecida a las orejas de un caballo. Con excelentes conexiones de transporte (y una excelente comida), Jeonju es un magnífico campo base para explorar los rincones más remotos del sur de la península.