10 lugares para descubrir pescando
La pesca siempre anima unas vacaciones y supone un contacto con los lugareños, sea en busca de feroces pirañas, imponentes marlines negros o pescando gambas a caballo. ¡Además puede servir de cena!
1. Salmón (río Umba, península de Kola, Rusia)
Auroras boreales, rebaños de renos, nieve… La península de Kola es un paraíso invernal incomparable. Pero cuando llega la primavera, se transforma en otro tipo de paraíso: el de los salmones. Cada mes de mayo, montones de pescadores se dirigen el río Umba, de 123 km, en busca de algunos de los mejores salmones del Atlántico que existen. Se dice que los salmones remontan el Umba cinco veces al año, con lo que el flujo es continuo. Pero nada sale gratis: el río está aislado, la corriente es fuerte y los pescadores tienen que compartir espacio con los mayores aficionados al salmón: los osos.
La temporada de salmones en el Umba va de mayo a finales de octubre, y las capturas deben soltarse de nuevo. Véase información sobre viajes de pesca en www.murman.ru/guide/tourism/fishing-eng.shtml.
2. Marlín negro gigante (Cairns, Australia)
En el Gran Arrecife de Coral, cualquiera que tenga gafas de buceo puede encontrar a Nemo. Pero se necesita algo más para pescar un grande. El marlín negro gigante es una de las capturas más codiciadas del planeta: puede pesar hasta 750 kg y nadar a 130 km/h, y tiene la capacidad de convertir a los pescadores más veteranos (y, tras varias horas de batalla, también a sus muñecas) en gelatina. La imponente extensión de 250 km entre Cairns y la isla Lizard es el mejor lugar del mundo para pescarlo: se pescan más marlines negros gigantes en esta agua que en todo el resto del mundo.
En Cairns la temporada del marlín va de principios de septiembre a finales de diciembre. Véase el sitio web del Cairns Bluewater Game Fishing Club,
3. Pez gato (sur de EE UU)
¡A practicar el noodling! Esta arte de pesca, no especialmente refinada, consiste en meter la mano en una oquedad bajo el agua, esperar a recibir el mordisco de un pez gato de cabeza chata, asirlo con fuerza y sacarlo a la superficie. El noodling tiene sus inconvenientes (los peces gato tienen muchos dientes y nunca se sabe qué se encontrará), pero no solo lo practican los masoquistas: los indios americanos eran hábiles pescadores a mano, y en muchos estados sureños la práctica se ha convertido en una tradición transmitida de una generación a otra. Nadie lo practica a solas; si se hace una búsqueda por internet, se encontrarán numerosas expediciones a las que apuntarse.
El noodling es legal en Alabama, Arkansas, Georgia, Illinois, Kansas, Kentucky, Mississippi, Carolina del Norte, Oklahoma, Carolina del Sur, Tennessee, Texas y Wisconsin. Se practica de mayo a agosto.
4. Taimen (Cuenca del río Eg-Uur, Mongolia)
Mongolia es tierra de yaks, nómadas y de un té saladísimo. Pero este remoto país de Asia central, más famoso por sus estepas que por sus ríos, también es uno de los últimos reductos de la especie de trucha más grande del mundo, la taimen. Es una bestia fiera y caníbal (conocida allí como “lobo de río”), que puede alcanzar los 2 m y pesar 90 kg, y para pescarla hay que tener buen ánimo y buenos brazos. Hay ejemplares que viven 50 años, por lo que uno puede dedicar toda la vida a pescar la trucha perfecta.
Es obligatorio soltar las capturas en todos los casos. La temporada de pesca va de junio a noviembre.
5. Piraña (cuenca del Amazonas, Brasil)
Puede pasarle a cualquiera: unas cuantas horas viendo películas de serie B sobre pirañas y… ¡hidrofobia! Dado que nadar queda descartado, ¿por qué no pasar el rato pescando a esos pequeños demonios que nos han vuelto neuróticos? En Manaos, capital del estado brasileño de Amazonia, organizan numerosas excursiones para pescar (y en ocasiones comer) piraña. Si se echa un pedazo de carne al agua aparecen a docenas, pero sus afilados dientes pueden incluso cortar los anzuelos: mucho cuidado con no perder un dedo.
De julio a octubre es temporada seca en el Amazonas, y la pesca de la piraña se vuelve peligrosa, ya que los peces están hambrientos y más agresivos. El hotel Ariau Amazon Towers de Manaos organiza excursiones.
6. Gambas (Oostduinkerke, Bélgica)
Los que prefieran mirar pueden visitar Oostduinkerke, en la costa suroeste de Bélgica, donde los pescadores de gambas –paardenvissers en flamenco– no usan barcas, sino robustos caballos para la pesca de la gamba del mar del Norte. Desde hace 500 años, los pescadores galopan por la orilla, arrastrando un carro de madera (para asustar a las gambas y que salgan a la superficie) y una red de arrastre, en una tradición recientemente reconocida por la Unesco como “legado cultural intangible”. Es mejor dejar la pesca a caballo a los expertos, pero con un poco de suerte se puede conseguir plaza en el carro asusta-gambas.
Las temporadas de pesca en Oostduinkerke son de febrero a mayo y de septiembre a noviembre. Para más información contáctese con el centro de visitantes de Oostduinkerke.
7. Pez tigre (cuenca del río Congo)
Para sentir un subidón de adrenalina, no hay como la pesca del pez tigre, en el Congo. Es una aterradora bestia de afilados dientes y mal carácter, el equivalente africano de la piraña: un agresivo depredador con una larga historia de ataques a los humanos que caza incluso aves en pleno vuelo. El mbenga, como se le llama allí, puede crecer hasta 1,5 m y pesar más de 70 kg y no es de captura fácil: la lucha contra el pez es peligrosa y puede durar todo el día, lo que lo convierte en uno de los mayores desafíos de la pesca deportiva.
Si se quiere plantar cara al mbenga conviene apuntarse a una salida organizada, por seguridad. El mejor momento para la pesca es durante la temporada seca del Congo, de junio a octubre.
8. Pesca en hielo (Brainerd, EE UU)
Quien quiera practicar la pesca contemplativa frente a un agujero en el hielo tiene en Brainherd (Minnesota) su destino de ensueño. El festival anual Brainerd Jaycees Ice Fishing Extravaganza es el más grande de su género en el mundo: atrae a más de 12 000 pescadores amantes del frío… que pueden ganar hasta 150 000 US$ en premios. Los organizadores hacen 20 000 agujeros en el hielo del lago Gull –afortunadamente muy sólido– donde pescan diversos tipos de percas.
En www.icefishing.org se encontrará más información sobre la Ice Fishing Extravaganza, que se celebra cada mes de enero.
9. Calamares (bahía de Halong, Vietnam)
La pesca del calamar quizá no parezca muy atractiva, pero tras una noche en la bahía de Halong eso podría cambiar. Las noches sin luna decenas de juncos surcan las aguas verde jade de la bahía en busca de estos resbaladizos cefalópodos usados en la principal especialidad de la región: las salchichas de calamar. Con solo una caña de bambú, una red y una lámpara para atraer a los calamares a la superficie, cualquiera puede pescar más de 30 calamares en un par de horas. La inmovilidad de las aguas, salpicadas por el reflejo de todas esas lámparas, crea un ambiente contemplativo y romántico.
En Halong la temporada del calamar empieza en abril y dura hasta enero: los más grandes se pescan entre octubre y noviembre.
10. Trucha común (Río Grande, Tierra del Fuego)
Tierra del Fuego no es precisamente un territorio caliente, salvo en lo que a la pesca de truchas se refiere. En este archipiélago es donde mejor se pesca la trucha: el peso mínimo medio de las truchas de la región es de 4 kg (se dice que una de cada 50 capturas pesa más de 11 kg), y en el Río Grande se calcula que hay unos 70 000 ejemplares. Al estar en un lugar tan remoto, puede ser difícil llegar, pero cuando se vea la colosal estatua de la trucha del Río Grande se sabrá que se ha llegado.
A pesar de la abundancia de truchas, la pesca está muy restringida: es obligatorio soltar las presas capturadas. La temporada de pesca va de diciembre a mediados de abril.