La tercera mayor ciudad de Japón brilla, literalmente, en sus barrios adornados con luces de neón, y destaca en más de un sentido. Este antiguo puerto comercial es un núcleo artístico progresista, un centro de vida nocturna con una próspera escena LGTBIQ+, un paraíso gastronómico y el lugar donde se hallan algunos de los mejores vendedores ambulantes de comida, locales de música en vivo y tiendas de discos del país. Además, en el 2025 Osaka acoge de nuevo la Expo, una segunda oportunidad de organizar la mejor Exposición Universal de la historia.
Imprescindible
- Fotografiar los carteles de Dōtonbori; el cálido resplandor de las luces de neón de este barrio es un recuerdo imborrable.
- Seguir el bonito callejón empedrado Hōzenji Yokochō hasta el templo Hōzenji, parando en los diminutos restaurantes y cafés en el camino.
- Explorar el castillo de Osaka; esta majestuosa fortaleza blanca, una impresionante reconstrucción de la década de 1930, acoge un excelente museo.
- Remojarse en Spa World, un onsen (baño tradicional japonés) y parque de atracciones que combina las aguas termales con un toque kitsch.
Luces en el distrito de Dōtonbori. EarnestTse/Shutterstock ©
Regreso de la exposición
Resulta muy apropiado que la Expo Universal, la exposición de diseño innovador y creación científica más grande del mundo, se celebre en Osaka por segunda vez, pues esta es una de las urbes más dinámicas y progresistas del país. Es la primera ciudad de Japón que acoge la feria dos veces, con 55 años de diferencia, entre el 13 de abril y el 13 de octubre del 2025. Tuvo un gran éxito como sede de este evento cultural en 1970, pues fue la Expo con más afluencia de público del s. xx. Aún se puede ver la interesante Torre del Sol en el Parque Conmemorativo de la Expo, antes de visitar el nuevo y deslumbrante emplazamiento en la isla de Yumeshima, en los antiguos astilleros.
Con el tema "Diseñando la sociedad del futuro para nuestras vidas", el programa promete ser estimulante, revelador y con conciencia social, invitando a la interacción antes, durante y después del evento en el People's Living Lab. Igual de emocionante es el propio espacio; arquitectos de vanguardia han diseñado las salas, pabellones y espacios y han mantenido la tradición de los edificios impresionantes de la Expo.
Tradicional onsen japonés de Osaka. dryadphotos/Shutterstock ©
Comer hasta no poder más
Osaka goza de una merecida reputación como paraíso para los amantes de la comida, con dos de los platos más deliciosos de Japón: okonomiyaki, una especie de torta con capas de verduras, carne o pescado; y takoyaki, bolas rellenas de pulpo picado o cortado en dados, jengibre y cebolla. A diferencia de en el resto del país, resulta relativamente fácil encontrar versiones veganas, vegetarianas o 'halal' de sus famosos platos.
Puestos callejeros especializados en takoyaki: bolas de masa rellenas de pulpo y jengibre. Getty Images ©
Se aconseja ir a OKO, que acaba de duplicar su espacio y sirve excelentes versiones veganas y/o sin gluten de ambos platos; o a Genji-soba para los mejores soba y ramen veganos, vegetarianos y sin gluten de la ciudad. La escena gastronómica local no ha pasado desapercibida y el primer Time Out Food Market de Asia se inaugurará en un espacio verde regenerado hace poco, el parque Umekita, unos cientos de metros al noroeste de la estación de trenes.
Arte a otro nivel
El Museo de Bellas Artes de la Ciudad de Osaka, el Museo de Historia Natural de Osaka, el Museo de Cerámica Oriental, el Museo de la Ciencia de Osaka, el Museo de Historia de Osaka y el Museo de Arte Nakanoshima ofrecerán en el 2025 una vasta exposición conjunta, “Osaka-Haku”, con una muestra de las piezas que mejor representan la historia y la cultura de la ciudad.
Vivos colores otoñales en el parque Meiji no Mori Minō, a las afueras de Osaka. NU sniper/Shutterstock ©
Cada institución ha seleccionado 20 "tesoros de Osaka", tanto antiguos como modernos, recopilados y transmitidos de generación en generación, para que este año los visitantes puedan llegar al corazón de la riqueza y el carisma de la ciudad a través de la historia, las artes, las ciencias y la artesanía.
Aparte de estos grandes centros, se siguen abriendo pequeñas galerías, que brindan a los artistas visuales independientes la oportunidad de mostrar su trabajo. También hay una creciente escena de arte callejero y un proyecto para que los artistas contribuyan con sus murales al paisaje urbano, como el colectivo WALL SHARE.