Itinerario por 18 imprescindibles del oeste de España
1. Cáceres
El casco antiguo de Cáceres podría parecer solo un rumor al avanzar por los modernos suburbios que lo envuelven. Sin embargo, nada más pisar la Plaza Mayor, magnífico ejemplo de centro neurálgico de la vida local,
El casco antiguo de Cáceres © Christine Wagner / Flickr
Cáceres empieza a obrar su magia. Tras subir la escalera y pasar bajo el arco de la Estrella, se entra en un mundo de calles empedradas, palacios e iglesias, todos ellos casi intactos desde su época de apogeo, cinco siglos atrás.
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Casar de Cáceres queda unos 12 km al norte de Cáceres, bien señalizado, por la N630 que conduce a Plasencia.
2. Casar de Cáceres
Aunque Extremadura es más conocida por su jamón, en la zona hacen un queso también muy celebrado. La Torta del Casar es un queso picante y cremoso que se elabora en 40 días; normalmente suele tomarse untado en tostadas o con un filete, a modo de salsa.
El famoso queso Torta del Casar © MollySVH / Flickr
La calle principal del pueblo está llena de tiendas que venden este queso, con DOP, que cuenta además con el pequeño Museo del Queso.
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La carretera N630 pasa a solo 4 km de Casar de Cáceres. Se sigue 11 km en dirección norte, donde se toma la EX302 al oeste. Tras 11 km entre matorrales y colinas extrañamente atractivas, se llega a Garrovillas.
3. Garrovillas de Alconétar
A primera vista, Garrovillas se parece a cualquier otro pueblo extremeño, con sus casas encaladas, ventanas cerradas y lugareños que se detienen ante la presencia de visitantes.
La porticada Playa Mayor de Garrovillas © santiago lopez-pastor / Flickr
Sin embargo, al adentrarse en él se llega a su porticada Plaza Mayor, una de las más bonitas de la región, lo que ya es decir mucho.
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Se vuelve a la N630, se toma a la izquierda (norte), y a 7 km se frena para disfrutar de una magnífi ca panorámica del embalse de Alcántara. Después, se prosigue al noreste hasta Plasencia, a 45 km.
4. Plasencia
Por encima de un recodo del río Jerte, Plasencia es todo un espectáculo, con sus largas secciones de murallas defensivas, La vida fluye por su porticada Plaza Mayor, punto de confluencia de 10 calles que todos los martes, desde el s. XII, acoge el mercado. La torre de defensa mejor conservada de las murallas, en la parte alta del casco antiguo, es ahora el Centro de Interpretación de la Ciudad Medieval.
La catedral de Plasencia © JackF / Getty Images
Las iglesias románicas son una especialidad del lugar. En la doble catedral de Plasencia (la antigua es románica y la nueva es de estilo gótico y renacentista con una hermosa fachada plateresca) está la capilla de San Pablo, octogonal, con un impresionante Caravaggio de 1569 que representa a Juan Bautista.
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Es el momento de dejar atrás las carreteras más transitadas y adentrarse en los remotos valles de la Vera. Se toma la EX203 al este de Palencia y luego el desvío a Pasarón de la Vega, a unos 25 serpenteantes kilómetros.
5. Pasarón de la Vera
Situado en un valle, este bonito y tranquilo pueblo es una introducción muy apropiada a los encantos de La Vera.
La fuente de piedra de Pasarón de la Vera © santiago lopez-pastor / Flickr
En Pasarón de la Vega se encontrará abundante mampostería, una fuente de piedra en la plaza principal y algunas casas con muros de entramado de madera. Aunque el paso del tiempo resulta evidente, merece detenerse ante el palacio de los condes de Osorno.
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Se sigue hacia el sur junto a las colinas hasta Jaraíz de la Vera, a unos 8 km.
6. Jaraíz de la Vera
Todos los cocineros españoles saben que el pimentón de La Vera, tanto el dulce como el picante, no tiene parangón.
El pimentón de Jaraíz de la Vera © www.pimentonvera-origen.com
Jaraíz de la Vera es el lugar de donde procede gran parte de este legendario condimento. Merece la pena detenerse para comprar una lata de pimentón en su lugar de origen.
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Cuacos de Yuste se encuentra a solo 8 km al noreste de Jaraíz, por un tramo de carretera particularmente curvado de la EX203.
7. Cuacos de Yuste
Uno de los pueblos más bonitos de La Vera, Cuacos de Yuste ofrece una de las concentraciones más ricas de la singularidad arquitectónica de la zona: casas con muros de entramado de madera apoyadas en extraños ángulos, con los pisos superiores voladizos, sostenidos por pilares de madera o piedra. La plaza de la Fuente Los Chorros es imprescindible, al igual que la plaza Juan de Austria, construida sobre una roca.
Jardines del Monasterio de Yuste en Cuacos de Yuste © Pedro / Flickr
Además, en un hermoso enclave a 2 km del pueblo, está el monasterio de Yuste, adonde llegó Carlos I en 1557 a prepararse para su muerte. Es un lugar conmovedor, situado en medio de boscosas colinas, y un tranquilo contrapunto a la grandeza de las propiedades reales.
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Jarandilla de la Vera está solo a 10 kilómetros, pero llenos de cerradas curvas, al noreste de Cuacos de Yuste por la carrertera EX203.
8. Jarandilla de la Vera
Jarandilla es una de las paradas más atractivas de La Vera. Su iglesia, parecida a un castillo, en la plaza de la Constitución, fue construida por los templarios y cuenta con una fuente antigua que fue traída desde Tierra Santa.
Jarandilla de la Vera © vpogarcia / Flickr
Merece la pena llegar hasta aquí aunque solo sea para alojarse en su espectacular parador, parecido a una fortaleza, que se eleva contra un telón de fondo de laderas boscosas.
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La EX203 sigue con sus curvas durante los 18 km que hay hasta Valverde de la Vera.
9. Valverde de la Vera
Este es otro clásico pueblo de La Vera. Su hermosa plaza de España está llena de balcones de madera, y el agua brota de los surcos grabados en sus calles adoquinadas.
Valverde de la Vera © Luis Rogelio HM / CC
Valverde es también el escenario de una de las celebraciones más inquietantes de la Semana Santa: los empalaos.
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Se vuelve a Cuacos de Yuste (un trayecto que merece la pena recorrer dos veces) y luego se asciende hasta el monasterio de Yuste; desde allí, una estrecha carretera con bonitas vistas lleva a Garganta la Olla, a 7 km.
10. Garganta la Olla
Este pintoresco y escarpado pueblo tiene puertas cuyos dinteles muestran inscripciones del s. XVI con su fecha de construcción y el nombre de su propietario original.
Casa de las Muñecas de Garganta la Olla © leopoldo de castro / Flickr
Hay que buscar la casa de las Muñecas. Pintada de azul, fue un burdel durante al reinado de Carlos I, y ahora es una tienda de recuerdos. También es destacable la Casa de Postas Posada de Viajeros, donde supuestamente se alojó Carlos I.
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Desde Garganta la Olla, se toma la carretera que recorre la sierra de Tormantos y el puerto de Piornal (1269 m) vía el valle del Jerte (aprox. 1 h). El trayecto atraviesa tupidos bosques, con hermosas vistas a través de los árboles a ambos lados de la carretera.
11. Valle del Jerte
Este valle confirma que el norte de Extremadura es un enclave gourmet. En el flanco sureste del valle, Piornal (1200 m), el primer pueblo al que se llega tras bajar el puerto del mismo nombre, es famoso por su jamón serrano.
Cerezos en flor del Valle del Jerte © Marian / Flickr
Más abajo, en las laderas, el valle del Jerte es donde se cultivan la mitad de las cerezas de España, un mar de flores blancas en primavera. Más al noreste por las faldas del valle se llega a Cabezuela del Valle, cuya plaza de Extremadura tiene algunas bonitas casas con balcones voladizos.
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Un espectacular y serpenteante trayecto de 35 km lleva desde el norte de Cabezuela, vía el puerto de Honduras (1430 m), hasta Hervás, en el valle de Ambroz. Desde allí, en dirección oeste, hay unos 25 km de carretera hasta Granadilla.
12. Granadilla
El pueblo fantasma de Granadilla es un seductor recordatorio de cómo era Extremadura antes de la modernización. Fundado en el s. X pero abandonado en la década de 1960, cuando se construyó la cercana presa, la arquitectura tradicional de Granadilla ha sido cuidadosamente restaurada como parte de un proyecto educativo.
El pueblo fantasma de Granadilla © santiago lopez-pastor / Flickr
Se accede por la puerta de la Villa, dominada por un castillo. Desde aquí, la adoquinada Calle Mayor asciende hasta la rústica Plaza Mayor. También vale la pena recorrer la parte superior de las murallas almohades, con magníficas vistas del pueblo, el lago y los pinares.
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Se vuelve a la N630, el enlace principal y la carretera más transitada entre Extremadura y Castilla y León, y poco después de pasar a esta última comunidad, se siguen las indicaciones a Béjar y se asciende la empinada, estrecha y sinuosa carretera de montaña hasta Candelario (aprox. 1 h desde Granadilla).
13. Candelario
Este pueblo es la puerta de entrada a la sierra de Béjar, ya en al provincia de Salamanca, un lugar con más localidades pintorescas y ondulados paisajes montañosos; aquí las cumbres suelen permanecer nevadas hasta después de Semana Santa.
Candelario © Marta Arias Lopez / Flickr
Candelario es el pueblo situado a mayor altura y se caracteriza por sus casas de piedra y madera apiñadas para protegerse del duro clima invernal. Es un popular destino de veraneo y una gran base para hacer senderismo.
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Se regresa a Béjar, se cruza la N-360 y se continúa hacia el noroeste por la maravillosa y serpenteante SA515, que pasa por pequeñas poblaciones como Cristóbal y Miranda del Castañar hasta llegar a lo alto de una loma desde donde ya se ve Mogarraz, a unos 45 min de Candelario.
14. Mogarraz
Con algunas de las casas antiguas más atractivas de la región, Mogarraz es famoso por su jamón y embutidos, así como por algo más reciente: más de 400 retratos de sus antiguos y actuales residentes, pintados por el artista local Florencio Maíllo, pueden verse en el exterior de las casas.
Los retratos de Florencio Maíllo en las fachadas de Mogarraza © Harald Johnsen / Flickr
La historia de este extraordinario proyecto se remonta a la década de 1960, cuando muchos lugareños tuvieron que abandonar el pueblo en busca de trabajo. Para ello necesitaban carnés de identidad, y eso fue lo que inspiró los retratos.
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La carretera se retuerce a lo largo de las paredes de las empinadas colinas de la sierra de Francia y, en dirección norte, lleva a San Martín del Castañar. El recorrido no debería superar los 30 min.
15. San Martín del Castañar
Si se busca un pueblo que no haya cambiado con el paso de los años, bien podría ser este. San Martín del Castañar es uno de esos lugares donde la gente mayor pasa el día de cháchara en los umbrales de las puertas y donde apenas se ve un edificio moderno.
Muros de entramado de madera de San Martín del Castañar © jose vicente / Flickr
En San Martín del Castañar todo son casas de muros de entramado de madera, fuentes de piedra, flores que caen en cascada desde los balcones y un río burbujeante. En la parte alta del pueblo hay una pequeña plaza de toros, al lado del restaurado castillo y de un cementerio histórico.
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Al este San Martín, la carretera se eleva un poco más y brinda unas magníficas vistas de la peña de Francia, el punto más alto y escarpado de la sierra. Más adelante, por la SA202, hay que girar a la izquierda a La Alberca. El trayecto no debería superar los 20 min.
16. La Alberca
Este es uno de los pueblos más grandes y mejor conservados de la sierra de Francia, una histórica y armoniosa maraña de estrechos callejones y casas destartaladas construidas con piedra, vigas de madera y yeso. En los dinteles pueden verse sus fechas de construcción (en su mayoría de finales del s. XVIII).
La Alberca © MAngeluX / Flickr
Hay muchas tiendas que venden productos locales, como jamón y cestas. La céntrica Plaza Mayor, que los sábados por la mañana acoge el mercado semanal, es como de tarjeta postal.
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Se vuelve a la carretera SA202 y luego se toma a la izquierda (noroeste) la C515, que, por un terreno menos escarpado, lleva hasta Ciudad Rodrigo (a 50 km de La Alberca).
17. Ciudad Rodrigo
Cercana a la frontera con Portugal y alejada de las rutas turísticas, la soñolienta Ciudad Rodrigo es una de las localidades más bonitas del oeste de Castilla y León, con un casco antiguo amurallado que alberga algunos de los ejemplos mejor conservados de arquitectura plateresca, aparte de Salamanca. En el centro histórico, los grandes atractivos son la elegante catedral de Santa María y la larga e inclinada Plaza Mayor, donde se encuentra el impresionante ayuntamiento, si bien el edificio más bonito de la plaza es la casa del Marqués de Cerralbo,
La catedral de Ciudad Rodrigo © Sérgio Santos / Flickr
También merecen destacarse el palacio de los Ávila y Tiedra y los numerosos escalones que llevan a los restos de las murallas que pueden recorrerse y gozar de unas vistas fabulosas. Una propuesta diferente es el Museo del Orinal, el único museo de España (y posiblemente del mundo) dedicado a este objeto.
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La tranquila SA324, al norte de Ciudad Rodrigo, pasa por Castillejo de Martín Viejo (17 km) y San Felices de los Gallegos (40 km), con una bonita Plaza Mayor y un castillo muy bien conservado. Después de Lumbrales, unos 10 km más al norte, la carretera (ahora la SA330) se estrecha y discurre entre paredes de piedra, aunque un poco más arriba hay unas preciosas vistas.
18. Parque Natural de Arribes del Duero
Aunque poco conocido, este parque natural es uno de los accidentes geográficos más espectaculares de Castilla y León. A poca distancia de Lumbrales, el mirador del Cachón de Caneces ofrece las primeras vistas escarpadas. Sin embargo, es en Aldeadávila de la Ribera, unos 35 km más al norte, donde puede disfrutarse de las panorámicas que hacen que esta ruta merezca la pena.
Vistas desde el Picón de Felipe © Marta Arias López / Flickr
Antes de entrar en el pueblo, hay que girar a la izquierda; hay una gran señal de color púrpura. Después de 5,1 km, un sendero de 2,5 km lleva al mirador El Picón de Felipe, con fabulosas vistas del desfiladero. De vuelta a la carretera, a 1 km se encuentra el mirador del Fraile, con extraordinarias vistas del profundo cañón, de pronunciadas paredes rocosas. Esta es una zona privilegiada para la observación de aves, con numerosas rapaces que anidan en las paredes rocosas y buitres leonados que planean sobre las aguas termales. El parque será un maravilloso colofón a esta fantástica ruta.
Y si ya se ha recorrido el oeste, se puede viajar al norte de España:
El norte de España por carretera, una ruta por los Picos de Europa
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