Las mejores playas urbanas artificiales de Europa
Estar lejos de la costa no tiene por qué ser un obstáculo para disfrutar de un buen día de playa. Muchas grandes ciudades han creado fantásticas playas artificiales en el mismísimo centro. ¡Y no tienen nada que envidiar a las mejores playas del mundo! Chiringuitos, hamacas, cuerpos bronceados tendidos al sol, sombrillas e incluso palmeras… no falta de nada en estas playas urbanas a las que se llega en metro, y que son perfectas para darse un chapuzón, hacer amigos o soñar con que uno está en una isla al otro lado del mundo.
París-Plage: vacaciones al borde del Sena
Cada año, desde 2002, París se transforma en un destino veraniego y algunas de las vías en torno a las orillas del Sena se convierten trocan en zonas peatonales y se convierten en una playa en la que no faltan las tumbonas, las palmeras y las sombrillas.
La primera playa que se inauguró en París fueron los tres kilómetros de orilla del Louvre al Pont de Sully, en pleno centro histórico. Y ahí sigue cada año, con montones de actividades al aire libre, chiringuitos, juegos para niños y tumbonas para relajarse junto al río.
Pero ahora hay otras zonas, como la playa de Le Bassin de la Villette, desde la Rotonda de Ledoux (metro Jaurès) hasta los antiguos Magasins Généraux (rue de Crimée), donde los muelles se convierten en una auténtica fiesta para disfrutar del agua, una base náutica con remo, canoa, kayaks, etc.
Nottingham Riviera: la playa urbana más grande del Reino Unido
Para construir la playa urbana más grande del Reino Unido tuvieron que transportar más de 300 toneladas de arena hasta la antigua plaza del mercado. Pero el resultado merece la pena: una verdadera playa en pleno centro de la ciudad de Nottingham. Hay muchos juegos para niños, tumbonas y un ambiente perfecto para que los ingleses se entrenen antes de viajar hasta las playas mediterráneas (o para que se consuelen si no pueden hacerlo).
Københavns Havnebad Islands Brygge (Copenhague): chiringuitos nórdicos
En Copenhague, la playa no está muy lejos (por ejemplo la de Orbaek está a pocos kilómetros de la capital). Pero incluso sin salir de la ciudad se puede disfrutar de un ambiente casi de chiringuito mediterráneo: los daneses han convertido un muelle de una antigua zona industrial en una animada playa veraniega en la que se dan cita casi 600 personas. Hay juegos, barbacoas y una red de voleibol. No es el mejor sitio del mundo para darse un chapuzón pero sí para refrescarse. Está situado a cinco minutos en bicicleta de Radhuspladsen, la plaza del Ayuntamiento.
Blijburg aan Zee (Ámsterdam): hogueras, festivales y ambiente bohemio
En BlijburgaanZee, la playa de Ámsterdam, se nota el ambiente bohemio y relajado propio de la ciudad. Pero además, podemos hacernos perfectamente la idea de estar muy lejos, en una auténtica playa caribeña o mediterránea.
Desde su apertura en 2003, Blijburg ha sido la playa urbana más conocida de Ámsterdam. Es nómada y no siempre está en el mismo sitio dentro de las islas de Ijburg. El público es lo que no cambia: los “playeros” acuden siempre para disfrutar de sus hogueras, sus festivales, música en directo, copas de verano y comida vegetariana y orgánica de todo el mundo.
Yaam (Berlín): reggae a orillas del Spree
Berlín es una ciudad lluviosa y alejada del mar pero ha conseguido que los berlineses no echen de menos el ambiente veraniego de playa. A lo largo del río Spree hay palmeras artificiales y arena procedente de las obras de la ciudad (o acarreada en camiones desde la costa báltica) y se han instalado bares más o menos informales que convierten la capital alemana en una especie de paraíso tropical los días calurosos de verano.
Uno de los bares playeros más populares y relajados es Yaam, en Friedrichshain, donde se escucha permanentemente reggae y otros ritmos caribeños mientras se disfruta de las mejores comidas y bebidas de aquella exótica parte del mundo. A lo largo de las playas berlinesas hay una oferta completa para escuchar conciertos, practicar deportes o planes familiares para ir con los niños.
Žlutélázně (Praga): una playa en un país sin mar
A los habitantes de Praga les importa muy poco que su país no tenga ni un solo centímetro de playa natural. Los bañistas se instalan en verano junto al río Moldava, y en la misma ciudad de Praga la playa más grande junto al río es la de Žlutélázně, una zona recreativa con auténtico ambiente veraniego: mesas de ping-pong, campos de fútbol, canchas de voleibol, campos de petanca, rocódromo y espacios con hamacas para echarse una siesta. Hay piscina infantil, acceso wifi, cervecería al aire libre, restaurantes, sesiones de DJ e incluso zona para nudistas.
Está solo a pocas paradas de tranvía desde el castillo de Vyšehrad, y es perfecta para escapar del calor del verano en la ciudad centroeuropea.
Tropical Islands (Alemania): el Caribe en un hangar
No es exactamente una playa, pero sí un lugar refrescante y original en pleno corazón de Europa, concretamente en Krausnick, a 35 km del centro de Berlín. Se describe a sí mismo como un “centro de ocio tropical” y ocupa un hangar abandonado de la antigua compañía Cargolifter AF. La nave es realmente inmensa (66 000 m2 y 107 m de altura) y ha logrado recrear todo el ambiente del Caribe, con gran variedad de árboles y plantas procedentes de Sudamérica, aves exóticas, playas artificiales, piscinas, toboganes de agua, y por supuesto, bares, restaurantes, espectáculos y atracciones.
Lo mejor es que no solo está abierto en verano sino que en la fría Europa invernal se puede agradecer su temperatura media de 26˚C (el agua a 28) y su ambiente de isla caribeña. Es más que un parque de atracciones e incluye distintas zonas temáticas, como una aldea tropical con edificios originales procedentes de Samoa, Tailandia o Bali y logdes tematizados.
Playa de verano (Viena): chiringuitos a ritmo de vals
Aunque Viena está a casi 500 km de la costa más cercana, no ha renunciado a tener su propio paseo marítimo para que los vieneses y los turistas se refresquen con un chapuzón en la playa. El Donaukanal, un estrecho brazo del Danubio de 17 km de longitud, se convierte cada verano en una animada playa urbana que incluso se ha ganado a pulso ser incluida entre las visitas obligadas de los turistas.
Desde mayo a octubre a hay de todo: restaurantes, bares y mucha vida cultural, como la del observatorio astronómico Urania, reconvertido en cine, o el chiringuito Hermann, con fina arena y tumbonas que nos transportan a cualquier playa del sur. Uno de los montajes más originales es el el Badeschiff, una piscina pública de 30 m instalada sobre la estructura de una vieja nave fluvial y en la que se puede, literalmente, bañarse en el canal sin mojarse en él.
Madrid Río: ¡Aquí si hay playa!
Y no podíamos terminar sin un baño mucho más cercano. En Madrid, en medio de la calurosa meseta, también hay playas urbanas artificiales, aunque solo sea para contradecir a Los Refrescos que cantaban aquello de “Vaya, vaya, aquí no hay playa”. Por fin, desde hace unos años, Madrid tiene su propia playa en Madrid Río, en Arganzuela. Es una playa popular, divertida y sin prejuicios, más para remojarse que para nadar, pero algo es algo. Y la gente se lo pasa en grande en este nuevo parque junto al Manzanares, bajo sus inesperadas fuentes, que de repente sueltan sin avisar chorros de agua ante los gritos de la concurrencia: niños, adolescentes y familias enteras en bañador en pleno centro de Madrid, disfrutando como si estuvieran en la mismísima Costa del Sol.
La playa es el espacio más fresco de este parque del sur de la ciudad, que ha recuperado para los madrileños más de 12 000 m2 de ocio, con zonas infantiles, carriles para bicis y patines, campo de fútbol y una explanada para actos culturales. ¡Ya hay playa para todos!