Nicosia/Lefkosia, Chipre

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Varios autores de Lonely Planet
La mezquita Selimiye en el norte de Nicosia
© Evgeni Fabisuk / Shutterstock

Mitad griega, mitad turca

Desde 1974, la soleada Nicosia (Lefkosia), en Chipre, está dividida por una línea de demarcación vigilada por la ONU, con una mitad griega y otra turca viviendo, en gran medida, segregadas. Pero, mientras la pandemia obligaba a cerrar fronteras en todas partes, aquí la reacción fue la aparición de proyectos culturales intercomunitarios que hacen más cautivadora que nunca a la única capital dividida del mundo, con su curioso crisol de culturas mediterráneas.

Una vista icónica

Culturalmente europea, pero geográficamente en Próximo Oriente, Nicosia es un rico y extravagante cóctel de influencias griegas, turcas, musulmanas y cristianas donde todo vale. Pero antes de zambullirse en la animada capital de Chipre, se recomienda ir en bici al norte de la ciudad, hasta el monte Pentadaktylos (Beşparmak en turco), para contemplar en su ladera una imagen impactante: una bandera gigante –ocupa la superficie de 40 campos de fútbol– con la estrella y la media luna rojas sobre fondo blanco, creada con piedras pintadas; la bandera de la escindida República Turca del Norte de Chipre (Chipre del Norte), que ocupa la parte norte de la isla desde 1983, pero que solo reconoce Turquía

Calles de Nicosia
El casco antiguo de la ciudad © Evgeni Fabisuk / Shutterstock

Cruzando la Línea Verde

La Línea Verde divide Nicosia en dos desde la invasión turca de 1974. Cruzarla a pie supone comprobar la compleja historia de la isla y experimentar la división física entre la República de Chipre, al sur, y Chipre del Norte. Tiendas, museos, galerías de arte, plazas, terrazas de cafés donde se canta a viva voz blues bouzouki e iglesias a la luz de las velas y con iconos bizantinos en el sur dan paso a un túnel del tiempo de bazares laberínticos, mezquitas, un imponente caravasar otomano y las decadentes casas adosadas de Nicosia del Norte (Lefkoşa en turco). Cruzar la Línea Verde es descubrir dos comunidades distintas, aunque profundamente entrelazadas: hoy, casi todos los griegos chipriotas y turco de la isla se consideran primero chipriotas y después, griegos o turcos. 

Buyuk Han
 Büyük Han, el famoso caravasar de la ciudad © Yakup YENER / Shutterstock 

Un patrimonio compartido

La restauración de monumentos históricos –fuentes otomanas, iglesias y mezquitas– realizada por arqueólogos, ingenieros y arquitectos de ambas comunidades ha sido la apuesta comunitaria del Comité Técnico del Patrimonio Cultural, financiado por la UE. Su hashtag #oursharedheritage arroja luz sobre los nuevos tesoros que verán los visitantes en el 2022: se puede dar un paseo por el tiempo desde la antigua ciudad-reino de Ledra hasta los recientes años de tensión política.

 El Covid-19 también engendró United by Sound, un proyecto en el innovador centro comunitario Home for Cooperation, en tierra de nadie desmilitarizada, que pretendía conectar a las dos comunidades y animar al diálogo a través de la música.

La gran cantidad de proyectos musicales que promociona Home for Cooperation, como los conciertos en la azotea del Home Café y el festival anual de artes escénicas Buffer Fringe, son otra buena excusa para disfrutar, copa de ouzo y meze mediante, de Nicosia durante el 2022. Así, el viajero podrá también contribuir con su propia voz a estas alentadoras iniciativas intercomunitarias.

Monte Nicosia
Atardecer sobre las montañas de Pentadaktylos (Beşparmak en turco) © DILOCOM / Shutterstock

 

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