Para descubrir pedaleando la isla más grande del Caribe, se puede volar hasta La Habana y luego estirar las piernas con un paseo en bicicleta por el Malecón, con las olas a un lado y el esplendor colonial al otro. Por la noche se puede aparcar la bicicleta y hacer una ruta por varios locales de salsa degustando cócteles de ron local.
Se puede ir hacia el este de La Habana para disfrutar de los placeres tropicales de las playas de Varadero y después cruzar hasta la punta oriental de ia isla, para enfrentarse a la Sierra Maestra, la cordillera más alta de Cuba, de 300 km de largo. Si no, se puede ir hacia el oeste para pedalear por el frondoso valle de Viñales, con plantaciones de tabaco, mogotes y tranquilos senderos que parecen hechos para la bicicleta. (www.travel2cuba.co.uk)
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