A pesar de su nombre sensacionalista, sus amenazantes gruñidos, sus rechinantes dientes y sus escalofriantes gritos, que pueden escucharse a varios kilómetros de distancia cuando una horda devora un cadáver, el demonio de Tasmania, el marsupial carnívoro más grande de Australia tiene una mala fama en gran parte inmerecida.
Tampoco ayuda mucho la visión de un wombat muerto agitándose mientras del interior de su cuerpo sale un demonio cubierto de sangre (normalmente se comen los cadáveres grandes de dentro hacia fuera). Sin embargo, los demonios de Tasmania en general son tímidos y solitarios.
La vida es una lucha constante desde su nacimiento. En cada camada nacen hasta 50 crías, del tamaño de un grano de arroz, que deben subir 8 cm desde el canal de parto hasta el marsupio de su madre, donde se pelean por acceder a una de las cuatro mamas. Solo hay cuatro ganadores y parece ser que la evolución favorece a los más fuertes y feroces.
La mejor forma de ver a estos carnívoros nocturnos es conducir por carreteras forestales una hora o dos después del atardecer. En enero y febrero, sobre todo alrededor de la montaña Cradle, en el Parque Nacional de Cradle Mountain - Lake St. Clair, pueden verse jóvenes recién independizados demasiado inexpertos para evitar ser detectados. (www.parks.tas.gov.au)
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