El fabuloso Semmeringbahn o ferrocarril de Semmering ofrece un viaje panorámico por los Alpes orientales y evoca con nostalgia los primeros tiempos del tren. Unos 20 000 obreros trabajaron para construir en el s. XIX el primer ferrocarril alpino, una hazaña de la ingeniería declarada Patrimonio Mundial por la Unesco. Aunque la electricidad ha sustituido al vapor, es fácil imaginar el asombro de los primeros pasajeros al atravesar los 16 viaductos, 15 túneles y 100 puentes de piedra del trayecto.