La historia geológica de El Hierro comienza hace ‘solo’ 1,2 millones de años: desde entonces, han ido dejando sus huellas megadeslizamientos de tierra y erupciones volcánicas. Mucho más tarde llegarían los pobladores aborígenes (los bimbaches) y los exploradores castellanos, ya en el s. xv. Aquí, anfiteatros de lava, conos volcánicos, centenarias viñas, elegantes iglesias y caseríos tradicionales desvelan los misterios del pasado.
La población aborigen llegó a El Hierro desde el norte de África, creando una sencilla sociedad que vivía en cuevas o tubos volcánicos y se dedicaba a la agricultura, la ganadería, la pesca y la caza. Los más notables vestigios bimbaches son los misteriosos petroglifos que dejaron alrededor de la isla, especialmente en la zona de El Julan. A principios del s. xv, el explorador Jean IV de Béthencourt desembarcó en lo que luego sería El Hierro, y la isla rápidamente cayó bajo control de la Corona de Castilla.
No fue hasta 1912 cuando la isla se convirtió en autónoma, y se crearon los ayuntamientos de Valverde y La Frontera. A lo largo del s. xx, muchos herreños se vieron forzados a emigrar en busca de trabajo y oportunidades. Desde entonces la situación ha mejorado, y la economía actual de la isla se centra en la agricultura, la ganadería, la quesería y la pesca, además del creciente turismo. La última gran erupción volcánica ocurrió hace más de 200 años, pero, en octubre del 2011, estalló el volcán submarino Tagoro: la erupción duró seis meses, creando un nuevo fondo marino rico en minerales tras arrasar con toda vida acuática existente.