Formado por un laberinto de callejuelas y patios que mantienen su aire medieval, el Call Jueu de Girona es una de las juderías mejor conservadas de Europa. Además de pasear por sus calles (de la Força, Pujada de la Catedral, Manuel Cúndaro, Sant Llorenç, etc.), vale la pena visitar la última sinagoga de la ciudad, hoy convertida en el Centre Bonastruc ça Porta y el Museu d’Història dels Jueus, que explica la historia de las comunidades judías de Cataluña y en especial la de Girona. En el barrio es imposible no pararse ante la imponente catedral, cuya gran nave de 23 m es el espacio gótico abovedado más ancho del mundo; también llaman la atención los Baños Árabes, una singular construcción románica inspirada en las termas romanas. Ya fuera del Call Jueu, pero a pocos metros de distancia, el río Onyar, que cruza la ciudad, muestra un conjunto de casas cuyas fachadas reflejadas sobre el propio río crean un bello arco cromático de vivos colores que constituye una de las imágenes más icónicas de la ciudad.