Historia de Florencia

La versión más aceptada es que el emperador Julio César fundó Florentia hacia el 59 a.C. Indicios arqueológicos sugieren la presencia de una aldea anterior fundada por los etruscos de Fiesole alrededor del 200 a.C.

En el s. XII Florencia se convirtió en un comune (municipio) libre, gobernado por 12 priori (cónsules) ayudados por el Consiglio di Cento (Consejo de Ciento), formado principalmente por ricos mercaderes. Las diferencias entre las facciones hicieron que en 1207 se nombrara a un podestà (magistrado) extranjero.

Los primeros conflictos entre dos de las facciones, los güelfos (Guelfi), a favor del papa, y los gibelinos (Ghibellini), a favor del emperador, empezaron a mediados del s. XIII, y el poder fue pasando de un grupo a otro durante casi un siglo.

En la década de 1290 los güelfos se dividieron en dos: los Neri (negros) y los Bianchi (blancos). Cuando los Bianchi fueron derrotados, Dante estaba entre los que fueron desterrados en 1302. A medida que la nobleza perdía fuerza, los mercaderes güelfos tomaban el control, pero los problemas nunca desaparecieron. La plaga de peste de 1348 redujo la población a la mitad y el gobierno se vio amenazado por la agitación de las clases bajas.

En el s. XIV la ciudad estuvo gobernada por un grupo de güelfos liderados por la familia Albizi. Entre sus opositores estaban los Médicis, cuyo poder aumentó notablemente al convertirse en los banqueros papales.

Cosme el Viejo (Cosme de Médicis) emergió como líder de la oposición a los Albizi en el s. XV y se convirtió en el gobernante de Florencia. Su buen ojo para el talento artístico hizo que bajo sus auspicios floreciera toda una constelación de artistas como Alberti, Brunelleschi, Lorenzo Ghiberti, Donatello, Fra Angelico y Fra Filippo Lippi.

El gobierno de Lorenzo el Magnífico (1469-1492), nieto de Cosme, condujo al período más glorioso de la civilización florentina y del Renacimiento italiano. Su corte fomentó el arte, la música y la poesía, convirtiendo Florencia en la capital cultural de Italia. Poco antes de su muerte, el banco de los Médicis quebró y la familia fue expulsada de la ciudad, que cayó en manos de Savonarola, un monje dominico que instauró una república puritana y quemó parte de su riqueza en la “hoguera de las vanidades”. Pero tardó poco en caer en desgracia y ser juzgado por hereje y ejecutado en 1498.

Tras ser derrotada en 1512 por España, el emperador Carlos V casaría a su hija con el bisnieto de Lorenzo, Alejandro de Médicis, al que hizo duque de Florencia en 1530. Siete años más tarde, Cosme I tomó las riendas y se convirtió en gran duque de Toscana después de que Siena cayera en sus manos en 1569, lo que marcó el comienzo de más de 150 años de dominio Médicis en la región.

En 1737 el Gran Ducado de Toscana pasó a la casa francesa de Lorena, que, aparte de una breve interrupción durante la época napoleónica, retuvo su control hasta que en 1860 se unió al Reino de Italia. Florencia fue un tiempo la capital nacional, pero Roma asumió ese título de forma permanente en 1870.

La ciudad sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial, fue devastada por inundaciones en 1966, y en 1993 la mafia hizo explotar un coche bomba que destrozó parte de los Uffizi. Desde 1997 la Galería de los Uffizi se halla en su mayor proceso de ampliación, un proyecto de 65 millones de euros conocido como Nuovi Uffizzi, y cuya fecha de finalización sigue siendo un misterio.

 

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