Comienza el día con la peregrinación a Gattullo para deleitarse con su pastelería. Continúa con el arte contemporáneo de la Fondazione Prada, ubicada en una antigua fábrica de coñac y diseñada por OMA.
Tras comer pasta artesana en Pastamadre, es el turno del Quadrilatero d’Oro. Se puede tomar un café en Pasticceria Cova, pasear por las exclusivas calles y comprar caprichos en Sermoneta y Pellini.
El recorrido termina en el Museo Poldi Pezzoli, una casa antaño aristocrática llena de obras de arte renacentistas. Y por la noche, un cóctel en The Spirit, cena en la Trattoria del Pescatore o música en directo en Santeria Social Club.