Este barrio que baja hacia el río, con sus pintorescas casas de colores y ropa tendida pegadas a la ladera, es una delicia para deambular sin rumbo. Además de un puñado de sitios y un museo abarrotado de arte, el gran atractivo del lugar son sus callejuelas, por donde perderse y encontrar elevados miradores, bares anclados en el pasado y tascas familiares como las de Vitória, el barrio judío. Aquí cada calleja adoquinada rezuma historia.
Se empieza por el Museu Nacional Soares dos Reis y su colección de artes plásticas y decorativas, recuperándose luego con un café o un almuerzo de origen ecológico en el cercano Época.
Después se visita el gratuito Centro Português de Fotografia, que ocupa una antigua cárcel. Desde aquí se entra en la antigua judería. Siguiendo la Rua de São Bento da Vitória se llega a la Igreja Nossa Senhora da Vitória.
Al caer la tarde se tendrá toda la ciudad ante los ojos en el Miradouro da Vitória antes de disfrutar del vino y el jazz en Mirajazz, azotea-terraza de moda.