Este barrio histórico es el mayor reclamo de Oporto. Su dédalo de callejas medievales (Patrimonio Mundial de la Unesco) se extiende hasta un paseo que bordea el Duero, con vistas del Ponte de Dom Luís I y, en la orilla opuesta, las bodegas de oporto de Vila Nova de Gaia. Lleno de atracciones, tiendas y restaurantes (y hordas de turistas), Ribeira es como una postal.
Se empieza en la catedral románica fortificada, la Sé, que desde lo alto domina las callejas del casco histórico declarado Patrimonio Mundial. Destaca la bella Rua das Flores, con el prominente Museu da Misericórdia do Porto, cafés con terraza y tiendas especializadas. Se puede hacer una visita al espléndido Palácio da Bolsa antes de girar la esquina y visitar la Igreja de São Francisco, con sus dorados y su esplendor barroco.
Al caer la tarde e iluminarse el emblemático Ponte de Dom Luís I, se pasea por el Cais da Ribeira, bordeado de bares. Se reserva para cenar en Cantina 32 unos imaginativos petiscos (tapas) o se disfruta en Prova de buenos vinos y jazz suave.