Erigiéndose orgulloso al final del malecón del río Neva, el palacio más famoso de Rusia aloja su museo más célebre. Poco pueden hacer los visitantes para prepararse ante la escala y calidad de las exposiciones, que esbozan como ningún otro lugar la historia del arte occidental con una ingente cantidad de obras de Rembrandt, Rubens, Picasso y Matisse. Redondean la muestra excelentes antigüedades, esculturas y joyería. Si con esto no bastara, habrá que contentarse deambulando por las estancias privadas de los Romanov, quienes residieron en el Palacio de Invierno hasta 1917.
El Hermitage
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