La corona de Atenas es la Acrópolis, y el Partenón, su joya. El emblemático monumento se eleva sobre la ciudad y en la ladera sur un fabuloso museo moderno alberga sus tesoros. El paseo peatonal entre ambos es una autopista de turistas y meta predilecta de los lugareños para un paseo al atardecer. Hacia el sur, los tranquilos barrios de Makrygianni y Koukaki muestran un retazo de la vida corriente ateniense.
Quienes visitan Atenas, evidentemente, van derechos a la Acrópolis; resérvese como mínimo una hora y media, y mejor ir al abrir, para evitar los grandes grupos organizados. (Si no, al menos 90 min antes del cierre, directo al Partenón, donde el personal empieza a recoger antes, y luego seguir hacia la ladera sur). En cualquier caso, sobre mediodía conviene estar en los recintos con aire acondicionado del Museo de la Acrópolis. Tras pasear por la calle peatonal, se puede cenar con vistas a la Acrópolis o poner rumbo sur donde hay más alternativas. Los que deseen ir de compras quizá prefieran llegar antes para visitar las originales boutiques del tramo de Veïkou.