Gazi protagoniza el típico cuento urbano: un distrito industrial abandonado que renace gracias a artistas y dueños de locales. Pasada una década, la periferia del barrio se convierte en el centro y sigue transformándose. Hoy en Keramikos y Metaxourgeio, al este de Gazi, surgen atractivos bares desaliñados y cafés, junto a mansiones en ruinas, concesionarios de ciclomotores y tiendas de chinos al por mayor.
Antes de que el calor apriete, visítese el yacimiento de Keramikos y sígase por los dos anexos del Benaki: el Museo de Arte Islámico y el 138 Pireos St ; al tener horarios reducidos, conviene organizarse. Para descansar, mejor Petralona, ya que de día el centro de Gazi es una ciudad fantasma. Se puede cenar en Kanella y luego ir hacia espacios polivalentes como Bios, Gazart ey Treno sto Rouf. En general, la marcha es más movida al oeste de Iera Odos y más tranquila al este. Y, aún sin querer mezclarse por la Gazi más jaranera, es divertido pasar al menos por la plaza principal, donde la gente queda para pavonearse y organizar la noche.