Debe su nombre a su elemento más característico, los canales, que en su día fueron claves para forjar las fortunas de la ciudad, y hoy es conocido por sus boutiques, bares y ocio nocturno. Vestigios del pasado remoto de la ciudad, como la basílica romana de San Lorenzo, la iglesia paleocristiana de Sant’Eustorgio y el arco de triunfo del s. xix de Piazza XXIV Maggio, proporcionan un pintoresco telón de fondo a la zona.
El día empieza entre los restos del Milán romano, en Corsa di Porta Ticinese, donde pasear por las basílicas de San Lorenzo y Sant’Eustorgio. Luego se va hasta el viejo muelle. En verano se puede navegar por los canales de Milán o disfrutar de los escaparates del barrio. A continuación se cruzan las vías en Porta Genova para dirigirse a Zona Tortona. Este antiguo barrio de clase obrera está plagado de empresas vinculadas al diseño y museos contemporáneos que acogen exposiciones internacionales. Al atardecer se regresa a los canales para el aperitivo, con algunas de las mejores propuestas de la ciudad.