Bienvenidos a Suecia
Páramos helados, acogedoras cabañas, bosque virgen, islas rocosas, pastores de renos y tradición vikinga: Suecia tiene todo eso y también un estilo disparatado.
Pese a ser progresista y civilizada, Suecia es un país agreste, con inhóspitos paisajes lunares y bosques impenetrables en su extremo norte, y soleadas playas y exuberantes tierras de cultivo al sur. Sus cortos veranos y largos inviernos obligan a aprovechar cada tenue rayo de sol en las tardes de finales de agosto, y las mariscadas en las terrazas de playa se prolongan hasta altas horas de la madrugada. En invierno, los suecos se refugian en las velas y el glögg (vino sueco) para avivar su espíritu.
Pero los amantes del aire libre disfrutarán en cualquier estación: el invierno invita a esquiar, montar en trineos tirados por perros y contemplar la aurora boreal, y los meses más cálidos a dar largas caminatas, tomar el sol, nadar y pasear en piragua o bicicleta bajo el sol de medianoche; sea lo que sea, si es divertido y se puede practicar al aire libre, está aquí. A los viajeros menos curtidos, siempre les quedarán los restaurantes, locales nocturnos y museos de la cosmopolita Estocolmo o la animada Göteborg.