Barrio

Castillo de Praga y Hradčany

Cuando se pasea por la ciudad, las torres de la catedral de San Vito, que emergen desde el corazón del Castillo de Praga, raras veces se pierden de vista. En Hradčany (el barrio del castillo), se percibe con claridad la omnipresencia de la realeza; al atravesar los minúsculos callejones uno puede intuir cómo era la vida de los esforzados sirvientes del castillo durante la Edad Media.

Lo mejor en un día

Hay que madrugar para llegar temprano al Castillo de Praga, no sin antes desayunar porque en la zona hay pocas cafeterías abiertas a esas horas. Cómprese la entrada en el centro de información para ir directamente a la magnífica catedral de San Vito antes de que se empiece a llenar. Luego se visita el Antiguo Palacio Real y el Callejón del Oro, y se hace una pausa en el Jardín Real. Finalmente, se regresa a la entrada del castillo para ver el cambio de guardia de las 12.00.

Después de almorzar, hay que bajar a Loreto y realizar un circuito con audioguía por los principales puntos de interés, como la Santa Casa y la iglesia de la Natividad de Nuestro Señor. El resto de la tarde se puede dedicar a las hermosas colecciones de arte europeo de la Galería Nacional en el palacio Šternberg o a las salas de Teología y Filosofía del casi milenario monasterio de Strahov. Vale la pena hacer una visita al cercano y peculiar Museo de Miniaturas.

Hradčany es tranquilo por la noche pero se puede dar un paseo vespertino por el barrio de Nový Svět con una cena romántica en U Zlaté Hrušky, o una más sofisticada en Villa Richter.

 

Tienda

Un recorrido por más de 200 libros de viaje para descubrir todos los países del mundo.