Allá al oeste, Foz do Douro lleva su propio ritmo tranquilo, con bares de playa llenos de bronceados lugareños, faros con vistas del mar, jardines botánicos donde pasear y uno de los dos restaurantes portuenses con estrellas Michelin. Hay que andar por el paseo marítimo oyendo el rumor del Atlántico y relajarse en la playa con un helado. Desde Ribeira se toma el tranvía nº 1 hasta el Jardim do Passeio Alegre.
El Atlántico rompe contra el Farol Senhora da Luz. Desde este emblemático faro se recorre el paseo marítimo, parando a beber algo en el bar de Praia da Luz. Se pasea hacia el norte hasta Matosinhos, parando a almorzar pescado en alguna terraza con parrilla de Rua Heróis de França.
Se vuelve a Foz a dar un paseo por el vasto Parque da Cidade. Para cenar se reserva en la Boa Nova Tea House, frente al mar; o en Pedro Lemos, con una estrella Michelin. Se remata con una cerveza en el Bonaparte, de aire marinero.