Basta echar un vistazo a Grünerløkka –“Løkka”– para preguntarse si cabrá en el barrio otro bar, café, tienda vintage o local de música en directo. Aquí se cita lo más granado de la creatividad de Oslo (incluidos los estudiantes de las cercanas escuelas de bellas artes y diseño) para tomar café, tapear y beber vino y cerveza. Y la fiesta continúa al otro lado del Akerselva en el revitalizado barrio de Vulkan.
El día comienza en Olaf Ryes plass, con algunos de los bares, restaurantes, cafés y locales de música más queridos en el barrio, para explorar después las calles aledañas tras un café mañanero en Tim Wendelboe.
Se baja hasta el río Akerselva , una zona con interesantes muestras de arquitectura industrial, rápidos y cañaverales en las orillas. Por el norte se encuentran dos de las mejores galerías comerciales de la ciudad, Rod Bianco y Standard. Luego se regresa a Mathallen Oslo para almorzar.
A última hora se puede tomar una copa y cenar en Territoriet y Le Benjamin. Los que tengan ganas de picotear y peregrinar de bar en bar podrían poner rumbo a Torgatta o Fredensborgveien, y los que busquen música en directo, baile o trasnochar deberían dirigirse a Vulkan y los locales colina arriba en Møllergata.