Las sanciones internacionales aplicadas a Irán han provocado que su aislamiento sea cada vez mayor; no obstante, resulta bastante sencillo llegar en avión, en tren desde Turquía o a través de los pasos fronterizos de los países vecinos norteños.
En la mayoría de los pasos fronterizos, los funcionarios iraníes de inmigración son eficientes y no pondrán demasiados impedimentos al turista, siempre y cuando disponga del visado, indispensable para la entrada al país. Llegar sin este conlleva el riesgo de ser expulsado durante el proceso de obtención del mismo, cosa que ocurre con frecuencia. Puede tardarse más tiempo en cruzar la frontera si se viaja en tren o autobús.
Las mujeres deberán cubrirse el cuerpo adecuadamente nada más bajar del avión o alcanzar la frontera.
Irán no expide visados ni permite la entrada a ciudadanos israelíes, a quienes directamente no les será posible llegar al país en avión. Igualmente, a cualquier persona en cuyo pasaporte figure un sello israelí se le denegará el acceso y será enviada de vuelta en el próximo vuelo. También inspeccionan los sellos de Jordania o Egipto que impliquen el paso por Israel.
Prácticamente todos los vuelos internacionales aterrizan en Teherán; sin embargo, hay viajeros que prefieren volar a/desde Shiraz para no tener que desandar lo andado.
La mayoría de los vuelos internacionales operan a/desde el aeropuerto Imán Jomeini de Teherán (IKIA); no es muy grande, por lo que pueden producirse retrasos. A este lo siguen el de Shiraz, Isfahán, Mashhad, Tabriz, Bandar-e Abbas y Kish (en ese orden); y, en menor grado, los de Abadán, Ahvaz y Zahedan.
Iran Air es la aerolínea nacional, cuyo logotipo es el homa, un ave de la mitología persa. Al ser propiedad del Gobierno, los servicios que ofrece tienen un tinte islámico, por ejemplo, no hay nada de cerdo ni alcohol y las auxiliares de vuelo llevan el pelo cubierto.
En los últimos diez años han ocurrido accidentes mortales con aviones de las compañías Caspian Airlines, Kish Air y Taban Air.
Para adquirir los pasajes hacia otros destinos una vez dentro de Irán, lo mejor es usar una agencia, ya que en línea solo los pueden comprar quienes dispongan de una tarjeta de crédito o débito iraní. Oriente Medio es una escala frecuente gracias a las conexiones internacionales de varios aeropuertos del golfo Pérsico con Teherán, Isfahán y Shiraz; en el Lejano Oriente y el sureste asiático también operan un número considerable de líneas aéreas. Dado que no hay vuelos directos desde Norteamérica ni Sudamérica, la mayoría de los visitantes proceden de Europa, donde un gran número de compañías ofrecen vuelos regulares a Teherán u otras ciudades de Oriente Medio.
Aegean (www.aegeanair.com) Atenas
Aeroflot (www.aeroflot.com) Moscú
Air Arabia (www.airarabia.com) Sharjah
Air Asia (www.airasia.com) Malasia
Air India (www.airindia.com) Deli
Alitalia (www.alitalia.com) Roma
Ariana Afghan Airlines (www.flyariana.com) Kabul, Mazar-e Sharif
AtlasGlobal (www.atlasglb.com) Estambul
Austrian Airlines (www.aua.com) Viena
Azerbaijan Airlines (www.azal.az) Bakú
Emirates (www.emirates.com) Dubái
Etihad Airways (www.etihadairways.com) Abu Dabi
KLM (www.klm.com) Ámsterdam
Kuwait Airways (www.kuwait-airways.com) Kuwait
Lufthansa (www.lufthansa.com) Fráncfort, Múnich, Zúrich
Pegasus (www.flypgs.com) Estambul
Qatar Airways (www.qatarairways.com) Doha
Saudi Arabian Airlines (www.saudiaairlines.com) Yeda, Riad
Syria Air (www.syriaair.com) Damasco
Tajik Air (www.tajikairlines.com) Dusambé
Turkish Airlines (www.turkishairlines.com) Estambul
Ukraine International Airlines (www.flyuia.com) Kiev
Todas tienen su sede en Tehéran, excepto Taban Air, en Mashhad.
Caspian Airlines (www.caspian.aero) Damasco, Dubái, Ereván, Estambul, Kiev.
Iran Air (021-4662 1888; www.iranair.com) Ámsterdam, Ankara, Bakú, Beirut, Bombay, Colonia, Copenhague, Damasco, Doha, Dubái, Estambul, Estocolmo, Frankfurt, Gotemburgo, Hamburgo, Karachi, Kuala Lumpur, Kuwait, Londres, Milán, París, Pekín, Taskent, Viena.
Kish Air (www.kishairline.com) Damascos, Dubái, Estambul.
Mahan Air (www.mahan.aero) Almaty, Bagdad, Bangkok, Birmingham, Damasco, Deli, Dubái, Dusseldorf, Estambul, Kabul, Kuala Lumpur, Phuket, Shanghái
Taban Air (www.taban.aero) Vuelos internacionales a ciudades de Oriente Medio y Asia Central.
Se puede llegar a Irán por siete países. La frontera más fácil de cruzar es la turca, mientras que por Armenia, Azerbaiyán y Turkmenistán pueden presentarse problemas de mayor o menor grado. Por Afganistán y Pakistán se accede directamente; sin embargo, conviene verificarlo con antelación, ya que cuando se escribió este apartado el acceso estaba prohibido desde ambos pasos. Aunque la frontera del Kurdistán iraquí abre periódicamente, a los extranjeros no les está permitido entrar en Irak.
El puesto fronterizo de Dogharon, 20 km al este de Taybad, está abierto, pero se recomienda evitarlo encarecidamente.
En los 35 km de frontera entre Armenia e Irán, hay un único paso situado en Norduz , donde se puede obtener el visado para acceder a Armenia. En ocasiones el autobús parte antes de acabar el trámite pero, aparte de eso, no supone más inconveniente.
Se puede cruzar la frontera al menos por tres puntos diferentes: entre la Astara azerbaiyana y la iraní, o bien, entre Culfa (Azerbaiyán) y Jolfa; este último paso conduce al enclave azerbaiyano de Najicheván, desde donde no se puede acceder a Armenia y se tiene que tomar un vuelo hasta Bakú. El tercero, ubicado en Biläsuvar, es una buena opción para ir a Jolfa desde Bakú; por aquí pasan los autobuses entre Bakú y Najicheván y muchos de los azeríes que se dirigen a Tabriz. El viajero debe tener en cuenta que no se expiden visados en ninguno de los tres.
Hay autobuses directos entre Teherán y Bakú, vía Astara; sin embargo, es muchísimo más práctico combinar autobuses y cruzar andando la frontera para ahorrarse las largas horas de espera mientras registran el vehículo.
Para el 2018 está prevista la apertura de la línea de tren Bakú-Rasht.
La frontera con el Kurdistán iraquí está abierta a los turistas en Haj Omran, Bashmaq y Sayran Ban; los pasos para entrar en Irak se encuentran en Parvis Khan, Mehran y Khosravi. Las autoridades de Occidente advierten encarecidamente que no es seguro viajar por ninguna de estas zonas.
A lo largo de sus 830 km, la frontera con Pakistán está abierta a los extranjeros solo entre Mirjaveh (Irán) y Taftan (Pakistán) y se la considera sumamente peligrosa para los viajeros de Occidente.
En los 1206 km de línea divisoria hay tres puestos fronterizos abiertos a los extranjeros en los que será necesario cambiar de vehículo. De oeste a este: el poco transitado y mal comunicado paso de Incheh Borun/Gyzyletrek; el de Bajgiran, que conecta la ciudad de Mashhad con Asjabad, la capital turcomana; y, para los que se dirijan hacia el este, el que se encuentra entre las dos Sarakhs. Los alrededores de este último pueden ser peligrosos.
Se ha inaugurado oficialmente la nueva línea de tren desde cerca de Gorgán a Gyzyl-Etrek, pero aún no dispone de servicio de pasajeros.
Todo el papeleo requerido para viajar por Turkmenistán es un fastidio; la agencia de viajes Stantours (www.stantours.com) parece ser la más competente (en comparación con las demás) para encargarse de ello.
La carretera principal que atraviesa la frontera con Turquía está entre Gürbulak (Turquía) y Bazargan. A cada lado se encuentran hoteles, oficinas de cambio de divisas y servicios de transporte regular; si bien los alrededores de Maku tienen más encanto.
Otro paso disponible para los extranjeros se ubica entre Esendere (a 40 km de Yüksekova, Turquía) y Sero, cerca de Orumiyeh en Irán; sin embargo, no dispone de alojamiento y el transporte es menos frecuente.
Normalmente los motoristas cruzan por Bazargan.
Hay dos opciones disponibles: viajar en autobús de largo recorrido o combinar trayectos cortos.
En cuanto al primero, el de Teherán a Estambul y/o Ankara dura entre 36-42 h y cuesta unos 60 USD. Los autobuses parten de la estación Terminal-e Jonub, vía Terminal-e Gharb. Son varias las empresas que ofrecen este servicio pero, normalmente, solo hay un autobús. Se aconseja viajar en el de Ankara porque va lleno de estudiantes y funcionarios de las embajadas, en lugar del de Estambul, cuyos pasajeros son en su mayoría comerciantes y, por tanto, al pasar la aduana habrá más posibilidades de que los trámites se alarguen.
La otra opción es tomárselo con calma, disfrutar del este de Turquía y el oeste de Irán y cambiar de autobús en la frontera (es decir, que este no la atraviese); de este modo, se evita la larga espera en la aduana. Si se sale temprano, se puede tardar un solo día desde Erzurum (Turquía) a Tabriz (Irán); en invierno se suele tardar más por culpa de la nieve.
Para entrar con coche propio en Irán hay que ser mayor de 18 años y tener el permiso internacional de conducción. También es necesario obtener un carnet de passage (documento de importación temporal de vehículos).
Si todo está en regla, entrar y salir desde Turquía es bastante fácil, pero es obligatorio disponer de un seguro a terceros válido en Irán y acreditado por la Iran Insurance Company (también conocida como Bimeh Iran), que se puede obtener en Maku, cerca de la frontera.
No está permitido conducir una motocicleta con más de 150 caballos; salvo la policía y los extranjeros que estén de paso. Como no están acostumbrados a verlas, una moto de gran tamaño llamará la atención de los iraníes.
Los trámites para transportar vehículos en barco por el golfo Pérsico son muy pesados; no obstante, muchas personas lo hacen de todas formas. Tanto la normativa como los horarios de los ferris están sujetos a cambios.
Foro de viajeros de Lonely Planet (www.lonelyplanet.es) Experiencias de viaje.
Africa Overland Network (www.africa-overland.net) Con una sección asiática que ofrece enlaces a blogs sobre viajes por carretera.
Horizons Unlimited (www.horizonsunlimited.com) Foro con información sobre pasos fronterizos, combustible, transporte marítimo y talleres mecánicos.
El Trans-Asia Express va desde Estambul a Tehéran, vía Ankara y Tabriz (2968 km de trayecto). Opera una vez a la semana en ambas direcciones, dura 70 h y el billete de ida cuesta unos 50 €. Cuando se elaboró esta guía, partía de Estambul los martes, y de Teherán, los miércoles. Dispone de cómodos compartimentos de 1ª clase con cuatro literas y consta de dos trenes diferentes: uno iraní cuya ruta entre Teherán y Van pasa a orillas del lago Van, al este de Turquía; y uno turco que opera desde Tatvan a Ankara y Estambul.
Causa controversia entre los lectores, sobre todo en cuanto al concepto de “exprés”, aunque en los últimos años se han reducido las quejas. En invierno es probable que se produzcan retrasos debido a la nieve o a las heladas; no obstante, este viaje tiene sin duda un aire muy romántico y es una manera estupenda para conocer iraníes en cualquiera de la dos direcciones.
Para información actualizada, visítese www.raja.ir o la página oficial de ferrocarriles de Turquía www.tcdd.gov.tr.
Irán suma más de 2410 km de costa entre el golfo Pérsico, el de Omán y el mar Caspio; sin embargo, no dispone de muchos medios para salir o entrar al país por mar.
La principal agencia de viajes marítimos a través del golfo Pérsico es Valfajr-8 (www.valfajr.ir). Una o dos veces a la semana fleta ferris y catamaranes entre Bandar-e Abbas y Sharjah (en la página web aparecen otras rutas que ya no están disponibles); además ofrece ferris de automóviles entre Bandar-e Lengeh y Dubái. Su uso no es habitual debido a los escasos horarios, los frecuentes retrasos y a que cuesta más que el avión.
NFC (076-3522 3322; www.nfc.om) fleta un ferri de vehículos desde Bandar-e Abbas a Jasab y Mascate (ambas en Omán), cuyos servicios son bastante poco fiables.
Los precios de los vuelos nacionales son bajos y la frecuencia es, normalmente, alta. Para consultar las distintas posibilidades, visítese la página web en farsi www.parvazyab.com.
Irán Air, la más grande de entre un número cada vez mayor de aerolíneas, cuenta con una amplia red de vuelos que llega a la mayoría de las capitales de provincia. El Gobierno establece los precios, por lo que no varían de una compañía a otra. Para comprar los billetes es aconsejable acudir a una de las muchas agencias de viajes, donde informan mejor de las diferentes opciones.
Las compañías aéreas nacionales son las siguientes:
ATA (www.ataair.ir)
Atrak (www.atrakair.com)
Caspian Airlines (www.caspian.aero)
Iran Air (021-4662 1888; www.iranair.com)
Iran Airtours (www.iat.aero)
Iran Aseman (www.iaa.ir)
Kish Air (www.kishairline.com)
Meraj Airlines (www.merajairlines.ir)
Mahan Air (www.mahan.aero)
Qeshm Air (www.qeshm-air.com)
Taban Air (www.taban.aero)
Al hacer la reserva, es aconsejable comprobar el tipo de avión y evitar los viejos y ruidosos Tupolev que siguen sobrevolando el cielo iraní. Las compañías que ofrecen mayor seguridad y que disponen de una oferta más amplia son Mahan Air, Iran Air e Iran Aseman. Sea cual sea la aerolínea escogida, los retrasos son frecuentes; pese a ello, conviene llegar al aeropuerto al menos con 1 h de antelación.
La reserva de vuelos nacionales desde fuera de Irán es complicada. Aunque se ofrezca la posibilidad de reservar en línea, no se podrá llevar a cabo debido a las sanciones financieras internacionales. En teoría, por teléfono sí se puede, llamando directamente a la compañía Iran Air y pagando posteriormente en una de sus oficinas en Irán o en el aeropuerto de Mehrabad en Teherán. Lo más seguro es recurrir a una agencia de viajes iraní.
La calidad de las carretas, la amabilidad de la gente y un riesgo de robo relativamente bajo hacen que Irán parezca un destino ideal para ir en bicicleta; sin embargo, las distancias grandísimas, el peliagudo tráfico, los tramos desérticos de carretera y el calor (por no hablar de los vientos estacionales) pueden llegar a ser extenuantes. Además, en los últimos años, algunos ciclistas se han quejado de un entorno más hostil en la carretera, sobre todo por parte de jóvenes en moto.
En principio no pasa nada por llevar puesto un equipo de ciclismo, siempre y cuando se tenga ropa a mano para cubrirse tan pronto como se abandone la carretera. Las mujeres habrán de ir totalmente tapadas si no quieren llamar la atención.
Si el ciclista se dirige hacia el este por el desierto, deberá llevar consigo mucha agua y comida, un buen mapa y una guía de conversación. Aunque está permitido acampar, no se garantiza que la presencia de los viajeros sea bienvenida; lo mejor es pedir en una mezquita un lugar para montar la tienda. Lo más práctico es llevar bicicleta propia porque en ningún sitio las alquilan para distancias largas; por otro lado, resulta complicado encontrar piezas de repuesto.
Los únicos ferris disponibles son los que conectan la costa iraní del golfo Pérsico (normalmente Bandar-e Abbas) con las islas de Kish, Qeshm y Ormuz. Se ofrecen los siguientes itinerarios:
Durante las fiestas del Nouruz, también hay ferris de vehículos desde Bandar-e Lengeh a la isla de Kish.
En Irán, si no se puede acceder a un lugar en autobús (o microbús), lo más probable es que nadie quiera ir allí. Hay más de 20 empresas que ofrecen transporte barato, cómodo y que cubre con frecuencia un gran número de rutas. La calidad de los conductores puede variar pero, para tratar de minimizar la actitud fatalista del insh’Allah (que sea lo que Dios quiera), el Gobierno impone estrictos límites de velocidad, y los conductores están obligados a llevar un tacógrafo y enseñárselo a la policía cada 100 km. Los precios no varían mucho porque los establece el Gobierno. No está permitido viajar de pie, excepto en trayectos de corta duración.
Se debe andar con cuidado y no confundir los nombres de los destinos, ya que es habitual que un autobús que vaya, por ejemplo, de Khorramabad a Ahvaz, tenga escrito en el lateral o en la parte delantera “Teherán-Estambul” en inglés. Tampoco se puede uno fiar del tipo de carteles que anuncien “Lovely bus” (autobús agradable). Por otro lado, no hay pases gratuitos para viajar en autobús.
Para más información práctica sobre autobuses, visítese la página web en farsi www.payaneha.com.
La mayoría de las empresas son cooperativas y antes se las conocía como Sherkat-e Ta’avoni Shomare X (empresa cooperativa de autobuses nº X), donde la X representa el número de la cooperativa correspondiente. Pese a que en la actualidad los nombres son más variados, puede que en la estación aún indiquen, por ejemplo, ta’avoni hasht (cooperativa nº 8). Las mejores y las que disponen de más conexiones son TBT (Taavoni 15) e Iran Peyma (www.iranpeymaesfahan.com), anunciada a menudo con la palabra “ta’avoni” o “autobús nº 1”.
Para mayor comodidad, Seiro Safar (www.en.seirosafar.ir) ofrece autobuses nuevos y mejores por un poco más de dinero, aunque los usuarios no se molestan en buscar una cooperativa en particular, sino que se subirán al primer autobús que parta hacia su destino.
En general, hay dos tipos de autobuses:
'Mahmooly’ Significa “normal”, se trata de autobuses interurbanos Volvo, Scania o de un fabricante similar. El conductor suele ir acompañado por dos auxiliares que se encargan del equipaje y de repartir comida envasada. Casi todos tienen un aseo. Los más antiguos, los Mercedes mahmooly de los años sesenta han sido retirados en su mayoría por contaminar demasiado.
VIP Son los más lujosos, ya que ofrecen más servicios y tienen asientos reclinables. Operan en las principales rutas, por ejemplo, de Teherán a Isfahán o Mashhad; y cuestan alrededor de un 50% más que un mahmooly.
Recorren las distancias cortas que conectan pueblos y ciudades con las aldeas de los alrededores. Aunque a veces se disponga de un transporte alternativo, casi nunca hay elección. Se utilizan sobre todo a lo largo de la costa del mar Caspio, y entre esta y Teherán.
Los microbuses son un poco más caros que los autobuses, pero más rápidos porque, al transportar a un menor número de pasajeros, no pierden tanto tiempo recogiendo y soltando gente en las paradas. Por otro lado, no son muy cómodos y casi siempre hay que esperar hasta que estén llenos para partir.
La mayoría se ubica en las afueras de las ciudades, donde se llega fácilmente en transporte público o taxi privado. En algunas ciudades puede haber más de una, así que en caso de duda, conviene preguntar en el hotel o ir en taxi y pedirle al taxista que vaya hasta la “terminal-e (destino)”; “terminal” se pronuncia alargando la “a” (-aal).
En las terminales se encuentran las oficinas de las diferentes empresas de autobuses pero los horarios rara vez están en inglés; por lo que lo más práctico es que el viajero pregunte el destino que sea y le indicarán la ventanilla a la que ha de dirigirse; o bien, que espere hasta escuchar el anuncio del destino cuando un autobús está a punto de partir. Siempre hay donde comprar comida y las más grandes pueden contar con una comisaría, consigna de equipajes e incluso un hotel.
Si se trata de una localidad pequeña, como Zanyán o Kashan, puede que la parada del autobús esté en alguna de las rotondas principales; en esos casos, lo mejor es preguntar in situ.
Los billetes de autobús pueden comprarse hasta con una semana de antelación en las ventanillas de las estaciones o de las cooperativas de autobuses distribuidas por la ciudad. En las más grandes, como Isfahán y Teherán, hay autobuses al menos cada hora de 6.00 a 24.00; en ciudades de tamaño medio, como Hamadán y Kermán, los autobuses a las localidades más cercanas salen también con una frecuencia aproximada de 1 h; los de largo recorrido (y los que cruzan el desierto) suelen partir por la noche; y en los pueblos más pequeños, donde puede que haya solo un par de autobuses al día, es necesario reservar con antelación. En los autobuses que ya están completos, a veces quedan plazas libres a última hora.
Como la información del billete está casi siempre en farsi, una buena idea es aprenderse los números en tal alfabeto para comprobar el precio, la fecha y hora de salida; y el número del autobús, del asiento y del andén; si no, habrá que preguntar.
La mayoría de los autobuses viaja a una media de 60 km/h y dispone de agua fresca potable. En los trayectos de más de 3 h, se para en restaurantes de carretera que sirven comida barata. Como medida preventiva contra el exceso de velocidad, el autobús se detendrá aproximadamente cada 2 h para que la policía compruebe el tacógrafo. En verano se aconseja sentarse en el lado opuesto al sol.
En Irán, donde no es corriente alquilar un coche, había antes un flujo constante de vehículos particulares entre Europa y Asia; sin embargo, hoy día esa misma ruta está prácticamente desierta debido a los peligros que supone viajar por el sudeste de Irán y, sobre todo, el suroeste de Pakistán. Cuando aún era muy concurrida, la mayoría de los conductores afirmaba que conducir por el país era estupendo, al contrario que en las ciudades. Quienes consideren la posibilidad de viajar por carretera, pueden leer las experiencias de los que ya lo han hecho en los siguientes enlaces:
Se aconseja conducir con precaución. En los abundantes controles de carretera, si el conductor baja la ventanilla, sonríe con amabilidad y mira a los policías con cara de “no entiendo nada, no hablo farsi”, normalmente le dejarán continuar su camino o, a lo sumo, le pedirán el pasaporte, el permiso de conducir y los papeles del vehículo. En el sureste de Irán, es fundamental buscar un hotel con aparcamiento vigilado.
Hossein Ravanyar de Iran Overland (www.iranoverland.com) es un guía especializado en ayudar a la gente que tenga problemas con el permiso de conducir o a la hora de cruzar la frontera de Astara con su vehículo.
Para conducir en Irán es necesario el permiso internacional de conducción, que se solicita en el país de origen.
Pese a que la benzin (gasolina) en Irán ya no está tan barata como antes, seguirá siéndolo mucho más que la del país de origen del viajero: cuesta entre 10 000 y 12 000 IRR/l. Excepto en el desierto, cada 100 km hay una estación de servicio, pero no todas tienen diésel y no hay carteles para diferenciarlo de la gasolina; por tanto hay que preguntar para asegurarse. La benzin es de poca calidad (la mayoría, de 71 octanos), por lo que el coche consume más. El aceite para el motor también es de dudosa calidad; las marcas internacionales son las más fiables.
Hasta en los pueblos más pequeños se encuentran talleres mecánicos. El coste de la reparación es negociable, pero no ocurre lo mismo con los repuestos. En pleno verano, los pinchazos son bastante corrientes por culpa del calor abrasador.
A unos 100 km de los pasos fronterizos se empiezan a formar largas colas debido a los controles para prevenir el contrabando.
En teoría se puede alquilar un coche pero no es muy habitual; en cambio, es frecuente el alquiler de un taxi y/o la contratación de un chófer, ya sea privado o por medio de una agencia de viajes.
Antes de llegar, se debe haber obtenido el carnet de passage y el permiso de residencia.
Por norma general las carreteras son excelentes; sin embargo, conducir de noche puede ser peligroso por los baches ocasionales y el riesgo de chocar con tractores u otros vehículos lentos que vayan sin luces. Las calles están bien señalizadas, muchas tanto en farsi como en inglés; y en las carreteras que conectan unas ciudades con otras, la mayoría de las señales están también en inglés.
En las ciudades hay que vigilar con los conductores autóctonos; en el desierto, con los camellos; y por todos lados, con los badenes para limitar la velocidad que no están señalizados. Estos últimos se hallan normalmente en las afueras de los pueblos y ciudades, y son muy peligrosos ya que el conductor ignora su existencia hasta que los encuentra de golpe.
En caso de accidente, lo más seguro es que el ciudadano iraní envuelto llame a la policía local de tráfico. Si el conductor se encuentra solo, el teléfono de emergencias de la policía es el 110, y el de la ambulancia, el 115. No se debe mover el vehículo de la carretera hasta que llegue la policía para rellenar el parte. Lo más seguro es que consideren al extranjero el responsable del accidente.
Conducir en Irán no debe tomarse a la ligera. En teoría, se conduce por la derecha, pero puede haber excepciones; el iraní medio no ve nada malo en invadir el carril contrario. Además, no acaban de entender el concepto de distancia de seguridad: si se juntan diez iraníes en una carretera desierta, formarán un convoy e irán tan pegados los unos de los otros que podrán leer el indicador de velocidad del vehículo que tengan delante.
No obstante, la mayoría de los extranjeros conducen por Irán sin grandes dificultades.
No es recomendable hacer autostop porque no se puede garantizar la seguridad del viajero. Quienes decidan hacerlo deben comprender que corren un riesgo potencial. Lo más prudentes es que las mujeres ni se lo planteen; sin embargo, para los hombres sí que es factible.
Hacer autostop, tal y como se entiende en Occidente, es una práctica novedosa en Irán. Aunque a menudo se ve gente en el arcén, en realidad lo que están esperando es una plaza libre en el autobús, microbús o taxi compartido. Hay quien ofrece llevar gratis a la gente de fuera a cambio de practicar su inglés o simplemente por hospitalidad. Como en todos lados, donde más posibilidades hay de que los iraníes se presten a llevar al autoestopista es en las zonas más apartadas y, normalmente, son muy generosos, compartirán su comida y cigarrillos, y rechazarán cualquier intento por pagarles; sin embargo, el autoestopista debería ofrecerse a pagar aunque no se lo acepten y, en tal caso, lo ideal es tener algo que darles para agradecérselo.
En lugar de utilizar la señal del pulgar hacia arriba (que puede interpretarse como una ofensa), hay que subir y bajar la mano con la palma hacia abajo.
Casi todos los pueblos y ciudades iraníes disponen de autobuses locales. Como suelen ir muy llenos, a menos que se sepa exactamente a dónde ir, no resulta fácil viajar en ellos; la mayoría de los viajeros utiliza el metro siempre que pueden, o bien, un taxi privado o compartido.
Normalmente, el número del autobús y el destino está en farsi, por tanto, hay que preguntar a la gente de la zona; quienes en general están dispuestos a ayudar, incluso si no se les entiende. Excepto en Shiraz y, algunas veces, Teherán, los billetes son baratos y se compran antes de subir al autobús en las ventanillas de las terminales o en las taquillas ubicadas en las calles principales.
Tanto niños pequeños como mujeres se tienen que sentar en la parte trasera del autobús. La segregación puede presentar dificultades a las parejas que necesiten hablar para decidir cuándo bajarse. Dependiendo del autobús, hay que entregar el billete al conductor al subir o al bajar. Las mujeres han de entregar el billete al conductor por la puerta delantera pero después tienen que montarse por la trasera.
Los microbuses locales que llegan a las zonas residenciales van a veces tan abarrotados que no se ve ni por dónde va, se tiene que pagar en metálico al subirse y no hay espacio para la segregación, tanto hombres como mujeres se sentarán donde buenamente puedan. Se detienen en las paradas de autobús o donde los usuarios se lo pidan.
Es la gran esperanza de las ciudades iraníes congestionadas por el tráfico. El metro de Teherán está en expansión y el de Mashhad, más pequeño, ya se encuentra en funcionamiento; además, está previsto que pronto se pongan en marcha las primeras fases del proyecto para el de Shiraz e Isfahán, insh’Allah (si Dios quiere) porque llevan diciendo lo mismo varios años y su apertura estaba planeada para el 2013… Otras ciudades en que se planea su construcción son Tabriz, Kermanshah y Ahvaz.
Hay tres tipos de taxis en Irán.
En la mayoría de los sitios, los taxis compartidos o colectivos duplican o incluso reemplazan el servicio local de autobuses. Suelen llevar hasta cinco pasajeros: dos en la parte delantera y tres detrás. Los taxis compartidos operan en ciudades, mientras que los savaris ofrecen un servicio similar entre los pueblos. Los modelos Kia Pride y Samand acaparan gran parte del servicio.
Recorren las principales carreteras y plazas (meydans), por lo que la clave es que el usuario se aprenda los nombres de las meydans que se encuentren en su camino. Se requiere un cierto arte a la hora de encontrar un taxi compartido que vaya al destino del viajero: hay que ponerse en la carretera lo bastante cerca para que el destino llegue a oídos del taxista pero sin alejarse del bordillo para poder saltar a la acera cuando pasen los coches a toda velocidad. Si el taxista dispone de un asiento libre, reducirá la velocidad una décima de segundo para que el viajero le grite alto y claro su destino: una palabra, normalmente el nombre de la meydan u otro punto de referencia, aunque haya que bajarse antes; por ejemplo, “¡FeDOSe!” servirá para la plaza o calle Ferdosi, “¡eHESHTe!” para las de Beheshti, etc. Si se encuentra en la misma dirección que lleva el taxista, este dará un breve pitido y se detendrá medio segundo para que el viajero se suba de un brinco; de lo contrario, lo ignorará. No vale la pena molestarse en indicar nada más, por ejemplo, “al Hotel Irán, que hace esquina con…”; pues el taxista habrá dejado de escuchar después de la palabra ‘hotel’, y antes de que el viajero se dé cuenta, ya habrá recogido a otra persona y estará a medio camino. Para bajarse, simplemente se dice “kheili mamnun” (“muchas gracias”) o se llama la atención del taxista haciendo cualquier otro ruido.
Se puede pagar durante el trayecto o al bajarse; los taxistas agradecen no tener que dar cambio. Las tarifas están reguladas por el Gobierno y para los trayectos cortos varían entre unos pocos centavos y un par de dólares, dependiendo de la distancia, el tráfico y la ciudad (Teherán es la más cara). Antes de dar el dinero, lo ideal es tratar de comprobar lo que pagan los otros pasajeros. En ciudades como Isfahán y Teherán, si al subir al taxi resulta que el viajero es el único pasajero o se queda solo por el camino, el taxista puede dar por supuesto que este quiere un taxi privado y aplicarle la tarifa correspondiente; por lo que se le debe indicar claramente “dar baste” (privado) o “nah dar baste” (compartido).
Se puede alquilar para un uso privado cualquier taxi que vaya sin pasajeros, ya sea compartido o no (los privados son más caros y normalmente amarillos); a esta práctica se la conoce como “service” o “agence”. Si el trayecto a negociar no es complicado, es decir, que no incluya, por ejemplo, tiempo de espera para el taxista, el viajero simplemente ha de parar un taxi, indicar la dirección y preguntar “¿chand toman?”. Inmediatamente después de la cantidad sugerida por el taxista se recomienda ofrecer el 60%; normalmente se acaba pagando el 75% o el 80%.
Si no se sabe la dirección exacta, lo mejor es indicar el nombre del lugar y la plaza, carretera u otro punto de referencia más próximo.
En la actualidad, muchos de los iraníes que residen en las ciudades más grandes utilizan la aplicación Snapp para llamar a un taxi (www.snapp.ir). Funciona de forma parecida a la de Uber pero, a diferencia de esta, al confirmar el viaje indica el precio estimado y se puede pagar en metálico.
Todos los hoteles pueden solicitarlo; aunque es probable que el conductor sea el hermano del gerente. Es el servicio más caro pero dispone de los mejores coches y proporciona la tranquilidad de saber a quién recurrir para quejarse si algo no va bien y, tal vez, el taxista hable inglés. Se aconseja a las mujeres que viajen solas por la noche que busquen a alguien para que les pida un taxi; así evitará los bocinazos y ser ignoradas por decenas de taxistas. Debido a la demanda, ciudades como Teherán y Yazd, entre otras, dispones de taxis solo para mujeres, conducidos por mujeres.
La mayoría se puede alquilar para su uso privado. Huelga decir que el precio hay que negociarlo. Una de las formas de evitar la estafa es preguntar al conductor el precio por persona y, entonces, multiplicarlo por cuatro o cinco.
Alquilar un taxi el día entero cuesta entre 50 y 150 USD, depende de diversos factores como la habilidad del viajero para regatear, la calidad del vehículo, la distancia del trayecto y el lugar donde se está; cuanto más pequeño es este último, más barato saldrá.
Para ir de un pueblo a otro que esté a menos de 3 h de viaje, casi siempre se encuentra un savari, la versión interurbana del taxi compartido. Su ventaja principal es la velocidad, porque los autobuses son más cómodos, ya que, en ocasiones, dos personas se tendrán que apretujar en el asiento delantero; aunque en trayectos largos lo normal es que no viajen más de cuatro pasajeros. Es raro que un savari parta con un asiento vacío, a no ser que alguien pague por este, o bien, se divida entre el resto de pasajeros. Las mujeres se sientan delante.
Hoy día el modelo más habitual es el Kia Pride (también conocido como Saipa Saba), o el Peugeot 405, que al ser más grande, sale un poco más caro.
En general, cuestan dos o tres veces más que los autobuses mahmooly pero siguen siendo baratos y vale la pena si se quiere viajar más rápido, sobre todo para los tramos por el campo que se hacen más pesados.
Los savaris se encuentran dentro o fuera de las terminales de autobuses, o en la carretera de las plazas principales desde la que vayan a hacer su ruta. En caso de duda, lo más práctico es llamar a un taxi privado y decir al conductor la palabra “savari" y el destino.
Es el mejor medio de transporte para viajar barato. La primera línea ferroviaria fue la transiraní, construida en los años treinta para conectar el mar Caspio (desde Bandar-e Torkaman) con el golfo Pérsico (en Bandar-e Imán Jomeini). Es una manera eficaz de llegar a Gorgan o Sari desde Teherán, cuya ruta cruza sierras y puertos de montaña, y se trata de uno de los mayores logros de ingeniería del s. xx. A este se suma la reciente línea entre Shiraz e Isfahán, que atraviesa los montes Zagros y que forma parte de un ambicioso proyecto para expandir la red ferroviaria iraní, con el que ya se han abierto otras líneas desde Qazvín a Astara, vía Rasht; de Mashhad a Bafq, y de Bam a Zahedan; pese a que las conexiones con Pakistán no han funcionado durante años por motivos de seguridad.
Teherán es el núcleo central desde donde opera la mayoría de los servicios. Hay al menos un tren diario a Mashhad, Isfahán, Tabriz, Bandar-e Abbas y Kermán. Normalmente salen con puntualidad pero a menudo llegan en mitad de la noche, por lo que la mayoría de los viajeros prefiere el autobús.
La mayoría de los trenes ofrece dos clases, aunque una cantidad considerable solo dispone de una. Si por el camino el viajero decidiese que el compartimento de 2ª clase está demasiado abarrotado, puede pasar a 1ª siempre y cuando queden plazas en ella. Un billete de 2ª cuesta un poco menos que el de un autobús mahmooly; mientras que los de 1ª, algo menos que un billete VIP.
En los trenes nocturnos (generalmente desde/a Teherán), los vagones de 1ª clase disponen de dos o tres literas (ghazal). Se recomienda encarecidamente que las mujeres que viajen solas soliciten uno solo para mujeres. Por otro lado, en 1ª suelen servir comida que no está demasiado mala y los trenes de larga distancia tienen restaurante.
Donde se viaja más a gusto es en los concurridos trenes entre Teherán y Mashhad. En el Simorgh, por ejemplo, el billete de 1ª clase es más caro que en otros pero incluye cena, desayuno, una cama especialmente cómoda e incluso TV. Hay compartimentos reservados para los no fumadores.
Irán dispone de un sistema integrado de venta de billetes y se pueden reservar en cualquier estación hasta con un mes de antelación. Es muy recomendable para los trenes que parten jueves, viernes y días festivos. Cuando se escribió esta guía, no era posible la reserva en línea.