Katmandú dispone de las mejores instalaciones sanitarias del país, pero en cuanto se sale de la capital, los niveles de calidad de clínicas y hospitales disminuyen. En las zonas montañosas, puede que ni siquiera las haya, así que los alpinistas que enferman en las montañas suelen ser evacuados a Katmandú, o al extranjero, si el problema es muy grave. Hay que tener siempre un seguro de viaje que cubra los gastos hospitalarios y las evacuaciones de emergencia.
Muchas de las zonas más populares entre los viajeros son remotas e inaccesibles, por lo que conviene informarse de los posibles riesgos para la salud. En las rutas de trekking, se recomienda llevar un botiquín para poder tratar cualquier síntoma hasta llegar a un punto de asistencia médica.
Teniendo en cuenta el terreno, los potenciales riesgos para la salud y el alto coste de las evacuaciones médicas, no es recomendable viajar a Nepal sin un seguro médico apropiado.
No se exige oficialmente ninguna inmunización para entrar al país, a menos que el viajero proceda de una zona con fiebre amarilla, en cuyo caso deberá demostrar que está vacunado.
Lo mejor es acudir al médico al menos seis semanas antes de viajar, porque algunas vacunas requieren más de una dosis en distintos intervalos de tiempo. Algunas vacunas no son recomendables en mujeres embarazadas o personas con alergias.
Las vacunas que el viajero debe tomar en consideración son:
Difteria y tétanos Suelen combinarse y son muy recomendables. Tras una administración inicial de tres inyecciones, por lo general en la niñez, se precisan recordatorios cada 10 años.
Hepatitis A Tras una inyección inicial y un recordatorio a los 6 o 12 meses, ofrece inmunidad, probablemente, para toda la vida.
Hepatitis B Consta de tres inyecciones, la segunda después de tres semanas y una última a los 12 meses.
Gripe Se considera una de las afecciones más evitables gracias a su vacuna. Es anual.
Encefalitis japonesa Es una encefalitis viral causada por un mosquito (habita en el Terai y, a veces, en el valle de Katmandú), en especial durante el monzón (ago-ppios oct). La vacuna consiste en tres inyecciones en el plazo de tres a cuatro semanas y una de refuerzo a los tres años. Solo está recomendada para estancias largas en el Terai (en especial en el oeste) o en el valle de Katmandú.
Meningitis meningocócica Vacuna de una sola dosis con recordatorio cada tres o cinco años; solo para individuos expuestos a un alto riesgo y para residentes.
Polio Enfermedad grave de fácil transmisión, todavía presente en Nepal. Su vacuna es altamente recomendable. Suele inocularse en la infancia y requiere un recordatorio a los 10 años.
Rabia Recomendable para estancias prolongadas, especialmente si se planea viajar a zonas remotas. En Nepal, la transmiten los perros callejeros y los monos. Se recomienda encarecidamente vacunar a los niños. Vacunarse de la rabia antes de viajar supone tres inyecciones en el plazo de 21 a 28 días. Si un animal muerde o araña a alguien vacunado, este solo necesitará dos inyecciones de recuerdo, mientras que los no vacunados tendrán que recibir bastantes más. Los recordatorios suelen administrarse a los tres años.
Tuberculosis (TB) Enfermedad endémica en Nepal, aunque no suele transmitirse a los viajeros. La mayoría de los ciudadanos occidentales son vacunados durante la infancia.
Fiebre tifoidea Es resistente a los fármacos y cada vez supone un mayor problema en Nepal, en especial en el Terai. La vacuna (recomendable) puede administrarse en una sola inyección o en pastillas (consúltese con el médico).
Fiebre amarilla No es endémica en Nepal y solo se requiere su vacuna si se procede de una zona infectada. Confiere inmunidad durante 10 años.
La siguiente lista incluye artículos que deberían formar parte de un botiquín básico (consúltense con el farmacéutico las marcas disponibles).
Viajar a Nepal puede significar visitar zonas muy remotas, por lo tanto es aconsejable hacerse un chequeo médico antes de partir.
En Medex (www.medex.org.uk) se puede descargar gratis el práctico folleto Travel At High Altitude, destinado a los profanos en la materia, así como consejos para mantenerse sano en las montañas.
Dos sitios web en español bien documentados son el del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (www.cdc.gov; www.cdc.gov/spanish/) y el de la Organización Mundial de la Salud (www.who.int; www.who.int/es/index.html). Otra web de interés general es MD Travel Health (www.mdtravelhealth.com), con recomendaciones sanitarias muy completas y actualizadas para viajes por todos los países. El Ministerio de Sanidad español (nformación, consejos y un mapa de los centros de vacunación en España por comunidades autónomas.
Sobre medicina de montaña, se puede consultar en el Instituto de Estudios de Montaña (www.iemm.org/castella/index1024.htm) y en la Sociedad Argentina de Medicina de Montaña (www.samm.org.ar).
Es buena idea visitar antes de partir el sitio web del Gobierno del país de origen relacionado con la salud en viajes: España (www.maec.es), EE UU (wwwn.cdc.gov/travel/default.aspx; www.cdc.gov/spanish/temas/viajero.html).
Centers for Disease Control and Prevention (www.cdc.gov)
Fit for Travel (www.fitfortravel.scot.nhs.uk)
International Society for Mountain Medicine (www.ismm.org)
Kathmandu CIWEC Clinic (www.ciwec-clinic.com)
MASTA (www.masta-travel-health.com)
Nepal International Clinic (www.nepalinternationalclinic.com)
Healthy Travel Asia & India, de Lonely Planet, es un libro de bolsillo muy práctico, lleno de información útil, como recomendaciones previas al viaje, primeros auxilios, información sobre vacunas y enfermedades y consejos sobre qué hacer si se enferma durante la ruta. Travel with Children ofrece consejos sobre la salud de los viajeros más pequeños.
Algunos títulos específicos sobre senderismo y salud:
En Katmandú hay clínicas excelentes, como la Nepal International Clinic y la clínica dental CIWEC (también en Pokhara).
En las rutas de senderismo, la única opción son los pequeños centros médicos locales, aunque son escasos y distantes entre sí. En las zonas remotas, conviene llevar un buen botiquín y estar preparado para automedicarse hasta encontrar asistencia médica profesional.
Los virus que causan la hepatitis (inflamación del hígado) son diversos. Los síntomas son similares en todas sus manifestaciones e incluyen fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga, debilidad y dolores, seguidos de pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orina oscura y heces de color claro; además, la piel y el blanco de los ojos se tornan amarillentos.
Las hepatitis A y E se transmiten a través de agua potable y alimentos contaminados. La hepatitis A se evita casi al 100% con cualquiera de las vacunas actuales. La hepatitis E provoca una enfermedad muy similar a la hepatitis A y actualmente no existe inmunización contra el virus.
La hepatitis B solo se transmite por la sangre (agujas no esterilizadas y transfusiones) o por contacto sexual. Las situaciones de riesgo son afeitarse, tatuarse o hacerse un piercing con equipos contaminados.
Cada vez hay más casos de VIH y sida en Nepal. Se calcula que unos 75 000 nepalíes están infectados con el virus, así que hay que insistir en agujas y jeringuillas desechables nuevas para las inyecciones. La sangre usada para las transfusiones normalmente pasa por un control de VIH/sida, pero no siempre se puede hacer en caso de urgencia. Deben evitarse las transfusiones de sangre a menos que sean imprescindibles.
Solo se recomienda tomar comprimidos antimaláricos en caso de estancias prolongadas en el Terai, especialmente en época de monzones. En Katmandú o Pokhara, durante breves estancias en Chitwan o en los trekkings habituales por el Himalaya no hay riesgo de contraerla.
Lo más sensato es tomar medidas para evitar las picaduras de mosquitos, ya que en algunas ocasiones se han registrado casos de dengue, otra enfermedad que transmiten los mosquitos, en las tierras bajas. Se puede usar repelente de insectos si se viaja al Terai, especialmente si se pernocta en la jungla o en hoteles baratos. Los antimosquitos eléctricos son más efectivos que las espirales, que pueden causar problemas respiratorios.
El virus de la rabia causa una infección cerebral grave que casi siempre es mortal. En Nepal, los perros salvajes y los monos son los principales portadores. Se diferencia de otras enfermedades infecciosas porque se puede inmunizar a la persona infectada después de estar expuesta. En las clínicas CIWEC y Nepal International de Katmandú tienen la inmunoglobina antirrábica humana (HRIG).
Además de la HRIG, se necesitan cinco inyecciones de la vacuna de la rabia repartidas en un mes. Los viajeros preinmunizados solo necesitan dos inyecciones cada tres días, en caso de mordedura de un animal potencialmente rabioso.
Si se sufre la mordedura o arañazo de un animal, hay que lavar la herida con agua y jabón, luego usar un desinfectante como Betadine y buscar la inmunización antirrábica. Teniendo en cuenta el riesgo, conviene mantenerse alejado de los animales, especialmente los perros callejeros y los monos.
Las infecciones de las vías respiratorias superiores (como el resfriado común) son muy habituales en Nepal, especialmente en la contaminada Katmandú. Se agravan con la altitud, el frío, la polución o el tabaco, circunstancias que aumentan la gravedad de la infección.
La mayoría se cura sin tratamiento, pero pueden derivar en complicaciones como bronquitis, infecciones de oído y neumonía, que pueden requerir antibióticos.
En caso de fiebre continua (más de 38°C) durante más de dos días en una ruta de trekking donde no hay asistencia médica, se puede administrar un tratamiento de emergencia con el antibiótico de amplio espectro azitromicina (500 mg dos veces al día durante siete días), pero conviene buscar ayuda médica cuanto antes.
Incluso los más veteranos viajeros a Asia del sur acaban sucumbiendo a la diarrea en Nepal. La principal causa de infección es el agua y los alimentos contaminados, debido a bajos niveles de higiene. Sin embargo, la diarrea suele desaparecer por sí sola y la gente se recupera en pocos días.
El peligro principal que se puede presentar es la deshidratación, sobre todo en niños, mujeres embarazadas o ancianos. La soda, un té negro ligero con un poco azúcar o refrescos no efervescentes y diluidos con agua limpia ayudan a rehidratarse. En casos graves, conviene tomar soluciones rehidratantes orales con agua hervida o purificada. Se puede hacer una solución casera añadiendo seis cucharaditas de azúcar y media de sal por cada litro de agua. En la convalecencia se debe ingerir una dieta blanda.
Se puede usar temporalmente loperamida o difenoxilato (Fortasec o Imodium) para aliviar los síntomas, pero no eliminan el problema.
En caso de diarrea con sangre o mucosidades (disentería), con fiebre, muy líquida o persistente, que no mejora al cabo de 48 h, hay que acudir al médico para que realice una prueba de heces. Si no hay asistencia médica, el tratamiento recomendado es norfloxacino 400 mg o ciprofloxacino 500 mg dos veces al día durante tres días.
Estos fármacos no se recomiendan a niños ni embarazadas. El mejor tratamiento para niños es la azitromicina en una dosis de 10 mg por kg de peso corporal al día (dosis única cada día durante tres días).
La causa el protozoo Entamoeba histolytica y comienza con una leve diarrea, acompañada con frecuencia de sangre y mucosidad. La infección persiste hasta que se trata. Si no se puede conseguir asistencia médica, los medicamentos recomendados son tinidazol o metronidazol. El tratamiento es de una única dosis diaria de 2 g de tinidazol o 250 mg de metronidazol tres veces al día durante 5-10 días. No debe consumirse alcohol con estos medicamentos.
Este parásito intestinal de transmisión hídrica infecta el intestino superior, causando diarrea, fatiga y pérdida de apetito, y puede durar hasta 12 semanas. El riesgo de esta enfermedad en Nepal se limita principalmente a la época monzónica, cuando baja el turismo. El yodo no basta para eliminar al parásito, pero se puede retirar del agua colándola y se lo mata fácilmente hirviéndola.
El tratamiento es trimetoprim sulfametoxazol (se vende como Septrim o Bactrim) dos veces al día durante siete días. Los alérgicos al azufre no pueden tomarlo.
También conocida como giardia, es la causa de cerca del 12% de los casos diarrea entre los viajeros de Nepal. La provoca el parásito Giardia Lamblia, que se encuentra en el agua contaminada por residuos de animales.
Los síntomas incluyen calambres estomacales, náuseas, hinchazón, diarrea líquida y maloliente, y gases, pero sin fiebre. El mejor tratamiento consiste en tomar cuatro comprimidos de 500 mg de tinidazol en una única dosis diaria durante dos días consecutivos. No se puede ingerir con alcohol.
Por encima de 2500 m, la concentración de oxígeno en el aire que se respira empieza a descender considerablemente, reduciendo la cantidad que llega al cerebro y a otros órganos. La menor presión de aire en altura provoca, además, que el líquido de los capilares pase a los pulmones y al cerebro, lo cual puede ser mortal. El cuerpo humano tiene la capacidad de adaptarse a los cambios de presión y oxigenación mientras sube, pero es un proceso gradual.
Las afecciones causadas por los efectos de la altitud se conocen como mal agudo de montaña (MAM). Si se desarrolla sin control, puede provocar el coma y la muerte. Sin embargo, esta enfermedad potencialmente mortal se puede evitar reduciendo el ritmo de ascenso para permitir que el cuerpo se adapte a la altitud. Existe además un tratamiento 100% eficaz si se experimentan síntomas graves: descender inmediatamente.
Antes de iniciar una ruta, es importante leer algo sobre las causas, efectos y tratamiento del mal de altura. Se puede asistir a una de las clases gratuitas que imparte la Himalayan Rescue Association de Katmandú. La aparición de los síntomas suele ser gradual, así que hay tiempo para adaptar la ruta o retirarse de la montaña si uno empieza a sentirse mal. En general, los que sufren efectos graves han ignorado las señales de advertencia.
Todavía no se conoce bien el proceso de aclimatación, pero se sabe que conlleva modificaciones en las pautas de respiración y el ritmo cardiaco y un aumento de la capacidad portadora de oxígeno de la sangre. Algunas personas se aclimatan más rápidamente que otras, pero casi todo el mundo puede subir a altitudes elevadas, siempre que el ritmo de ascenso no supere el de adaptación del organismo.
El mal de altura es caprichoso y puede afectar tanto a alpinistas y senderistas acostumbrados a grandes altitudes como a personas que nunca han ascendido. Puede ser mortal a 3000 m, aunque lo normal es entre 3500 y 4500 m.
En los ascensos superiores a 4000 m, casi todo el mundo experimenta algunos síntomas leves, generalmente dificultades para respirar y fatiga debido a la disminución de oxígeno en la sangre.
Generalmente desaparecen si se detiene la ascensión y se da tiempo al cuerpo para adaptarse al incremento de altitud. Una vez aclimatado a la altitud en la que hayan aparecido los síntomas, se puede continuar lentamente el ascenso. Los síntomas graves son otra cuestión; si aparece alguno de los que se definen a continuación, hay que descender inmediatamente.
Suelen producirse por encima de 2800 m. De noche pueden ser peores, e incluyen dolor de cabeza, mareos, apatía, pérdida de apetito, náuseas, dificultades para respirar, irritabilidad e insomnio.
Jamás se deben ignorar los síntomas leves del mal de altura, pues son la señal de alarma que manda el cuerpo. Se pueden desarrollar síntomas más graves si se sigue ascendiendo sin dar tiempo al organismo para adaptarse.
El MAM puede agravarse sin previo aviso y llegar a ser mortal. Los síntomas graves provienen de la acumulación de fluidos en los pulmones y el cerebro, y se manifiestan en dificultades para respirar (incluso en reposo), tos seca y con irritación de garganta (que puede provocar la producción de esputo rosáceo y espumoso), dolor de cabeza agudo, falta de coordinación psicomotora, confusión, comportamiento irracional, vómitos y finalmente pérdida de conciencia y muerte.
Si la ruta sube por encima de 2500 m, hay que seguir estas normas:
Si se presentan síntomas leves, hay que descansar en la misma altitud hasta recuperarse. En ese tiempo, se puede tomar paracetamol o aspirina para el dolor de cabeza. La acetazolamida se puede usar para reducir los síntomas leves, pero no es una cura y no evita el desarrollo de síntomas graves. La dosis habitual de es de 125-250 mg dos veces al día. Este fármaco es diurético, así que conviene beber más líquido para evitar la deshidratación. También puede causar trastornos en la visión y el gusto, así como una inofensiva sensación de hormigueo en los dedos.
Si los síntomas persisten o empeoran, hay que descender inmediatamente, solo 500 m pueden bastar. Si la víctima no puede caminar sin ayuda, hay que transportarla. Cualquier retraso puede ser mortal; si hay que descender de noche, se puede buscar ayuda local.
En caso de síntomas muy graves, puede ser necesario evacuar a la víctima en helicóptero a una altitud inferior. Esto es prioritario, por tanto, lo mejor es encargar a alguien del grupo que llame al helicóptero de rescate y empezar el descenso hasta el punto de recogida. Esta operación puede costar entre 2500 y 10 000 US$.
Los tratamientos de emergencia por síntomas graves de MAM pueden ir desde oxígeno suplementario, nifedipino y dexametasona hasta la represurización mediante una bolsa de Gamow (solo deben usarla profesionales sanitarios), pero solo reducen los síntomas y no son curativos. Estos tratamientos nunca deben usarse para evitar el descenso o seguir ascendiendo.
Lo único efectivo es descender rápidamente a una altitud inferior.
Conviene contratar una póliza de seguro de viaje que cubra robo, pérdida y problemas médicos. Hay una gran variedad de posibilidades, así que habrá que leer bien la letra pequeña. Algunas excluyen las “actividades peligrosas”, que pueden incluir montar en moto y practicar trekking (y desde luego bungee y rafting). Se recomienda escoger una que cubra la repatriación médica o de emergencia, incluidas la evacuación en helicóptero para senderistas y la evacuación médica general a Bangkok o Nueva Delhi, que por sí solas pueden llegar a costar 40 000 US$.
Quizá se prefiera un seguro que asuma los costes directamente en lugar de tener que desembolsar el dinero personalmente y reclamarlo después. En Nepal hay que abonar el tratamiento médico al momento. Si el seguro médico contratado no cubre este tipo de pagos por adelantado, es mejor pedir la factura para poder reclamarlo luego. Algunas pólizas exigen llamar (a cobro revertido) a un centro del país de origen, donde se realiza una valoración inmediata de la situación.
Antes y durante el viaje recomendamos que cualquier información relacionada con seguridad, salud, trámites administrativos como la expedición de visados, etc. sea verificada con el Ministerio de Asuntos Exteriores del país del viajero.