Durante nueve meses Bodrum es un tranquilo rincón de pescadores. Cada verano, en cambio, llegan a su costa miles de turistas atraídos por su gastronomía, sus playas, su vida nocturna y también su historia. Esta ciudad costera al sudoeste de Turquía fue cuna de los historiadores Herodoto y Artemisa I, tiene un pasado persa y estuvo en manos de Alejandro Mango hasta pasar a formar parte del Imperio Otomano. Esta mezcla de culturas y épocas está presente en su paisaje ecléctico, donde las mezquitas y las tradicionales casitas blanquiazules se mezclan con modernos yates y discotecas. Bodrum es todo un enclave turístico y ahí van 7 razones para descubrirla.
1. Las playas
Sus tranquilas calas rodeadas de árboles son uno de los principales reclamos de la ciudad. Sus aguas, por su confluencia del Mar Egeo y el Mar Mediterráneo, poseen una flora y fauna muy rica que las hacen idóneas para los amantes del submarinismo. También es frecuente ver personas practicando windsurf gracias a los vientos de la costa turca. Por su litoral se pueden hacer pequeñas excursiones y admirar tortugas de especies protegidas. La costa turca tiene más de 6.400 kilómetros, como estas 13 playas que también deberías conocer.
2. El puerto
El puerto de Bodrum es sin duda uno de los puntos con más ajetreo turístico de la ciudad sobre todo por el exagerado número de yates de lujo que se ven cada día. Desde el puerto salen veleros o goletas que recorren toda la bahía. También podrás llegar a las islas vecinas de Karaada (Turquía) y de Kos (Grecia). Una excursión de todo un día que pasa por diversas playas, calas y zonas de buceo. Es el clásico “viaje azul”.
3. Gastronomía
Igual que ocurre con el paisaje, la comida de Bodrum es una mezcla de todas las culturas que la han habitado. El pescado frito es delicioso y lo encontrarás en todos los rincones de la ciudad. En el mercado de la Cevat Sakir Caddesi venden pulpo, calamar, mejillones, bonito… todo fresco y te lo cocinan allí mismo a tu gusto. No faltan los kebabs (el más popular es el Iskender Kebap) que conviven con el queso feta y las olivas negras, más típicas de la vecina Grecia.
4. Artesanía
No es el Gran Bazar de Estambul pero la actividad comercial de Bodrum no se queda corta. Los turistas también llegan a esta ciudad atraídos por sus productos artesanales y hechos a mano. Alfombras, sandalias y abalorios son algunos de los souvenirs estrella.
5. Historia
La primera visita obligada son las ruinas del mausoleo del siglo IV a. C., una de las siete maravillas del mundo. Construido en mármol en honor al sátrapa persa Mausolo fue destruido por un terremoto en 1404. Sus ruinas se pueden visitar por unos 3€. El otro punto de atención es el anfiteatro griego, uno de los teatros más antiguos de Anatolia. Sus graderías permanecieron ocultas y enterrados bajo metros de tierra. Hoy en día todavía se utiliza para celebrar espectáculos. El Museo de Arqueología Submarina dentro del castillo de San Pedro de Halicarnaso son dos paradas que no te puedes perder.
6. Relax
Además de descansar en sus tranquilas playas como buen territorio turco, en Bodrum podrás relajarte en los tradicionales hammams y masajes. Regálate unas horas de paz y placer en Bodrum Hamam en la calle Cevat Sakir.
7. Vida nocturna
Es lo que mueve a miles de turistas cada verano, la fiesta y seguramente sea el contraste más abrupto que se da en esta ciudad de Turquía. Bodrum cuenta con toda una calle de bares, Barlar Sogaki, escondida entre las casitas de pescadores y que despierta cada noche. Para seguir la fiesta hasta altas horas de la noche solo hay que ir a Halikarnas, la discoteca más famosa de la ciudad.
