Las diez regiones que no hay que perderse
Esta región que se hizo rica gracias al comercio y a los viajeros vuelve a captar el interés global. Las ciudades antiguas, los dinámicos bazares y los paisajes agrestes de Asia central atraen cada vez a más visitantes en busca de aventura por una de las rutas viajeras más famosas de la historia.
El Registán de Samarcanda en Uzbekistán, es un conjunto de joyas arquitectónicas impresionante © efesenko / Getty Images
Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán ya permiten el acceso sin visado o con visado electrónico a la mayoría de los ciudadanos del mundo, y la región se encamina hacia un visado unificado “Ruta de la Seda”. Mientras, una gran inversión en transporte e infraestructura –la mayor parte bajo el patrocinio de la iniciativa china del Cinturón y Ruta de la Seda– hace que viajar por la Ruta de la Seda moderna sea más accesible que nunca.
Parece que la sustituta está a punto de salir a escena. El papel protagonista suele llevárselo su vecina superestrella, la Toscana, pero la región italiana de Las Marcas tiene un repertorio igual de amplio: poblaciones cimeras, festivales gastronómicos deliciosos, una campiña sinuosa y playas igual de sugerentes, pero con la ventaja añadida de que sus puntos de interés son mucho menos conocidos.
El Palacio Ducal de Urbino al atardecer, Las Marcas © Stefano_Valeri/ Shutterstock
En el 2020 la región brillará con luz propia cuando Urbino, la ciudad más pintoresca de Las Marcas, lidere la celebración del 500º aniversario de la muerte del gran pintor renacentista –y lugareño de pro–, Rafael.
Japón vibrará en el 2020 cuando el mundo entero acuda a Tokio por los Juegos Olímpicos de verano, y quizá no haya otra región en el país con más ganas de sumarse a la fiesta que Tōhoku.
Towada-ko es un gran lago de caldera formado tras una erupción volcánica, Tōhoku © Photos from Japan, Asia and othe of the world / Getty Images
Todavía en proceso de recuperación tras el devastador terremoto y tsunami del 2011, esta región poco turística de Japón ha trabajado duro para reabrir los enlaces de transporte, crear nuevas rutas excursionistas de larga distancia y reconstruir y mejorar las instalaciones turísticas. Famosa en el país por sus espectaculares paisajes naturales, su patrimonio cultural, sus festivales históricos, la buena comida y una cálida acogida, Tōhoku emerge como un soplo de aire fresco para el viajero harto de multitudes, y está a unas pocas horas en tren bala al noreste de la capital.
El mayor estado de Nueva Inglaterra siempre ha vivido lleno de orgullo, pero este año la pasión por “Vacationland” alcanza nuevas cotas con la celebración del bicentenario de Maine. Ciudades y pueblos de toda la región albergan exposiciones, conciertos y festivales especiales para conmemorar los 200 años de vida de su estado.
Uno de los faros del Parque Nacional Acadia, Maine © AppalachianViews / Getty Images
Aunque Maine no fuera a celebrar tan magno evento, también sería un gran momento para visitarlo: en los últimos años ha eclosionado su panorama culinario y surgen restaurantes de Km 0, tostadores de café, panaderías clásicas y cervecerías artesanales por todo el estado. Y a pesar de la creciente popularidad de Maine, es fácil huir de las multitudes en sus extensos bosques y su maravillosa costa salpicada de faros.
Aparcada en medio de ninguna parte, a 600 km al este de la costa australiana, esta espectacular isla impacta directamente en los sentidos por su descomunal belleza, declarada Patrimonio Mundial. Dos altísimos montes verdes custodian una laguna perfecta y el arrecife de coral más meridional del mundo. Playas en forma de media luna y espléndidas rutas excursionistas que atraviesan bosques frondosos se suman a una brillante oferta de actividades al aire libre.
Las montañas de la isla de Lord Howe se elevan desde la laguna © Southern Lightscapes-Australia / Getty Images
Remota y de origen volcánico, es refugio de varias especies endémicas, además de una abundante población aviar. La isla es un flamante ejemplo del turismo sostenible: solo se permite el acceso a 400 visitantes, a los cuales se les anima a participar en una serie de proyectos ecológicos. Su lejanía y su tamaño la convierten en una escapada idílica.
Guizhou es una provincia al alza. Su capital, Guìyáng, es una ciudad con más de 4 millones de habitantes (más que la población urbana de Los Ángeles, Roma y Berlín). Al caer la tarde sus calles se llenan de puestos de comida, y un cuenco de fideos de arroz picantes cuesta muy poco dinero. Mientras, en los callejones empiezan a abrirse negocios, bares y cafés artesanales.
La antigua ciudad de Zhenyuan a orillas del río Wuyang en la provincia de Guizhou © 4045 / Shutterstock
En el campo, los pueblos de casas de madera persisten, inalterables, a lo largo de los siglos aunque empiezan a ofrecer comodidades turísticas. Todo esto queda conectado por nuevas líneas de tren de alta velocidad, lo cual hace posible ir a Chongqing o Kūnmíng desde Guìyáng en un par de horas. Y el imparable impulso ingeniero de China da como resultado flamantes nuevas autopistas y puentes que hacen que desplazarse por las místicas montañas de Guizhou sea un esfuerzo del s. XXI.
Con una ristra de triunfos gastronómicos, la provincia de Cádiz cobra protagonismo. Jerez de la Frontera, reina del Triángulo del vino de Jerez, recibió su primera estrella Michelin en el 2018, que recayó en el restaurante de Juan Luis Fernández, LÚ Cocina y Alma; y sus tabancos del s. XX han sido rescatados del olvido. ¡Incluso el jerez vuelve a estar de moda!
La catedral de Cádiz se eleva sobre los tejados de la ciudad © kavalenkava / Shutterstock
En El Puerto de Santa María, el restaurante Aponiente de Ángel León es uno de los dos únicos restaurantes con tres estrellas Michelin que hay en Andalucía; y le pisa los talones el Alevante, también de León, en Sancti Petri, con una estrella. Vejer de la Frontera se ha reinventado como destino gastronómico y de hoteles-boutique, y los cafés, restaurantes y alojamientos renuevan al Cádiz de origen fenicio.
Con las cascadas más impresionantes de América del Sur, una rica historia regional y excepcionales condiciones para la observación de fauna, el Noreste de Argentina debería estar en todas las listas de viajes. Obviamente cuenta con Iguazú, una de las siete maravillas naturales del mundo, pero el resto de esta región escarpada y templada invita a salirse de las rutas más trilladas.
El espectáculo de las Cataratas del Iguazú, el sistema de cascadas más grande del Planeta © Alex Berger / VirtualWayfarer.com / Getty Images
Recién creado en el 2018, el Parque Nacional Iberá está preparado para convertirse en una de las mayores atracciones de Argentina, y es una inspiradora historia sobre cómo la recuperación del entorno natural puede tener un impacto positivo en las comunidades vecinas. La restauración de fauna trae de vuelta animales autóctonos, desde el guacamayo rojo hasta el venado de las Pampas y el yaguareté. Además, el país sigue ofreciendo una magnífica relación calidad-precio para los viajeros.
Atrapada entre los enclaves turísticos de Dalmacia e Istria, esta parte menos conocida de la costa croata ha ido forjándose en silencio su fama en lo culinario y en la protección medioambiental a lo largo de la última década.
Las casas de piedra de Volosko se elevan desde el puerto a través de un laberinto de callejones © Panther Media GmbH / Alamay Stock Photo
Ahora el golfo del Carnaro(Kvarner) ya está listo para salir a escena con su ciudad principal, la portuaria Rijeka, como Capital Europea de la Cultura en el 2020. Entre las flamantes nuevas incorporaciones se incluyen espacios replanteados arquitectónicamente para museos y centros culturales. En papeles secundarios –pero a punto para robarle el plano a la protagonista– están las islas del golfo, con su belleza eterna, sus históricas ciudades amuralladas repletas de arquitectura de época veneciana, numerosas playas y un encanto considerable.
Esta región es el mundo natural en su estado más puro, un paraje antiguo cuyas fauna policromática y flora caótica y enredada le confieren un aire casi alucinógeno. La jungla brumosa alberga algunas de las especies de plantas y animales más raras del mundo y a las comunidades que han custodiado esta gran expansión verde durante siglos. A medida que el clima del planeta cambia, la conservación de la Amazonia brasileña resulta fundamental.
Niebla en el río Amazonas a primera hora de la mañana © Brasil2 / Getty Images
En el 2020, los viajes responsables y bien planificados al bosque más importante del mundo respaldarán los esfuerzos por un turismo sostenible, beneficiando simultáneamente a las comunidades locales y a la economía nacional, y realzando el valor cultural y económico de la conservación.
