Los 10 mejores viajes largos en tren

Escrito por
Sarah Baxter, autora de Lonely Planet

2 Junio 2017
5 min de lectura
© Boccaccio1 - Flickr
Transiberiano, Rusia

10 viajes en tren para disfrutar de los paisajes cambiantes

No se puede negar el romanticismo de un viaje largo en tren... olvidar el traqueteo y los ruidos del vagón para disfrutar de los paisajes cambiantes desde la ventana de la litera, del ritmo pausado y de la dulce expectativa del destino final. 

 

Aunque desafortunadamente los trenes nocturnos están desapareciendo, aún existen algunas opciones estupendas.

1. Darwin-Adelaida, Australia

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The Ghan © Roderick Eime - www.flickr.com/photos/rodeime/7559535932

Se puede ir en avión al Centro Rojo de Australia, pero no se haría justicia al interminable despliegue de rojos y ocres que recuerdan a uno dónde se halla y lo diminuto que es. Llegar al corazón de este enorme país en tren permite apreciar su tamaño y las penurias de los pioneros en aquellas tierras. El Ghan, que une Darwin, en el norte, con Adelaida, en el sur, recibe su nombre de los camelleros afganos que transportaban mercancías a Alice Springs, en el centro del país, antes del ferrocarril. Durante cuatro días se ven rocas y canguros rojizos, y uno se alegra de no cubrir los 2979 km a pie.

2. Nueva Delhi-Agra, India

Si la idea de ir apretujado con la plebe en un tren normal produce escalofríos, entonces el Palace on Wheels es lo que se busca. Siete días viajando como un rajá indio, en dependencias lujosas y con mayordomo las 24 h suponen un placer inolvidable. La experiencia ofrece un circuito por el antiguo Rajastán, un reino mítico de marajás, fortalezas majestuosas y palacios espléndidos.

Parte de Nueva Delhi y llega a Agra, al Taj Mahal. El viaje incluye maravillas como la capital de las joyas Jaipur, la región de los tigres y el palacio del Lago de Udaipur. Este recorrido requiere siete días, así que hay que ponerse cómodo y disfrutar de todo ese patrimonio real con estilo.

3. Toronto-Prince Rupert, Canadá

No se trata de un viaje en tren, sino de una lección de historia. Canadá se pobló en ferrocarril. Cuando los inmigrantes llegaban a la costa este, seguían su viaje hacia el oeste por los pioneros raíles. El Canadian resulta imponente, un servicio que cruza el país de Toronto a Vancouver, durante cinco días tres veces semanales, y que atraviesa extensas planicies, las Montañas Rocosas y un vacío espléndido. Para completar la aventura, se puede hacer transbordo al Skeena en Jasper. Se trata de la ruta más panorámica de Canadá, entre altas cumbres y con paradas en poblaciones remotas y fascinantes. 

4. Londres, Inglaterra-Fort William, Escocia

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Caledonian Sleeper © Andrew Bowden - www.flickr.com/photos/bods/3724299711

Se cierran los ojos en las calles abarrotadas de tráfico y oficinas y se vuelven a abrir en una mañana de montes y brezales con ciervos correteando... El Caledonian Sleeper, que circula de Londres a Escocia, no es un trayecto en tren, sino una escapada, un teletransporte nocturno desde el bullicio a las Tierras Altas. Después de Edimburgo, la ruta se divide en tres ramas, hacia Inverness, Aberdeen y Fort William. Esta última es la más espectacular; circula por el lago Lomond y el páramo de Rannoch, donde los raíles flotan sobre una esponja de raíces y matorrales, para llegar al pie del Ben Nevis, el pico más alto del Reino Unido. 

5. Hanói-Ciudad Ho Chi Minh, Vietnam

Aunque este tren circula sobre vías construidas por los colonialistas franceses en los años treinta, su espíritu es 100% vietnamita. A esta vasta línea la llaman el Expreso de la Reunificación, porque cuando reanudó su servicio, tras años de bombardeos estadounidenses, recorrió un país recién reunificado. En sus 1726 km de recorrido, desde las frenéticas calles de Hanói, en el norte, hasta la sugerente Ciudad Ho Chi Minh, en el sur, pasa por las costas del mar de China, la antigua Zona Desmilitarizada, la histórica Hue, Nha Trang, con su arena blanca, y numerosos arrozales, búfalos de agua y escenas bucólicas. 

6. Roma-Siracusa, Italia

Pocos medios de transporte rivalizan con el romanticismo del tren, excepto quizá los barcos. Afortunadamente este tren nocturno combina los dos. El tren desde la ciudad eterna hasta la siciliana Siracusa, vía la espléndida costa calabresa y el borboteante Etna, es cargado en un ferri para cruzar el estrecho de Mesina. La travesía dura 30 min y se puede gozar del aire mediterráneo en cubierta o permanecer en el compartimento, acurrucado en la bodega del ferri, montado en un tren dentro de un barco para disfrutar de una experiencia multinivel. 

7. Johannesburgo-Ciudad del Cabo, Sudáfrica

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Shosholoza Meyl © Bob Adams - www.flickr.com/photos/satransport/16993112398

The Blue Train resulta muy agradable. Esta opulenta locomotora turística se desliza entre Pretoria y Ciudad del Cabo, alardeando del espectacular paisaje de Sudáfrica con estilo. Pero este privilegio forrado de madera se hace valer: 1400 US$. Se antoja un tanto innecesario cuando el Shosholoza Meyl realiza prácticamente el mismo recorrido por menos de una veinteava parte del precio. Los trenes más económicos circulan desde Johannesburgo, pero por lo demás siguen la misma ruta. Desde luego, hay menos mayordomos a bordo, pero es más probable que se entable conversación con los lugareños. 

8. Niza, Francia-Moscú, Rusia

Este recorrido en tren, que une el Mediterráneo y el río Moscova, es el más largo de Europa, con 3315 km y casi 50 h de traqueteo por el continente. Tras la ventana discurren la deslumbrante Riviera Francesa, las exquisitas Milán y Verona italianas, los nevados Alpes cerca de Innsbruck, la majestuosa Viena, la ciudad de Bohumín en la frontera checo-polaca, la capital de Belarús, Minsk, y Smolensk, una de las ciudades más antiguas de Rusia. Es un viaje educativo donde se encuentran Oriente y Occidente, que muestra dónde se han suavizado y dónde no las fronteras (se necesita visado para atravesar Belarús), y que recuerda por qué es tan divertido viajar en tren. 

9. Moscú, Rusia-Pekín, China

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Transiberiano © Duncan Odds - www.flickr.com/photos/76636109@N02/6886272493

El Transiberiano no es el tren nocturno más clásico, es simplemente el tren más clásico. Se trata de una enorme locomotora que se toma su tiempo para cruzar el terreno más inhóspito del planeta, resoplando entre ciudades rusas, el lago más profundo del mundo y la helada pero extrañamente cautivadora llanura siberiana. Existen tres líneas; la más interesante es la Transmongoliana, que une Moscú y Beijing vía Ulán Bator. Se trata de experimentar la vida en el tren, comprar salchichas a los vendedores de las estaciones, jugar a cartas con los compañeros de vagón y charlar hasta el anochecer saboreando un té caliente o vodka. 

10. Chicago-San Francisco, EE UU

El California Zephyr recibe su nombre del antiguo dios griego del viento del oeste y también se dirige al oeste llevando el espíritu de los pioneros desde Chicago hasta Emeryville, cerca de San Francisco, y recorriendo paisajes paradisíacos. En sus 3924 km de recorrido, sortea montañas nevadas, furiosas aguas bravas, cañones vertiginosos, desierto hostil y una maravilla de la ingeniería de túneles y desniveles. Pasa incluso por la divisoria continental. Es la ruta que en 1869 unió por primera vez el este y el oeste de EE UU.