Puducherry, India

Escrito por
Lonely Planet

23 Julio 2024
3 min de lectura
© Jean-Yves Barralis/Shutterstock
Encanto galo en el barrio francés de Puducherry.
Sobre el golfo de Bengala, en el sureste de la India, Puducherry (anteriormente Pondicherry) hace tiempo que atrae a los visitantes con su arquitectura gala –vestigio del pasado de la ciudad como colonia francesa intermitente hasta 1954– y sus templos, iglesias y centros espirituales. También es la ciudad más cercana a Auroville, un experimento espiritual panreligioso con residentes procedentes de todo el mundo. Ahora, gracias a un vasto proyecto para recuperar las playas de arena erosionadas por el mar, Puducherry se está reinventando también como destino para los amantes de la arena y el surf.

Imprescindible

  • Pasear por el histórico barrio de White Town, con sus edificios en tonos pastel que recuerdan a la Riviera francesa.
  • Visitar las exposiciones temporales de la Puducherry Contemporary Art Gallery, de gestión gubernamental e inaugurada en el 2022. 
  • Ver objetos de los imperios Chola y Vijayanagar junto con antigüedades francesas en el Museo de Puducherry.  
  • Dirigirse al norte, hacia Auroville, para ver el dorado Matrimandir, un templo panreligioso donde meditar y concentrarse. 

Litoral recuperado

Si bien Puducherry tiene todos los elementos de una escapada costera, las últimas tres décadas faltaba algo clave: una playa. Las franjas arenosas de costa que bordeaban la ciudad desaparecieron a principios de la década de 1990 por efecto (inesperado) de la construcción en 1989 del puerto. Hasta hace poco los visitantes de Puducherry tenían que salir de la ciudad para poder disfrutar de un día de playa o limitarse a recorrer el paseo marítimo de 1,2 km, separado del golfo de Bengala por un malecón al que se llamó Rock Beach.  

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Toque de color en las calles de la ciudad. Kiran-Sharma/Shutterstock ©

Toque de color en las calles de la ciudad. Kiran-Sharma/Shutterstock ©

Gracias a los esfuerzos conjuntos del gobierno local y el Instituto Central de Investigación de Pesquerías Marinas de la India, se está recuperando la costa arenosa de la ciudad, en gran parte mediante arrecifes artificiales diseñados para remodelar el litoral y atraer peces a la zona, un regalo para los pescadores.  

Aunque caminar por el paseo marítimo de Rock Beach, algodón de azúcar en mano, aún es una forma popular de pasar el rato, sobre todo al atardecer, ya hay nuevos tramos de playas de arena, como la adecuadamente llamada New Beach. Un vasto proyecto de instalación de arrecifes en los años 2023-2024 espera recuperar más arena para que Puducherry recobre su gloria playera.

En busca de espiritualidad

Aunque la mayoría de los residentes de Puducherry son hindúes, hay una gran población católica y las majestuosas iglesias y catedrales de la ciudad son parte de su esplendor. Destaca la catedral de la Inmaculada Concepción, del s. XVIII, un imponente edificio blanco con detalles en amarillo y esculturas de ángeles. Igual de vistosa, Nuestra Señora de los Ángeles atesora una fachada neoclásica de un suave tono coralino con columnas gemelas flanqueando la entrada. En el interior, pilastras corintias sostienen su enorme techo.  

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Catedral jesuita de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción. Alankit Thapa/Shutterstock ©

Catedral jesuita de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción. Alankit Thapa/Shutterstock ©

Pese a la abundancia de iglesias, Puducherry es una ciudad hindú. De hecho, el viajero topará enseguida con algún un templo dravídico coronado por una vimana (torre) cónica y adornado con esculturas de vivos colores de entidades y animales etéreos. Entre los más populares se cuenta el centenario Manakula Vinayagar, en el barrio de White Town. Está dedicado a Ganesh, el dios con cabeza de elefante del panteón hindú, y alberga numerosos frisos coloridos que representan distintas escenas mitológicas.

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Matrimandir, en el ashram de Sri Aurobindo. Vyas Abhishek/Shutterstock ©

Matrimandir, en el ashram de Sri Aurobindo. Vyas Abhishek/Shutterstock ©

Otro lugar destacado es el 'ashram' de Sri Aurobindo, fundado por el político convertido en yogui Sri Aurobindo y su colaboradora francesa, Mirra Alfassa, conocida como "La Madre". Los aspirantes llegan para practicar el yoga integral propio de este centro; los turistas pueden realizar una visita de 3 h por él y por los talleres artesanales que lo sustentan. La Madre también impulsó el establecimiento de Auroville, una comunidad intencional al norte de la ciudad. Fundada en 1968 como una "ciudad universal donde hombres y mujeres de todos los países sean capaces de vivir en paz y progresiva armonía por encima de todo credo, política y nacionalidad", Auroville atrae a visitantes de todo el planeta. Muchos acuden para ver la pieza central de la comunidad, Matrimandir, una cúpula geodésica dorada estilo pelota de golf que alberga una esfera de vidrio gigante.

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