Han pasado 43 años desde que el padre Karran se arrojara por la ventana de la casa y cayera rodando por una escalera hasta su muerte. 43 años desde que se rodara el mítico final de "El exorcista" en un anodino rincón del barrio de Georgetown, en Washington D.C.
Ahora, la alcaldesa de la ciudad por fin ha colocado una placa junto a la escalera recordando que este es un lugar mítico en la historia del cine. Y digo por fin porque, aunque hasta ahora no había recordatorio alguno, las escaleras de "El exorcista" eran ya parada obligada para el viajero.
Son 75 escalones. No es un lugar ni bonito ni espectacular. Nada que ver con la escalinata del Lincoln Memorial, también en la capital de Estados Unidos, que hemos visto en otras muchas películas. O las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia que inmortalizó "Rocky". En el número 3500 de la calle Prospect Noroeste, en Washington D.C., arranca un callejón que lleva a la parte superior de las icónicas escaleras por las que cayó el padre Karran cuando se quita la vida en un intento de matar al demonio que le ha poseído.
Es fácil coincidir allí con otras personas que también han acudido a ver con sus propios ojos esas escaleras. También es probable coincidir con capitalinos que suben y bajan a la carrera los 75 inclinados en su diario ejercicio físico. Con una gasolinera al lado y un transitado puente sobre el río Potomac detrás, es probable que el lugar carezca de magia para todo aquel que no tenga en su memoria cinematográfica la escena nocturna de la escalera escasamente iluminada y el cuerpo del padre Karran cayendo por sus escalones. Si te gusta el cine, es difícil visitar Washington D.C. por primera vez y no acudir a esta cita.
El barrio de Georgetown en el que nos encontramos fue el lugar donde se rodaron algunos de los pocos exteriores de la película. Aquí nació la capital de Estados Unidos y aquí sobreviven sus preciosas casas del siglo XVIII convertidas ahora en elegantes residencias para sus vecinos más prósperos. La bulliciosa calle M, repleta de tiendas y restaurantes, es uno de los lugares más animados de Washington. Y el Chesapeake and Ohio Canal ofrece algunos de sus rincones más pintorescos.
Jason Miller, el actor que encarnó al padre Damien Karras, no pudo asistir a la ceremonia en la que se colocó, la víspera de Halloween, la placa que desde ahora recuerda la peculiaridad de esta escalera. Miller murió en 2001. Pero sí estuvieron el director de la película, William Friedkin, y Peter Blatty, de cuya mente surgió el libro y el guión.
Hace unas semanas visité las escaleras. Cuando caminaba por la calle Prospect en dirección al lugar, me sorprendió una fotografía colocada en la ventana de una de las casas, a pie de calle. El retrato era el del rostro maléfico de Regan, la niña de 12 años poseída por el diablo en la película. En Georgetown mantienen vivo el recuerdo de la legendario película. Sólo faltaban los inquietantes acordes de su banda sonora, el"Tubular Bells" de Mike Oldfield, saliendo de su interior.
Texto y fotos: Marino Holgado