Península de Kii, Best in Travel 2018
El Kumano Kodō, una de las rutas más remotas y gratificantes de Japón, serpentea a través de la montañosa península de Kii, al sur de Osaka. Antaño era una ruta sagrada de peregrinación reservada a emperadores y samuráis, pero hoy, el ‘camino de Kumano’ está abierto a peregrinos y paseantes modernos.
De ruta antigua a Patrimonio Mundial
Mucho antes de que la religión ‘organizada’ existiera en Japón, sus habitantes veneraban a la naturaleza en el místico paisaje de la península de Kii. Los elevadísimos árboles, la cascada más elevada del país y las montañas eran considerados kami (dioses), y pasear entre ellos se convirtió en un acto sagrado. Emperadores y samuráis llevaban detallados diarios de sus peregrinajes por la zona; uno de los primeros en hacerlo fue Fujiwara-no-Munetada (1062-1141), un aristócrata que viajó a Kumano en 1109.
A lo largo de los años, se construyeron templos budistas y santuarios sintoístas, la religión nativa de Japón, y la ruta adquirió una iconografía más familiar para el pueblo llano. En el año 2004, el Kumano Kodō y sus enclaves sagrados fueron declarados Patrimonio Mundial; es una de las dos únicas rutas de peregrinaje reconocidas por la Unesco (la otra es el Camino de Santiago, en España y Francia).
Elegir una ruta
En realidad, el Kumano Kodō no es una ruta, sino una red de rutas que cruza montes llenos de bosques, sin punto de partida ni de llegada oficial, y sin ningún orden a seguir. Hay excursiones que van de lo moderado a lo más exigente, y que duran desde varias horas hasta varios días, e incluyen algunos de los grandes ‘puntos neurálgicos’ de Japón: templos, bosques y cascadas para colmar el alma.
Históricamente, los peregrinos visitaban el Kumano Sanzan –los tres grandes santuarios de Kumano–, que son las piedras angulares de la Ruta Nakahechi (o Ruta Imperial), la más activa de la región.
La ruta principal cruza la península de Kii desde Takijiri-ōji, al oeste, y va 38,5 km al este pasando por el primero de los tres grandes santuarios, en Hongū. Allí la ruta se bifurca hacia los otros dos santuarios, hacia el sureste a través de las montañas y hacia la cascada Nachi-no-taki, o hacia el este, siguiendo el río Kumano-gawa hasta la ciudad de Shingū.
Existen varios itinerarios en la Ruta Nakahechi. Los puristas querrán recorrerla a pie entera, pero no pasa nada por tomar el autobús de vez en cuando entre los puntos de interés y los puntos de partida, sobre todo si se dispone de poco tiempo.
La Ruta Nakahechi
En la costa oeste de la península de Kii, Tanabe es la puerta de entrada del Kumano, y ofrece un vistazo del mundo moderno a los caminantes antes de partir. Es buena idea coger fuerzas tomando sashimi, yakitori, sake y la especialidad local, el umeshu (licor japonés de albaricoque) en una de las izakayas (taberna japonesa) del laberinto de callejones de Ajikōji, lleno de restaurantes.
La ruta comienza en el santuario sintoísta de Takijiri-ōji, a un trayecto de 40 min hacia el este desde Tanabe. Durante siglos, este lugar era donde los peregrinos realizaban sus abluciones en las aguas curativas del río antes de comenzar su viaje. Una excursión de 4 km empieza con una empinada subida y sigue entre raíces de árboles y rocas antes de llegar a Takahara, apodado ‘el pueblo en la niebla’, un buen lugar para pasar la noche.
Es una caminata de 13 km –con un desnivel acumulado de 830 m– hasta Tsugizakura, el siguiente pueblo, con sus pinares ancestrales, que albergan pinos con troncos cuyo diámetro alcanza los 8 m. Muchos caminantes optan por andar 25 min desde Takahara para tomar un autobús; hay otros 25 min andando desde la parada hasta Tsugizakura.
Los caminantes con buena forma física pueden recorrer los siguientes 21,5 km en unas 8 h, pasando por aldeas remotas, senderos boscosos y el edificante mirador del Kumano Hongū Taisha, el primero de los grandes santuarios, encaramado en una cresta arbolada. Cerca del santuario está el modernísimo Kumano Hongū Heritage Centre, que ofrece explicaciones –en inglés– de calidad museística sobre la ruta y los enclaves Patrimonio Mundial. Destaca la torii (puerta de santuario) más grande de Japón, con casi 40 m de altura, detrás del centro.
A mitad del siguiente tramo, de 27,5 km (un día y medio) empieza la parte más dura del recorrido. Los caminantes se encuentran con la llamada Dogiri-zaka (‘cuesta rompe-cuerpos’); 5 km de subida continua y un desnivel de 800 m. En palabras de un poeta del s. XIII, “es imposible describir de forma precisa lo dura que es”.
Tras una serie de subidas y bajadas en paralelo a una vía de servicio, la recompensa son las vistas de Nachi-no-taki, la cascada más alta de Japón (133 m), que aparece en un sinfín de fotografías de viaje como telón de fondo de la brillante pagoda naranja del valle. La cascada es el kami (dios) consagrado en el colindante Kumano Nachi Taisha, el segundo de los grandes santuarios de la zona.
Para llegar al Kumano Hayatama Taisha, el último de los tres santuarios, los peregrinos tradicionales descenderían por el río Kumano-gawa desde Hongū hasta su desembocadura en el Pacífico, en la ciudad de Shingū. Los viajeros de hoy pueden cubrir el trayecto a bordo de un barco tradicional, si bien también se puede hacer en kayak o en lancha motora. En el santuario hay que admirar el pino de 800 años –considerado sagrado–, un buen final de la experiencia del Kumano.
Aldeas termales y Kōya-san
Si hay más tiempo para explorar esta región, conviene tener en cuenta dos excursiones más que merecen la pena.
A un fácil trayecto en autobús, o a un paseo de 3,5 km desde Hongū hay un trío de pueblos con manantiales termales que han velado por los pies y las almas de los viajeros durante siglos. Si solo hay tiempo para visitar una, la más pintoresca es Yunomine Onsen, con un arroyo que baja de los montes y cruza el centro de la aldea. Hay pequeñas ryokan (posadas tradicionales) con bonitos baños rústicos junto a los baños públicos. Watarase Onsen alberga un amplio recinto con baños interiores y exteriores, rodeado de posadas más grandes. La más inusual de las tres es Kawa-yu Onsen, donde el agua caliente fluye por debajo del lecho del río y los bañistas cavan sus propias bañeras entre las rocas del río. El ribereño Kawa-yu es uno de los pocos baños termales de Japón en donde hay que usar bañador.
Al norte del Kumano Kodō, el cimero Kōya-san es un recinto de templos con una espiritualidad palpable, sede de la escuela Shingon del Budismo Esotérico, y está declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Solo los excursionistas más en forma y más decididos querrán recorrer la ruta Kohechi, de 70 km, desde Kumano; el resto cuenta con un par de conexiones diarias en autobús. También se puede ir a Kōya-san en tren desde Osaka.
De excursión
Si se toma como una excursión de un día, se puede ir a Nachi-no-taki y al santuario Kumano Nachi Taisha. Desde Osaka hay trenes exprés Kuroshio que rodean la península hasta la estación de Kii-Katsuura en unas tres horas y media; desde allí hay un trayecto en autobús de 25 min hasta la zona de santuarios. Hay una buena caminata al santuario por un paseo de 800 m bordeado de árboles. Si se va bien de tiempo, es buena idea regresar a la estación Kii-Katsuura y seguir en tren hasta Shingū y el santuario Kumano Hayatama Taisha.
Dónde alojarse
La mayor concentración de alojamientos se da en las ciudades de Tanabe, al oeste, y Shingū, en el extremo este de la Ruta Nakahechi; y a lo largo de la ruta hay pequeñas pensiones y ryokan. En estas aldeas se viven experiencias autenticamente japonesas; incluso en los locales más nuevos, la oferta es de lo más tradicional, con futones para dormir sobre suelos con tatamis, baños compartidos y cocina local. En Hongū está Blue Sky Guesthouse, un B&B más moderno en medio de un valle. En Tanabe, el sencillo Miyoshiya Ryokan,de mitad de siglo, es uno de los favoritos de los viajeros; mientras que en Shingū, el Hotel New Palace ofrece descanso en habitaciones modernas de estilo occidental. Los alojamientos en las aldeas termales que hay cerca de Hongū bien merecen un desvío, sobre todo la carismática y ribereña Ryokan Yoshino-ya, en Yunomine Onsen.
Cómo llegar
El Tanabe City Kumano Tourism Board es uno de los mejores centros de Japón, y un excelente recurso para planificar un viaje. Publica detallados planos de la región, que están disponibles en línea; recomienda restaurantes con cartas en inglés, y tiene un servicio de reserva de alojamiento multilingüe en línea. Conviene reservar con tiempo, sobre todo si se va a viajar en verano o en otoño.