Los 18 mejores secretos de San Francisco

Texto por
Lola Escudero
Golden Gate y San Francisco, EE UU
Mike Behnken - Flickr

La inspiración va por barrios

Las nuevas ideas suelen nacer en la costa del Pacífico y después viajan por el planeta hasta llegar a Europa. En San Francisco se encuentra la próxima tendencia de moda, la tecnología aún por descubrir y las extravagancias que pronto serán normales.

San Francisco, esta ciudad de la costa Oeste de Estados Unidos, siempre se ha vivido sin inhibiciones y adelantándose a su tiempo. Es la ciudad gay de Estados Unidos, la capital tecnológica, el lugar donde nacieron el skate o el arte urbano y donde han surgido gran parte de los movimientos reivindicativos del siglo XX y XXI. 

 

1. Puente Golden Gate

Puente Golden Gate © torbakhopper - www.flickr.com/photos/gazeronly/13243427785

Cuando la niebla vespertina espesa, el Golden Gate, punto de referencia más icónico de San Francisco desaparece. Por la mañana el puente reaparece, naranja contra el azul del cielo, gracias a que 25 pintores aplican 3785 l de pintura a la semana. Con su diseño art déco y color naranja este puente de casi 3 km de largo y varias torres es el símbolo de la ciudad junto a sus tranvías y sus calles empinadas.

Los aficionados a la niebla prefieren las vistas desde Vista Point en Marin, en el extremo norte, para ver cómo las nubes caen sobre los cables. El puente tiene un camino peatonal y las bicicletas disponen de acceso 24 h pero deben ceder el paso a los peatones en la acera oriental. En Fort Point, una de sus torres, Alfred Hitchcok rodó las escenas de Vértigo, con impresionantes vistas sobre el Golden Gate. 

 

2. Alcatraz, la fuga imposible

Ningún preso escapó oficialmente vivo de esta isla-prisión, pero cuando se cierra la puerta del pabellón D de Alcatraz no parece mala idea nadar 2 km a través de corrientes turbulentas con tal de escaparnos. Suerte que hay un ferri para volver.

Tras cerrar la prisión en 1963, los líderes indios ocuparon la isla y consiguieron el apoyo popular. Nixon reinstauró territorios indios y convirtió la isla en parque nacional. Atrae a muchos turistas y a aficionados a la observación de aves. Las visitas de día incluyen circuitos con audioguía en las que presos y guardas rememoran la vida en prisión. 

 

3. Exploratorium 

Exploratorium © Christopher Carfi - www.flickr.com/photos/christophercarfi/2468160752

No es un museo, sino una experiencia envolvente, con exposiciones científicas experimentales. Para ver un mundo sin colores, solo hay que avanzar a tientas en la Cúpula Táctil, tomar cócteles brillantes en la Sala Ultravioleta y salir iluminado. El físico Frank Oppenheimer fundó el Exploratorium en 1969 para investigar sobre la ciencia, el arte y la percepción humana y aquí se puede hoy experimentar momentos de flashback a la década de 1960. En el Muelle 15 podemos hacer una pausa tomándonos un helado de cultivo ecológico en triciclos con paneles solares o cócteles y comida sostenible de la chef Loretta Keller en el Seaglass Restaurant

 

4. MH de Young Memorial Museum

El verde óxido del cobre que lo recubre se mimetiza con el parque, pero su ecléctica y viajera colección sí que llama la atención. Este edificio de Herzog & de Meuron alberga excelentes creaciones: aquí podremos ver desde la California contemporánea hasta el antiguo Egipto; collages beat de la década de 1950, un sujetador de Jean Paul Gaultier de los años 80 o máscaras oceánicas. Las exposiciones itinerantes pueden dar gratas sorpresas.

En de Young Museum, lo más llamativo es su retorcida torre medieval de ciencia ficción de 40 metros, con un acceso gratuito al mirador. Los viernes hay música en directo, representaciones, estrenos de cine y artistas locales. Los eventos son gratis y la entrada va incluida en el acceso a la galería. 

 

5. California Academy of Sciences

California Academy of Science © Roberto Bolaños - www.flickr.com/photos/4nh3ll/8400043658

Solo San Francisco dedicaría un monumento de cuatro plantas a fenómenos de la naturaleza. El edificio ecológico del 2008 del arquitecto Renzo Piano con certificación LEED de platino alberga 38 animales poco corrientes, un bosque tropical interior, un hábitat para pingüinos, mariposas azules, un pulpo rosa y otras 38 000 criaturas.

California Academy of Sciences cuenta además con una selva tropical de cuatro pisos, planetario, acuario y laboratorios científicos

 

6. Asian Art Museum, una mirada al otro lado del Pacífico

Cuando la niebla oculta las vistas del Pacífico, esta colección de 18 000 piezas, que abarca 6000 años, desde Pakistán hasta Japón, permite ver toda Asia. El museo de Arte asiático ofrece un viaje por océanos y siglos, de miniaturas de Rajastán subidas de tono hasta obras de Masami Teraoka con geishas tomando helado. Su colección de piezas asiáticas hermana a Taiwan, China, Tibet, Pakistán, India, Japón, Corea o China, bajo un techo de estilo italiano.

También reflejan los 150 años de historia de San Francisco como puerta de entrada de Asia a Norteamérica. Hay exposiciones temporales, talleres y actuaciones en directo en la Samsung Hall o en los patios.

 

7. Tranvías: aventura urbana

Tranvía en Nob Hill © Dennis Jarvis - www.flickr.com/photos/archer10/20638025895

Saltar al escalón y asirse a una agarradera de cuero es lo último en atracciones de feria urbanas. El transporte público nunca fue tan poético como cuando las vertiginosas subidas ofrecen vistas del Golden Gate. Este transporte victoriano es de lo más típico de la ciudad, y casi una aventura en sí mismo: un freno de mano parece ser lo único que se interpone entre el viajero y un fatal destino.

Pero los dispositivos de Andrew Hallidie de 1873 han aguantado bien en las vertiginosas laderas de San Francisco, y los chirriantes frenos y el sonido de las campanas de latón tan solo le añaden emoción al trayecto. Los tranvías de Powell-Mason llegan antes a Fisherman’s Wharf, los de Powell-Hyde son más pintorescos y la línea este-oeste de California está menos abarrotada. 

 

8. Coit Tower y escaleras de Filbert Street

Los loros se burlan de las escaleras ajardinadas de Filbert Street en Telegraph Hill. Sorprendentes panorámicas y murales de los años 30 recompensan en lo alto de la Coit Tower, el signo de exclamación de la línea del cielo de San Francisco.

En el siglo XIX un implacable empresario abrió una cantera en Telegraph Hill para consternación de sus vecinos. El ayuntamiento al final detuvo la explotación, pero las vistas de la bahía desde las escaleras de Filbert St, en la pared del acantilado y bordeadas de jardines, todavía son pura dinamita.

 

9. Fisherman’s Wharf 

Fisherman's Wharf © Chris Connelly - www.flickr.com/photos/c_conn/8536097252

Allí donde antes se pescaba, ahora San Francisco atrapa a turistas entre la terminal de tranvías y el puerto de Alcatraz Cruises. Pero allí donde menos se esperaría, Fisherman's Wharf ofrece sorpresas y placeres.

Uno puede tomar el sol con leones marinos, montarse en un tiovivo de unicornios, entrar en un submarino de la II Guerra Mundial, consultar máquinas retro que adivinan el futuro o ver tiburones desde tubos de cristal de seguridad.

 

10. Ferry Building, cita gastronómica

Lo mejor de Bay Area no es la torre del reloj del s. XIX, sino su innovadora cocina californiana. Galardonados chefs sirven platos de autor con vistas a la bahía y los productores locales abastecen de inspiración culinaria.

El antiguo centro de transporte de la terminal del ferri se ha convertido en un emporio gastronómico, con restaurantes galardonados, catas de vino y boutiques gastronómicos. Por ejemplo Mijita, un local familiar californiano-mexicano que sirve tacos de pescado y ponche de frutas, un homenaje a la cocina más auténticamente mexicana. O Slanted Door que sirve platos de inspiración vietnamita, como su pato con especias e higos, con vistas a la bahía. Sin olvidar el mercado de agricultores que se monta en la plaza del ferri donde los chefs profesionales y los gastrónomos buscan productos del norte de California, queso de cabra o tamales de cultivo ecológico. 

 

11. Lombard Street

Las ocho curvas cerradas de Lombard St son el centro de atención, pero subiendo esta calle hay rutas secretas y vistas impagables del Golden Gate dedicadas a un poeta en Sterling Park. Las ocho curvas de ladrillo bordeadas de flores producen auténtico vértigo. Su descripción como la “calle más sinuosa del mundo” es incorrecta (Vermon St, en Potrero Hill la supera), pero la emoción es auténtica.

Hitchcock las utilizó para rodar Vértigo y Tony Hawk las incluyó en su videojuego Pro Skater. Es mejor bajar sus 250 escalones, los residentes no quitan ojo a esta espectacular calle.

 

12. Mission, callejones soleados llenos de murales

Mission © emile lombard - www.flickr.com/photos/emilio11/16330787319

El barrio original de San Francisco se construyó en torno a una misión española del siglo XVIII donde no crecía nada hasta que la Fiebre del Oro atrajo a los aventureros y empezó la especulación. Mission sigue siendo terreno fértil para la imaginación y las historias fantásticas, de ahí sus calles llenas de murales, las tiendas para piratas y los intensos enfrentamientos literarios.

Gracias a su microclima, cuando la niebla se cierne en el Golden Gate Park, en Mission brilla el sol. Uno abandona la húmeda costa y se une a los que se broncean, toman helados de cultivo ecológico en Dolores Park, presencian la creación de murales y jardines en callejones, y ven pasar a la gente en Valencia St durante sus happy hours.

 

13. Vida social en contenedores reciclados

No ha habido un naufragio en Hayes Valley junto a Patricia’s Green. Estos contenedores se han reciclado para crear un centro urbano que incluye algunos de los locales más populares de la ciudad: Smitten Ice Cream, que vende postres con nitrógeno líquido e ingredientes de temporada; Ritual Coffes, donde se sirve un cremoso café express de culto, o Biergaten, que atrae multitudes a las mesas de pícnic comunales para tomar cerveza y bratwurst.

 

14. El histórico Castro

Castro © torbakhopper - www.flickr.com/photos/gazeronly/9342251643

Este pequeño barrio es un símbolo global de libertad, bajo la enorme bandera del arco iris. En el centro del mundo gay se organiza el Día del Orgullo, pero sus triunfos en derechos civiles, libertad de expresión y tratamientos contra el VIH/sida se lograron con mucho esfuerzo.

El primer museo de historia LGBT de EE UU narra este arduo camino. En el Castro Theatre se tocan oberturas de cine independiente, joyas y clásicos de culto. En el Twin Peaks Tavern, el primer bar gay con ventanas abiertas a la calle, se puede hacer un brindis por la libertad.

 

15. 'Skate' en Haight

En San Francisco se creó el Skate. Para los skaters el verdadero icono de San Francisco no es el Golden Gate, sino Haight St. La bajada desde Buena Vista Park a Lower Haight aparece en innumerables vídeos de You Tube y en la revista Thraser.

En SFO Snowboarding & FTC skateboarding venden tablas Western Edition con dibujos de casas victorianas desvencijadas y su personal, skaters profesionales, informa sobre lo último en las calles de la ciudad.

 

16. Vida nocturna en SoMa

SoMa © GPS - www.flickr.com/photos/zoxcleb/17163397965

Centro de la fiesta de San Francisco desde la década de 1970, uno puede ir disfrazado, retro o underground. Algunas cosas han cambiado: las saunas han desaparecido, las pistas de baile se iluminan con LED y hay trapecistas en las barras, pero el público sigue animándose con clásicos retro y el baile gay de los domingos no tiene rival.

En SoMa, este distrito donde la gente trabaja mucho y se divierte aún más, los clubes en almacenes y los hoteles de cuero están cerca de hoteles de negocios. Cuando el sol se pone, el ambiente sube de tono: para ir de discotecas se aconseja ir en taxi o coche, y hay que llamar a los clubes con antelación para estar en la lista de entrada: 111 Minna Gallery, Club OMG, Monarch, Cat Club o The EndUp con algunas de las direcciones para apuntar.

 

17. Tiendas, ‘sushi’ y espectáculos en Japantown

Ni Godzilla asustaría en Japantown; este diminuto barrio se ha enfrentado a las adversidades desde 1860 y ha conseguido derechos civiles con talento y estilo. Su último logro es la reinvención: mantiene sus baños tradicionales y leyendas del jazz, pero unidos al anime japonés y las zapatillas ninja psicodélicas.

Japantown, entre Haight y Marina, no es solo un barrio bonito. Esta comunidad desafió las órdenes de internamiento de los japoneses-estadounidenses durante la II Guerra Mundial, creando un precedente en los derechos civiles de EE UU. Japantown sigue innovando, lanzando a estrellas del jazz y estrenando películas y tendencias.

 

18. Secretos de Russian Hill y Nob Hill

En Russian Hill está la fuente de inspiración de la ciudad: jardines que son pura poesía, escaleras que inspiran misterios y el callejón en el que Jack Kerouac tecleó En el camino (On the road) en 20 días. En Nob Hill se desvelan secretos de Estado y los misterios del universo, pero los monzones de Tonga Room solo los entienden los que beben scorpion bowl.

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