Nepal

Texto por
Varios autores de Lonely Planet
Namche Bazar, distrito de Khumbu, Nepal
Olga Danylenko / Shutterstock

Para alejarse de todo, no hay lugar más apartado que los puertos de montaña del Himalaya, en Nepal.

Este país es el umbral a los picos más altos del mundo, un edén para senderistas, escaladores y aventureros. Si se aterriza en la cautivadora y culta Katmandú, en cuestión de horas los recién llegados pueden estar en los senderos, un paraíso de montañas y monasterios donde, por naturaleza, rige la distancia social.

La mayor escapada del mundo

Tras los estragos del Covid-19, el espacio personal es el requisito para viajar en el 2022, y Nepal lo concede con creces. Un 75% del país son montañas, y hay zonas enormes a las que solo se puede ir a pie o en vuelos internos que zigzaguean entre los picos. 

Huir del gentío es más fácil aquí que en otros lugares de Asia, gracias a la cuidadísima infraestructura senderista de Nepal. Poco después de aterrizar en Katmandú, se puede estar en un paraje con más yaks y yetis (si se cree en ellos) que personas. 

Patan, Katmandú
La antigua ciudad de Patan, en el valle de Katmandú © Skreidzeleu / Shutterstock

Variedad máxima

Comprimido entre la India y China, el diminuto Nepal yace a la sombra de los gigantes, pero lo que le falta de tamaño lo compensa con maravillas. Con una desconcertante variedad de paisajes, una pléyade de monumentos medievales y un fascinante crisol de culturas y costumbres hinduistas y budistas crean el antídoto perfecto contra el estrés de la vida moderna. No hay lugar en el mundo que en un espacio tan compacto ofrezca semejante variedad: tigres y templos, meditación y fiestas frenéticas, selvas y lunares paisajes de montaña. 

Begnas lake, Nepal
El lago de Begnas, en Lekhnath © Rojen Maharjan / Shutterstock

Un país al encuentro de la autoconfianza

Durante casi todo el s. XX, Nepal fue más famoso por los logros de alpinistas extranjeros, pero eso está cambiando rápidamente. Los mejores récords mundiales de alpinismo ahora recaen en jóvenes nepalíes como Nirmal “Nims” Purja, que subió los 14 picos del mundo de más de 8000 m en solo seis meses, dejando a todos con la boca abierta.  

En el siglo transcurrido desde el establecimiento de vínculos diplomáticos con Gran Bretaña –que salvaron a Nepal de la colonización– este diminuto país del Himalaya ha seguido adelante con el cambio social. A diferencia de sus vecinos, que han suprimido los derechos LGTB+, Nepal los abraza con orgullo, consagrando la igualdad en la Constitución y convirtiéndose en uno de los primeros países en permitir la autodeterminación legal de las personas trans. 

Anapurna sur
Vista del Annapurna Sur durante la mañana © Evgeny Gorodetsky / Shutterstock

Proteger el Himalaya

Con desafíos que van desde los terremotos al deshielo de los glaciares, la conservación y la protección son prioridades en Nepal. El dinero de los visitantes permite restaurar templos medievales y municipios dañados por el devastador terremoto del 2015, mientras la popularidad de los safaris turísticos ha ayudado a aumentar las poblaciones de tigres y rinocerontes en las selvas del Terai. Cambiar los perjudiciales paseos en elefante por rutas guiadas a pie en los parques nacionales es una manera más de que los viajeros tengan un impacto positivo. 

Yak en las montañas de Nepal
Yak en las montañas de Nepal © Galyna Andrushko / Shutterstock


 

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