Cuando te sientes sobrecargado por la ambición de cumplir todos tus deseos, mantener la calma puede ser complicado. Quítate ese peso de encima con la prácticas de un ritual que les dé una forma sólida y visible.
Las antiguas tradiciones chamanísticas de las tribus nómadas de Asia central no han desaparecido del todo. Los habitantes de la Turquía rural siguen usando árboles de los deseos para exponer sus esperanzas y sueños incumplidos. Atan trozos de tela en las ramas y las dejan como muestra de ziyaret (peregrinaje), creyendo que la brisa se llevará sus deseos y así estos terminarán convirtiéndose en realidad.
El árbol de los deseos tiene su origen en la historia antigua de la humanidad y en las creencias paganas que veneraban la naturaleza. En Turquía son las moreras las que suelen hacer la función de árboles de los deseos.
Más hacia Asia del este, el foco de este ritual recae en la higuera de Bengala, mientras que en Gran Bretaña el sicomoro y el espino, los árboles de la fortuna de los celtas, son los más valorados para cumplir sueños.
No hace falta creer en nada para usar un árbol de los deseos. A veces lo único que hay que hacer es verbalizar las esperanzas para recuperar el equilibrio en tu vida. Escribe tus deseos en una cinta y luego átala a la rama de un árbol, como si realizarás una ofrenda al mundo. Al expresarlos formalmente, quizá veas que hacerlos realidad no es tan complicado y que conseguirlos puede ser más fácil de lo que parece.
