Momias y misterios para celebrar Halloween y el Día de Muertos
Música tétrica, sonidos pavorosos, pasos en la oscuridad, crujidos y llantos, un grito espantoso… Sí, se acerca el día de los muertos, y el mundo se viste de Halloween. Estos son 10 lugares para morirse de miedo y sentir como el vello se eriza, para viajar y visitar a las momias más espeluznantes del planeta. Y una vez que el terror se haya apoderado de los viajeros, se puede celebrar esta fiesta refugiándose en una casa misteriosa…
Encontrarse con la mirada de un cadáver quizá no sea lo que busca el viajero, pero las momias pueden convertirse en una atracción mientras se viaja por el mundo. Un mundo en el que también existen los misterios y, quizá, los fantasmas.
1. Momias de Qilakitsoq, Nuuk, Groenlandia
Las momias más antiguas de Groenlandia se han conservado gracias a los secos vientos del Ártico. El más inquietante de estos inuits de 500 años es un bebé de seis meses enterrado vivo con su madre.
Las momias se pueden ver en el Museo Nacional de Groenlandia, en Nuuk.
2. La princesa de Ukok, Gorno-Altaysk, Rusia
Los brazos de esta mujer siberiana están cubiertos de tatuajes desde los hombros a las muñecas, y tienen un aspecto sorprendentemente moderno, teniendo en cuenta que murió hace dos milenios y medio.
La “princesa del hielo” de Siberia se exhibe en el Museo Anokhin de Gorno-Altaysk.
3. Ötzi, el hombre de los hielos, Bolzano, Italia
Este tirolés, el abuelo de las momias europeas, se conservó en un glaciar desde el 3300 a.C. Toma su nombre de los Alpes de Ötztal, donde fue hallado. Se cree que murió de forma violenta.
La momia se exhibe en el Museo de Arqueología de Bolzano.
4. Santa Catalina de Siena, Italia
La cabeza de santa Catalina de Siena se conserva en un relicario gótico. Fue devuelta a su lugar de nacimiento tras su muerte, en 1380.
La Basilica di San Domenico está a 300 m de Piazza del Campo en Siena.
5. El hombre de Bocksten, Varberg, Suecia
Los restos del hombre de Bocksten se extrajeron de un pantano en 1936. Este hombre del Medievo murió atravesado por una lanza y clavado al fondo de un lago.
El Halland Museum muestra el aspecto que debía tener el muerto.
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6. La Bella Durmiente de Palermo, Sicilia, Italia
El embalsamador hizo su mejor trabajo con Rosalia Lombardo, que murió de neumonía en 1920, aún muy joven.
Las catacumbas de Palermo contienen miles de cuerpos.
7. Los hombres de la sal, Teherán, Irán
En Irán se exhiben unos cadáveres increíblemente bien conservados, hallados en las minas de sal de Chehrabad. El más famoso es el barbudo Hombre de la Sal de Zanjan, del s. III, del que se han conservado la cabeza y una pierna gracias al entorno salobre.
El Hombre de la Sal de Zanjan puede verse en el Museo Nacional de Teherán.
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8. See Uey Sae Ung, Bangkok, Tailandia
Tras la ejecución del asesino caníbal See Uey Sae Ung se conservó su cuerpo en parafina para exhibirlo al público.
El cadáver, negro como el betún, se exhibe en el Museo Médico Siriraj de Bangkok.
9. Niños del Llullaillaco, Salta, Argentina
Estos escalofriantes niños incas, entregados en sacrificio a los dioses, encontraron su fin en lo alto del volcán Llullaillaco.
Se pueden visitar en el Museo de Arqueología de Alta Montaña de Salta.
10. Las momias de Guanajuato, México
El Museo de las Momias alberga desde víctimas del cólera a mujeres enterradas vivas o bebés vestidos de santos para facilitar su paso a la otra vida.
El Museo de las Momias de Guanajuato abre a diario.
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La Casa del Misterio de Winchester, California, EE UU
La Winchester Mystery House es un misterio sin resolver, con tantos giros argumentales como un thriller de Jason Bourne.
Construida sin parar las 24 horas del día durante 38 años, la casa tiene más de 160 habitaciones y toda suerte de peculiaridades, a destacar las vitrinas que dan a habitaciones, escaleras que primero suben y después bajan y chimeneas que no llegan al tejado. Vale, la casa parece encantada, pero también es un ejemplo excepcional de arquitectura de finales del s. XIX, incluidas las ventanas con vitrales de Tiffany y los pomos exquisitamente trabajados.
Sarah Winchester fue la única artífice de la casa. Heredera de la fortuna de rifles Winchester –“el fusil que se ganó al Oeste”–, al parecer se interesó por el ocultismo después de las muertes prematuras de su hijo y marido. Una médium le dijo que la mala suerte se debía a la sed de venganza de los espíritus de las víctimas de las armas Winchester. Pasó el resto de su vida intentando burlar a los fantasmas.
Sarah dejó su hogar en Connecticut y compró una casa de labranza en San José, California. Al parecer siempre llevaba un velo en la cara y despedía a aquellos empleados que la veían si él; un campanario repicaba a la hora de comer y de cenar pero también a medianoche y a las 2.00 –las horas de llegada y salida de los espíritus–. Cada noche dormía en un dormitorio diferente para que los fantasmas no la encontraran, y convirtió su casa en un laberinto para mantenerse a salvo. Algunos miembros del servicio doméstico afirmaban que cada noche hacía sesiones de espiritismo.
Es imposible no pensar en Sarah y en sus supersticiones cuando se pasea por la casa y la propiedad. En cada recoveco y pared, o en las claraboyas instaladas en el suelo, hay un recuerdo escalofriante de una mujer poseída por algo que jamás sabremos. Los empleados han informado de suelos chirriantes, olores a sopa de pollo procedentes de las cocinas y que se ha llegado a ver a personas que se parecen a los viejos empleados de la Sra. Winchester e incluso a la mismísima Sarah.
Es imposible visitarla sin sentir, como mínimo, un escalofrío. Se puede visitar en coche o en el autobús nº 60 VTA desde Santa Clara Station. Cada día se ofrecen visitas guiadas.
Más información en www.winchestermysteryhouse.com