48 horas en Bangkok

Templo Wat Mahathat, Bangkok, Tailandia
Telmo32 - Flickr

Son necesarios al menos dos días para poder descubrir lo más destacado de la capital tailandesa

Bulliciosa y multicultural, algo caótica y chocante al principio, pero con ese toque de exotismo encantador: en Bangkok se mezclan antiguos templos budistas, enormes palacios y concurridos mercados callejeros con enormes y lujosos centros comerciales, modernos trenes y una vibrante vida nocturna.

Con una población de más de nueve millones de habitantes y más de 1.500 kilómetros cuadrados de superficie, la capital de Tailandia es una ciudad en continua transformación, que siempre tiene algo nuevo que ofrecer al visitante en cada viaje. Te proponemos un itinerario para tratar de exprimir al máximo en apenas 48 horas: 

Día 1 

Una de la mejores formas de empaparse de cultura asiática, es comenzando el día como lo hacen ellos: con el Khao Tom, una contundente sopa de arroz al estilo tailandés, aderezada con cerdo, pollo o gambas. Después del desayuno, comienzamos el recorrido en la joya del país, el Gran Palacio Real, la que fuera residencia oficial del rey de Tailandia desde el siglo XVIII hasta mediados del siglo XX y que en la actualidad puede visitarse. (Cuidado al llegar, ya que suelen intentar llevarse a los turistas a dar un paseo en tuk-tuk con la excusa de que el Palacio se encuentra cerrado al público). Su recinto interior, contiene edificios destacados como el templo Wat Phra Kaew, donde se encuentra el famoso Buda de Esmeralda y un sorprendente edificio de estilo renacentista italiano, el Chakri Mahaprasad Hall. 

Muy cerca del Palacio se ubica el Wat Pho o Templo del Buda Reclinado, uno de los más grandes de la ciudad con más de 100 pagodas de diferentes estilos y dimensiones, además de multitud de patios y estancias en las que destacan sus incontables estatuas de Buda, además del centro para la enseñanza y conservación de la medicina tailandesa tradicional, donde es posible disfrutar de los tradicionales masajes tailandeses a precios muy económicos mientras se hace una parada para descansar y relajarse.

 Templo de Wat Pho © David Baxendale - www.flickr.com/photos/david_baxendale/9872127636

Hay que tener en cuenta que para entrar a la mayoría de los templos, las piernas y los brazos deben estar cubiertos y los pies siempre descalzos para entrar en el recinto de la oración.  

Tras parar a comer un khao pad (arroz frito con pollo o verduras) o un pad thai (tallarines de arroz con salsa de pescado y zumo de lima, entre otros ingredientes) en Thip Samai, uno de los restaurantes tradicionales preferidos por los locales, merece la pena tomar un long tail boat (barca tradicional de popa larga) en cualquier embarcadero y dar una paseo por los khlongs o canales del río de Bangkok, conocida como la “Venecia del Este”. También se pueden tomar barcos públicos más económicos, los Khlong Boats en Tha Chang, cerca de la esquina noroeste del Palacio Real. Los khlongs son laberintos de agua serpenteantes que se han convertido en una auténtica ciudad flotante en medio de la naturaleza y donde es muy recomendable pasar un par de horas explorando la zona y sus secretos.

 Mercado en los canales © Jules - www.flickr.com/photos/julialive/13494161784

Tras desembarcar en Chinatown, hay que darse una vuelta por sus calles, descubriendo templos escondidos como Wat Trai Mit, en Yaowarat Road.Esta es la principal arteria del barrio chino, que se transforma en un revoltijo de letreros luminosos y terrazas al aire libre al caer el sol. Los numerosos puestos de comida invaden las aceras ofreciendo todo tipo de productos frescos y comidas tradicionales chinas, aunque el marisco en todas sus versiones es el plato estrella para la cena. Algunos de los lugares recomendados para probarlo en esta calle son T&K o Krua Porn Lamai. Si se prefiere probar algo más peculiar, en Kuay Jab Nai Huan son especialistas en Kuay Jab, un plato hecho a base de grandes fideos de arroz enrollados con panceta crujiente, a veces con los intestinos y sobre todo servido en un caldo muy picante y que es difícil encontrar en otros rincones de la ciudad. 

Día 2 

Comenzar el día a orillas del río con un buen desayuno tailandés, que consiste en un bol de arroz llamado Jok con pollo o cerdo cocido y condimentado para continuar dando un paseo por el río Chao Phraya, es prácticamente obligatorio. Hay diferentes opciones para hacer el recorrido: desde tomar el económico Chao Praya Express Boat (una especie de barco-autobús), embarcaciones turísticas con guías locales hasta barcos de lujo con cena incluida. La primera opción es la más recomendada ya que a lo largo del río hay un gran número de embarcaderos públicos cerca de lugares de interés que merece la pena visitar, como el Wat Arun, el Templo del Amanecer, que se sitúa al otro lado del ríoy en el Museo Nacional de la Barcaza Real. Uno de los trayectos más comunes es comenzar en la zona del Gran Palacio hasta la parada de Sapan Taksin que conecta con el Skytrain y, por lo tanto, con la zona más moderna y menos turística de Bangkok y dónde se puede descubrir un lado desconocido de la ciudad.

 Vida en Chao Phraya © Reinhard Link - www.flickr.com/photos/129472585@N03/16778611890

Si es fin de semana, se puede visitar el famoso Mercado Chatuchack, uno de los más grandes de Asia con 15.000 puestos por los que pasan más de 200.000 personas al día. Entre este entramado de vendedores, se puede encontrar desde ropa, a souvenirs, pasando por comida y bebida tradicional, en los que además es posible probar manjares tan extraños como larvas o escorpión, donde es imprescindible practicar el arte del regateo y al que se puede llegar en Skytrain o en metro.

Otro de los lugares emblemáticos de Bangkok es la Casa-museo de Jim Thompson, una gran mansión decorada con los rasgos más significativos de la arquitectura tailandesa y sus elementos más tradicionales. Una visita para comprender la arquitectura e historia del país, que no deja a nadie indiferente debido a la impresionante decoración de los edificios y de los exuberantes jardines que conforman el complejo. 

Nadie puede irse de Bangkok sin haber paseado por Khaosan Road, la zona más popular entre los mochileros ya que en sus 400 metros de longitud, cuenta con gran cantidad de hoteles baratos, bares, tiendas, restaurantes, locales de masajes en los que relajarse tras un largo día de turismo y que destaca sobre todo, por su vibrante vida nocturna. Pocos saben que esta calle tan turística esconde lugares menos conocidos, pero impresionantes, como el centenario templo Wat Chana Songkram e incluso es posible toparse con una comunidad islámica y varias mezquitas pequeñas al noroeste. Además, esta avenida es una de las principales áreas de celebración del Songkran, el Año Nuevo Tailandés, que se celebra a mediados de abril con guerras de agua en plena calle. Ya que como dice la tradición aquí, el agua ayuda a limpiarse de todo lo malo sucedido en el año pasado. Es también un buen lugar para comer o cenar durante todo el año, ya que todos los días seinstala un improvisado mercado callejero con una variada oferta gastronómica de auténtica comida asiática realmente económica. 

 Khaosan Road © Celblau - www.flickr.com/photos/38476144@N07/6017609357

Si se prefiere disfrutar la cocina tailandesa con tranquilidad en uno de los lugares más lujosos y espectaculares, se puede acudir al restaurante Sirocco (aunque es necesario reservar con bastante antelación en su página web), uno de los mejores restaurantes de Tailandia, situado en la planta 63 del Hotel Lebua, ofreciendo unas vistas inigualables de casi 360 grados sobre la ciudad. 

Por último, después de cenar, se recomienda visitar el Mercado nocturno de Patpong, en Silom, no muy lejos del Sirocco, y otra de las zonas con más vida nocturna de la ciudad. En este mercado se venden todo tipo de artículos, aunque el principal reclamo son las falsificaciones de ropa, calzado, relojes… Si se prefiere un ambiente más tradicional y relajado, el Mercado de Suan Lum, cerca del Parque Lumphini, es la opción más acertada. Una zona en la que también hay multitud de restaurantes tailandeses con buena reputación, como el famoso Baan Khanitha, que ostenta varios premios gastronómicos.  

Bangkok es una ciudad en la que cada persona descubre algo nuevo, en cada calle, en cada esquina, puede haber un pequeño templo, un edificio diferente, un lugar con encanto. Ofrece atracciones para todos los gustos y bolsillos, desde restaurantes callejeros a terrazas impresionantes, centenarios templos, enormes centros comerciales, mercados nocturnos y combates de Muay Thai… Bangkok es una ciudad que guarda múltiples sorpresas esperando a ser descubiertas en cada viaje. 

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