Vevey, a orillas del lago Lemán en Suiza
Si existe una ciudad que despierta las ganas de descorchar una botella especial, esa ciudad sería Vevey, cómodamente acurrucada en la orilla norte del lago Lemán, con vistas que se extienden por encima de sus aguas cerúleas hasta los Alpes nevados que se alzan más allá. El primer vistazo ya descubre la raison d'être de Vevey: los viñedos en terraza que trepan por las laderas aportan la primera pista (sí, el vino) y la gigantesca escultura de un tenedor emergiendo del lago apunta a la segunda (la comida, oui!).
En el 2019 el atractivo de Vevey aumentará más que nunca cuando esta seductora ciudad suiza celebre la Fête des Vignerons, el gran festival de los viticultores que tiene lugar una vez cada 20 años, como manda la tradición. Quien quiera asistir debería ir buscando entradas ya mismo.
Celebrando la Fête des Vignerons
Los viticultores (y los amantes del vino) viajan desde muy lejos para asistir a este colosal festival de tres semanas, que en esta ocasión tendrá lugar del 18 de julio al 11 de agosto del 2019. Es una oda de música y danza dedicada a las cosechas abundantes, a la cultura vinícola y a las uvas grand cru; y uno de los festivales más grandes y más antiguos que existe en Europa en el que todo el mundo parece participar: desde músicos hasta bandas que desfilan, actores vestidos de época, bailarines de danzas populares y vacas adornadas con flores haciendo sonar sus cencerros. Los lugareños se unen a la fiesta como extras.
Uno de los desfiles de la fiesta Fête des Vignerons, Vevey, Suiza © www.fetedesvignerons.ch
La historia del festival se remonta al s. XVII, cuando la asociación vitivinícola Confrérie des Vignerons terminó su asamblea con una fiesta: un desfile hasta el lago seguido de un pequeño banquete. Pero a partir de aquellos humildes comienzos, el festival creció rápidamente en el s. XVIII, y la primera gran fiesta tuvo lugar en 1797 para honrar a los mejores viticultores de la región y sus vinos. Desde entonces no ha dejado de crecer, y en el 2016 el festival fue incluido en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco como ‘tradición viviente’.
¿Cuál es su atractivo actual? Quien tiene la suerte de conseguir entrada disfruta de una gran fiesta popular con desfiles temáticos y actuaciones inspiradas en las estaciones, las tradiciones vinícolas y el patriotismo; con conciertos de trompas de los Alpes y de corales, y también con catas. Cada día está dedicado a las tradiciones pastoriles de un cantón distinto. Las actuaciones tienen como escenario principal el auditorio elíptico de la Place du Marché, un escenario tan grande como una piscina olímpica, con capacidad para 20 000 personas. Y todo ello sin olvidarse del vino; ya que es una ocasión magnífica para pasarse por los restaurantes pop-up y las sesiones de puertas abiertas de las bodegas para probar algunos de los mejores tintos Pinot y blancos Chasselas de la región, algo que no pasa cada día.
La escultura del tenedor gigante que emerge del lago Lemán en la gastronómica Vevey, Suiza © Prachaya Roekdeethaweesab / Shutterstock
Explorando el Lavaux
Si no se consiguen entradas para el festival o si apetece descubrir la región a un ritmo más pausado en cualquier época del año, los viñedos de Lavaux, en los alrededores de Vevey, están declarados Patrimonio Mundial y son como un paraíso en la tierra para los enófilos. Son los viñedos más empinados del mundo, dispuestos en 40 niveles de terrazas y trepando por las colinas que se alzan, espectaculares, sobre el lago Lemán, con las vistas lacustres y alpinas de ensueño que cabría esperar. Si el viajero nunca ha oído hablar de estos viñedos es porque sus vinos, cosechados artesanalmente, son tan selectos y especiales, y se producen en lotes tan pequeños, que los suizos suelen quedárselos para ellos y son muy pocas las botellas que se destinan a la exportación.
Antes de visitar las caveaux (bodegas) para disfrutar de una petite dégustation (cata) es buena idea empaparse de la historia local y aprender un poco sobre vinos. Los romanos, amantes del vino, plantaron las primeras uvas en esta región, pero fueron los monjes benedictinos y cistercienses quienes, en el s. XI, se dedicaron a talar bosques para plantar más uvas y saciar su sed de vino. Dicen que estas uvas –unas de las mejores que hay en Suiza– están bendecidas por tres soles: el del cielo, el del lago y el que irradia calor desde los muros de piedra seca. En cuanto a las uvas en sí, la variedad más destacada es la chasselas, una uva muy antigua que produce vinos blancos crujientes con un toque mineral y nariz refrescante y cítrica. Los tintos afrutados (gamay, pinot noir y salvagnin) son solo un 20 % de la producción.
Trenes y rutas excursionistas atraviesan los pintorescos viñedos de Lavaux, Vevey, Suiza © Roman Babakin / Shutterstock
Es posible conducir por las sinuosas carreteras que resiguen la orilla del lago durante 40 km o tomar el tren panorámico, pero una opción todavía mejor para descubrir Lavaux es recorrerlo a pie. Por todas partes hay pequeños senderos que se adentran en los viñedos, pero existe una ruta excursionista muy recomendable de 11 km que va de St-Saphorin a Lutry con vistas maravillosas, pueblos bonitos y caves (bodegas) acogedoras a lo largo del alegre camino. Para iniciarse bien en los vinos de Lavaux es buena idea visitar Vinorama, en Rivaz. Situado en un búnker recuperado tras una reforma ultramoderna, este centro junto al lago resume el proceso del cultivo del vino a través de las estaciones y en su Espace Dégustation es posible catar muchos vinos diferentes.
Es posible que tanta cata abra el apetito, y en lo que a gastronomía se refiere, los rústicos auberges de la zona son oro puro. Es buena idea visitar el Auberge de la Gare, donde la cocina de temporada (destaca la perca local) se marida con vinos de Lavaux y se sirve en una terraza envuelta en parras y con vistas al lago. Si apetece más algo de tipo brasería, se puede ir al Auberge de Lavaux, en Lutry, por su atractiva terraza, sus vinos cuidadosamente seleccionados y sus filetes y pescados, deliciosamente preparados a la parrilla.
Prensa antigua de uva en un viñedo de la famosa región de Lavaux, Vevey, Suiza © sarenac77/ Shutterstock
Comer fuera en Vevey
De vuelta al centro de Vevey, repleto de callejones, la satisfacción no decae. El lago Lemán brilla con más estrellas Michelin que cualquier otro lugar de Suiza, y Vevey no es ninguna excepción. Si se está dispuesto a tirar la casa por la ventana, qué mejor lugar para hacerlo que en uno de los cinco restaurantes con estrella Michelin de la ciudad, entre los cuales destaca el fabuloso Denis Martin. El chef que le da nombre maravilla a sus comensales con los toques vanguardistas de su menú degustación de 20 platos, compuesto por pequeñas obras de arte comestibles y sabores hasta ahora desconocidos. Subiendo la apuesta un poco más, y una hora al oeste de la ciudad, está el Restaurant de l'Hôtel de Ville, en Crissier, con tres estrellas Michelin y dirigido por el ‘dios’ de la gastronomía Franck Giovannini.
Vevey cuenta también con un montón de excelentes restaurantes más ‘terrenales’. Uno de los locales de moda del momento es Tandem, un espacio minimalista de estilo retro-moderno que sirve desde brunchs gourmet hasta cócteles. El chef se enorgullece de los productos locales (tanto los ingredientes como los vinos). Para disfrutar de propuestas más tradicionales, destaca un acogedor bistró familiar llamado Le Mazot (buenas fondues y filetes).
Si todavía queda un hueco para acompañar el vino con un poco de fromage, o si alguien prefiere saltarse los primeros e ir directamente a los quesos, conviene pasar por Châtel-St-Denis, 13 km al noreste de Vevey, para disfrutar de la legendaria fondue moitié-moitié (elaborada con una combinación de quesos Gruyére y Vacherin Fribourgeois). Los dos restaurantes más destacados son negocios familiares, el ultra tradicional Café Tivoli y el más moderno La Crémerie, de estilo cafetería, con su laiterie (lechería) al lado.