Un recorrido en bicicleta por Vietnam

Escrito por
Andrew Bain, autor de Lonely Planet

9 Enero 2019
5 min de lectura
© Phuong_D.Nguyen_Shuttersrtock
Campos de arroz de Mai Chau, Vietnam

Ruta de Mai Chau, la esencia de Vietnam

Atravesar en bicicleta los magníficos bancales de arroz y las aldeas atemporales para contemplar una fascinante zona de Vietnam en su más pura esencia.

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Vietnam

 

En una estrecha pista a las afueras de Mai Chau, detengo mi bici para dejar pasar el tráfico. Un búfalo de agua avanza hacia mí ocupando por completo la pista. Su cría trota dócilmente tras él, seguidos por un anciano campesino. Por estos lares, esto es lo más parecido que me voy a encontrar a una furgoneta con sidecar y conductor.

Pedaleo por los valles que discurren como un delta desde la ciudad de Mai Chau, en el norte de Vietnam. Pirámides y bóvedas de piedra caliza sobresalen por encima de los valles, recreando una especie de bahía de Halong interior. Sin embargo, entre las montañas, el terreno es completamente llano, y los bancales de arroz resaltan las frondosas cumbres configurando el típico paisaje rural asiático. Es un entorno tan hermoso y, aun así, tan benévolo con mis piernas que parece haber sido diseñado por un ciclista.

 

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Valles de arrozales en Mai Chau, Vietnam © The South Wind / Shutterstock
Valles de arrozales en Mai Chau, Vietnam © The South Wind / Shutterstock

Durante dos días pedaleo por los valles sin rumbo fijo; mi objetivo no es cubrir una etapa, sino sumergirme en la vida rural del lugar. Las carreteras desembocan en pistas, que van a parar a caminos sin señalizar entre los diques de los bancales de arroz. Aquí no hay caminos vetados a la bicicleta.

 


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Me encuentro en plena estación de la cosecha de arroz, una época en la que los valles, recubiertos de interminables bancales de arroz, cobran vida. Al amanecer, nubes de humo se elevan de los campos cuando los trabajadores queman los rastrojos. Los recolectores, provistos de guadañas, chapotean por los campos anegados con los pantalones remangados hasta los muslos.

 

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Mai Chau, Vietnam © Radka Honzova / Shutterstock
 Mai Chau, Vietnam © Radka Honzova / Shutterstock

Por la mañana salgo temprano a gozar del relativo y húmedo frescor matutino. En los bordes que separan los bancales hay veredas pisoteadas que hacen las veces de pista para mi  bicicleta de montaña. La lluvia nocturna ha dejado un terreno lento y resbaladizo, pero no tengo prisa. Las vacas deambulan por los senderos, las gallinas corretean y un hombre conduce una bandada de patos hacia su casa. Los arrozales están salpicados de búfalos y recolectores encorvados, un archipiélago de sombreros cónicos en un mar pajizo de arroz. Los rostros se vuelven a nuestro paso. La rueda de mi bicicleta que resbala en el fango arranca sonrisas e incluso alguna carcajada. 

 

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Recolector de arroz y búfalo de agua, Mai Chau, Vietnam © TOM photographer / Shutterstock
 Recolector de arroz y búfalo de agua, Mai Chau, Vietnam © TOM photographer / Shutterstock

Durante unas cuantas horas, recorro los campos en bicicleta. Filas de pueblos amontonados se suceden al pie de las montañas. Los bordes de los caminos exponen maíz, taro, banana, mandioca y papaya, como si de una frutería se tratara, rellenando los pocos huecos del terreno que no están inundados de arroz.

Pedalear por aquí es fácil –es llano y sin apenas tráfico–, y solo hay que gozar de la libertad de fundirse con el entorno, claramente repartido entre la naturaleza y la agricultura: montañas cubiertas de frondosa selva y valles desprovistos de vegetación, salvo los cultivos y racimos esporádicos de bambú. 

 

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Familia thai, Mai Chau, Vietnam © photoNN / Shutterstock
 Familia thai, Mai Chau, Vietnam © photoNN / Shutterstock

Mai Chau es un destino turístico popular, pero, mientras me adentro en el país, el barniz turístico se desvanece. El camino atraviesa pueblos habitados por familias de los thai blancos, una etnia local cuyas casas se asientan sobre pilotes. Los trabajadores empujan bicicletas sobrecargadas de plantas de arroz sin perder la sonrisa, aunque para mí solo verlos ya resulta agotador. 

En poco tiempo, consigo algo impensable: sigo una carretera que sube hasta el borde del valle en busca de buenas vistas. La carretera es cada vez más empinada y mis piernas dejan el valle atrás, aunque en otros muchos sentidos el valle aún me acompaña. En las laderas hay un sinfín de pueblos, y los arrozales se extienden por las colinas, rodeados ahora de bosques. 

 

 

De una escuela sale un tropel de niños, concluida ya su jornada escolar. Una infantil multitud se aglomera en la carretera, y yo suelto gruñidos a modo de broma. Los niños se dispersan como una bandada de pájaros, chillando y riendo, y luego vuelven a arremolinarse, aguardando con ojos traviesos una nueva ocasión. Cuando finalmente reemprendo mi camino, los niños pedalean a mi alrededor y me retan a una carrera. Sus bicicletas tienen una marcha, la mía 27. Muy pronto los dejo atrás. 

 

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Estudiantes en bicicleta, Mai Chau, Vietnam © Vietnam Colors / Shutterstock
 Estudiantes en bicicleta, Mai Chau, Vietnam © Vietnam Colors / Shutterstock

Colina arriba, me quedo atascado tras una motocicleta que baja hacia el valle. A ambos lados le cuelgan alforjas de mimbre y unos cerdos se apretujan en el interior. Sigo a la motocicleta mientras los cerdos me miran desde su celda. 

A la mañana siguiente, el canto del gallo resuena mucho antes del amanecer, haciendo más fácil el temprano comienzo. Abandono la casa donde he dormido mientras la niebla del amanecer flota en los valles, ciñendo las montañas como una bufanda. 

En esta jornada pretendo alejarme de Mai Chau y sumergirme aún más en el entorno rural. Pistas de cemento y caminos de tierra discurren sinuosos por los arrozales, conduciéndome a rincones remotos que no habría conocido de no ir en bicicleta. 

 


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Las montañas se ciernen y los valles se estrechan, y yo atravieso un pueblo tras otro, todos llenos de vida; perros, gallos, patos y niños se arremolinan como motas de polvo. Una anciana sentada junto al camino masca nueces de betel mientras sus búfalos pastan alrededor. No parece percatarse de mi presencia. 

Esta jornada es una versión ampliada de la anterior, pero me siento como si pudiera pedalear así para siempre, contemplando la secuencia continua de las estaciones, el arroz, las aldeas y la gente de mi propio tiempo.

 

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Bicicleta, Mai Chau, Vietnam © God of rain / Shutterstock
 Bicicleta, Mai Chau, Vietnam © God of rain / Shutterstock

Hoja de ruta

  • Inicio/Final Mai Chau
  • Distancia Flexible. Entre 5 y 50 km, no hay rutas establecidas.
  • Cómo llegar Mai Chau está a 3-4 horas en coche al oeste de Hanói.
  • Alquiler de bicicletas Preguntar a las familias que ofrecen alojamiento de Mai Chau y alrededores.
  • Circuitos Mai Chau Lodge (www.maichaulodge.com) y Mai Chau Ecolodge (www.maichau.ecolodge.asia) ofrecen circuitos para los huéspedes.
  • Dónde alojarse Las estancias con familias en Pom Coong, aldea de los thai blancos, son una estupenda alternativa a la cercana Mai Chau.
  • Dónde beber El elegante bar de la azotea anexo al Mai Chau Sunset Hotel ofrece el perfecto final a un día de pedaleo.
  • Cuándo ir Septiembre y octubre son los mejores meses para practicar el ciclismo, durante la cosecha del arroz.

 

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