Visitar la Isla de Gorée, la excursión ideal de un día en Dakar

Texto por
Regis St. Louis, autor de Lonely Planet
Playas de Dakar, muy cerca de la Isla de Gorée, Senegal
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Île de Gorée, una isla tropical muy cerca de Dakar, Senegal

Dakar, una de las ciudades más dinámicas de África Occidental, ofrece una embriagadora combinación de playas soleadas, mercados pintorescos y locales nocturnos a ritmo de mbalax de donde los juerguistas, muy bien vestidos, emergen al alba cuando la primera llamada a la oración se extiende por el paisaje de palmeras. La capital de Senegal es también la puerta de entrada a la Isla de Gorée, una adormilada isla tropical a tan solo 3 km de los rascacielos del centro urbano.

Destino Senegal

 

La Isla de Gorée, de 28 Ha, con calles de arena libres de coches y edificios coloniales envueltos en buganvilia, marca un contraste espectacular con el urbanismo desaforado de Dakar y es una excursión excelente para hacer en un día.

Las casas de tonos pastel, la reluciente línea de playa y las bellas vistas poseen un encanto innegable. Sin embargo, su tranquilidad oculta un pasado atroz construido sobre el tráfico de esclavos; la isla es el vivo recuerdo del sinfín de víctimas que por ella pasaron durante el período más trágico de África.

 

Isla de Gorée, cerca de Dakar, Senegal

Île de Gorée contrasta llamativamente con la agitación urbana de Dakar, capital de Senegal ©  Anze Furlan / Shutterstock

 

Cómo llegar a la Isla de Gorée desde Dakar

A la isla se llega con un fácil trayecto de 20 min en ferri desde la terminal principal de ferris de Dakar, la Gare Maritime, al norte del distrito de Plateau. Salen ferris cada 90 min de 7.30 a 22.30, y los domingos hay más salidas. 

Si bien la mayoría de la gente visita la isla como excursión de un día desde Dakar, hay varios alojamientos interesantes para pasar la noche. Villa Castel es una encantadora pensión ecológica cerca del centro de Gorée, con habitaciones dobles a partir de 70 €. A un corto paseo al sur de la Maison des Esclaves, Maison Augustin Ly ofrece habitaciones frescas en una casa clásica, del s. XVIII, rodeada de buganvilia; tiene dobles a partir de 55 €.

 

Isla de Gorée, cerca de Dakar, Senegal

Las pintorescas calles sin coches de la Isla de Gorée son perfectas para pasear © Nowaczy / Shutterstock

 

Explorando la Isla de Gorée

Dejando a un lado los enclaves conmemorativos de la isla, de los que hablaremos después, sus fotogénicas calles apenas conservan evidencias de su oscuro pasado.

La actual Île de Gorée alberga una dinámica comunidad artística, y no hay que ir muy lejos para dar con pinturas, tallas y esculturas únicas, que son obra de varios artistas locales. Pintores y artesanos muestran sus obras al aire libre, y en el marché artisanal, en el lado sur de la isla, venden bisutería, máscaras, tejidos y otros tesoros. Desde allí se pueden visitar las ruinas de Fort Saint-Michel, donde también se venden piezas de artesanía y hay magníficas vistas de la isla.

 

Isla de Gorée, cerca de Dakar, Senegal

Artistas locales muestran sus obras al aire libre en la Isla de Gorée © Taricks / Shutterstock

 

Tras un paseo bajo el ardiente sol senegalés es buena idea refrescarse con un buen chapuzón en el mar. La pequeña playa junto al ferri es el mejor sitio para relajarse, y el quiosco alquila sillas y parasoles. Si hay hambre, se puede pedir marisco a la parrilla o platos senegaleses en una de las sencillas casas de comidas con vistas a la playa, bien acompañados por una Gazelle bien fría, la cerveza de tipo lager senegalesa.

 

Historia de la Isla de Gorée

Gracias a su posición estratégica, la isla de Gorée fue muy codiciada por los primeros colonialistas europeos, y a lo largo de los siglos cambió de manos docenas de veces. En 1444 fue localizada por el navegante portugués Dinís Dias, que la bautizó con el nombre de ‘Palma’. Al cabo de unos años, los portugueses crearon allí un puesto comercial y construyeron una iglesia y un cementerio. Los holandeses llegaron a principios del s. XVII, echando a los portugueses, aunque estos continuaron batallando por la isla, junto con los ingleses y los franceses. Fueron estos últimos quienes, en el s. XVIII, se hicieron con el control de la isla.

 

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La pequeña playa y las coloridas casas coloniales de Île de Gorée  © Tuul & Bruno Morandi / Getty Images

 

¿Por qué tantas escaramuzas por el control de una isla tan pequeña sin una fuente fiable de agua potable? Gorée era clave en el ansia europea por el control del comercio de esclavos. Aunque no existe una cifra consensuada sobre cuantos seres humanos cautivos pasaron por la isla, Gorée estuvo estrechamente vinculada a la esclavitud de 1536 a 1848, año en el que los franceses la abolieron. 

Tras la fundación de Dakar en 1857, Île de Gorée entró en declive y su población cayó en picado. En el siglo siguiente no fue más que un páramo, aunque en 1913 se inauguró en ella un destacado centro de formación de maestros. Muchos de sus graduados ayudarían después a liderar el impulso por la independencia de Senegal (conseguida en 1960). En 1944, el gobierno colonial francés declaró la isla enclave histórico, prohibiendo la nueva edificación, y en en 1978 Gorée fue inscrita en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.

 

La Maison des Esclaves

Previamente a la abolición de la esclavitud existían docenas de almacenes donde se encerraba a los cautivos africanos antes de transportarlos en barco al ‘nuevo mundo’. La Maison des Esclaves (casa de los esclavos) es uno de los trágicos focos de atención de más de tres siglos de sufrimiento. Construido en la década de 1780, es el edificio más antiguo de la isla, y el más impactante.

 

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La Maison des Esclaves y, al fondo, la ‘puerta a ninguna parte’ © arcangela / Shutterstock


La casa, de dos plantas, tiene una doble escalinata curvada que sube a la primera planta, donde residían sus propietarios. Los grilletes de hierro, los mosquetes y otros objetos allí expuestos recuerdan el horror del pasado. En la planta baja hay pequeñas salas sin apenas luz que servían como celdas de reclusión. Una ‘puerta a ninguna parte’ conectaba las celdas con el mar, punto de embarque y de no retorno de hombres, mujeres y niños inocentes que eran arrancados de su tierra para siempre. Aunque los historiadores debaten si realmente los cautivos cruzaban esta puerta para ser embarcados, su simbolismo es desgarrador y ha impactado a muchos visitantes de la isla, incluido Nelson Mandela, que se conmovió hasta las lágrimas durante su visita en 1991. Otros visitantes famosos de la isla han sido Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton, además del papa Juan Pablo II, que pidió perdón en nombre de los misioneros católicos involucrados en el comercio de esclavos. 

 

IFAN Historical Museum

En el extremo norte de la isla se alza Fort d’Estrées, una imponente ciudadela construida a mediados del s. XIX para proteger el puerto. Nunca se utilizó para combatir, aunque sirvió como prisión civil antes de 1976.

 

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Construido en la década de 1850 para defender el puerto de la isla, Fort d’Estrées alberga hoy el IFAN Historical Museum. © Antpun / Shutterstock

 

Hoy, sus robustos muros albergan un pequeño museo de historia, el IFAN Historical Museum. Las exposiciones abarcan muchos temas, desde la época paleolítica hasta la lucha por la independencia de Francia en el s. XX. Las muestras más evocadoras están dedicadas al rol de la isla en el tráfico de esclavos. En el exterior del museo unas escaleras suben a la muralla, que regresa al presente con las vistas de los edificios modernos de Dakar en el horizonte.


Isla de Saint-Louis, en el extremo norte de la costa de Senegal, el África tranquila

 

 

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