El escritor más conocido de Bosnia, Ivo Andrić (1892-1975), ganó el Nobel de Literatura en 1961. Su épica novela, el clásico Un puente sobre el Drina (1945), es un relato de extraordinaria agilidad psicológica; repasa 350 años de historia bosnia a través de los ojos de quienes habitan Višegrad. Su Crónica de Travnik (1945), también reflexiva e intimista, retrata la vida de la ciudad mediante dos cónsules de Travnik del s. XIX. Otro clásico de la época yugoslava que se centra en tiempos otomanos es El derviche y la muerte (1966), de Meša Selimović, obra que muchos consideran de igual calidad que las de Andrić.
Hay muchos ensayos y poemas que exploran la difícil temática del conflicto de la década de 1990 y que a menudo versan tanto sobre los horrores vividos como sobre la humanidad de las víctimas. Entre las colecciones recomendables están Sarajevo Marlboro (1994), de Miljenko Jergović, y Sarajevo Blues (1992), de Semezdin Mehmedinović. También resulta interesante la novela Esquirlas (2011), de Ismet Prcic.
El director más famoso de Bosnia es Emir Kusturica, nacido en Sarajevo. Ha ganado dos veces la Palma de Oro, por Papá está en viaje de negocios (1985) y por Underground (1995). Su último largometraje, En la Vía Láctea (2016), fue en parte filmado en la zona de Trebinje.
El bosnio Danis Tanović se llevó un Óscar por En tierra de nadie (2001), sobre la relación entre dos soldados, uno musulmán y otro serbio, atrapados en una trinchera durante el asedio de Sarajevo. Go West (2005) aborda el tabú de la homosexualidad; es la historia de amor en tiempos de guerra entre un serbobosnio y un bosniaco. Gori Vatra (2003) es una comedia negra ambientada en la ciudad bosnia de Tešanj, justo después de la guerra, y parodia el intento de ocultar la corrupción y crear una fachada de integración étnica ante el anuncio de una visita de Bill Clinton.
El documental Los puentes de Sarajevo (2014) dio a 13 influyentes directores la oportunidad de aportar su visión sobre la capital de Bosnia y lo que ha representado en el s. XX.
El sevdah (música tradicional bosnia) es típicamente un canto a la tristeza y a la pérdida del amor, aunque en su día también fue utilizado como música de cortejo. Hay un museocafé dedicado al sevdah en un antiguo caravasar de Sarajevo. La capital también celebra anualmente un festival de 'jazz' (www.jazzfest.ba; ppios nov). En julio, en Banja Luka tiene lugar el Demofest (051-220 750; www.demofest.org; jul), con multitud de grupos de garage rock y música alternativa.
La cocina casera se basa en guisos contundentes de carne, y el plato rápido más común son los ćevapi (albóndigas de cerdo o ternera). En casi todos los pueblos habrá al menos una pekara (panadería), con bollería, pan y bureks (empanadas de carne o queso), que también venden en locales específicos buregdžinica La oferta para vegetarianos es limitada. De postre, se impone pedir tufahije: manzanas cocidas rellenas con una pasta de nueces y con nada montada.
El café es parte esencial de la experiencia gastronómica. Abunda el buen expreso, y casi siempre por apenas 1 BAM; también merece la pena saborear el café bosnio más tradicional, hecho al estilo turco y muy bien servido. El vino de Herzegovina está infravalorado; se recomiendan el vranac y el blatina, dos tintos. Algunas cervezas locales son excelentes, y cada vez se ven más cervezas artesanales. También hay que probar el rakija (un licor de frutas fuerte, similar al brandi).
El 24 de junio de 1981 seis adolescentes de Međugorje, Herzegovina, tuvieron una visión que consideraron una aparición de la Virgen. Como resultado, esta modesta zona productora de vino se ha transformado en un desbordante centro de peregrinación católico, aunque Roma aún no ha reconocido oficialmente la autenticidad de las visiones. La colina de la aparición (Brdo Ukazanja), donde tuvieron lugar las visiones, se encuentra 3 km al sur del núcleo central de Međugorje, la iglesia de San Jaime. Una estatua blanca de la Virgen María señala el lugar.