Melilla rebosa historia, pero no una historia tan dilatada ni tan profunda como cabría imaginar. Pese a que el enclave donde se alza la ciudad ha permanecido habitado desde hace más de 2000 años, la vieja ciudadela no se empezó a levantar hasta después de la conquista española, en 1496, y su construcción constó de cuatro fases. Hasta el final del s. XIX prácticamente toda Melilla quedaba contenida dentro de una única e inexpugnable fortaleza.
Las fronteras actuales quedaron definidas por medio de diversos tratados con Marruecos entre 1859 y 1894, el último de los cuales se firmó tras un fallido asedio de rebeldes bereberes del Rif. El método para establecer la superficie de Melilla consistió en disparar un proyectil de cañón y ver hasta donde llegaba. En los años siguientes hubo más enfrentamientos con los rebeldes bereberes hasta que el protectorado español consolidó su poder en 1927. En 1936 Franco voló hasta Melilla desde las islas Canarias para desatar la Guerra Civil. Los políticos locales siguen siendo de derechas.