Estas extensas cuevas, muy bien restauradas, se utilizaban en el pasado como almacén y también como refugio durante los asedios, y dan a una pequeña playa bajo los acantilados. Los fenicios fueron los primeros en excavar los túneles; los ocupantes más tardíos los ampliaron y ahora se extienden por tres niveles. Su mantenimiento es muy meticuloso y están bien iluminadas, lo cual, por desgracia, les resta una buena parte del misterio. Un breve documental y un circuito guiado (todo en español) detallan la historia de las cuevas y los túneles que conducen hasta la cara del acantilado. Hay seis circuitos guiados al día, tres los domingos.