El viajero debe llevar siempre el pasaporte encima por si la policía se lo pide, sobre todo en las zonas fronterizas. En caso de ser arrestado, se tiene derecho a un intérprete (dierminéas) y/o un abogado (dikigóros).
Las leyes griegas sobre drogas son las más estrictas de Europa. Los tribunales del país no hacen distinciones entre posesión y tráfico. Incluso la posesión de una pequeña cantidad de marihuana puede acarrear pena de cárcel.
En algunos bares y clubes nocturnos de Atenas, así como en los complejos vacacionales más fiesteros, sirven bebidas, conocidas como bombes, con resacosos licores de garrafa.
En algunos complejos vacacionales baratos de circuitos organizados también son habituales los casos de adulteración de las bebidas con alcohol o drogas; hay que mantener siempre la mano sobre la boca del vaso. En muchos casos los responsables son otros turistas extranjeros.
La touristikí astynomía, presente en ciudades y destinos turísticos populares, colabora con la policía normal. Al menos un miembro de cada comisaría habla inglés. Hoteles, restaurantes, agencias de viajes, tiendas turísticas, guías turísticos, camareros, taxistas y conductores de autobús están bajo la jurisdicción de la policía turística. Si se tiene alguna queja sobre estos colectivos, hay que dar parte a esta policía para que lo investigue. Para denunciar un robo o la pérdida del pasaporte, primero hay que ir a la policía turística y ellos actuarán como intérpretes entre el viajero y la policía normal.