Disfrutar de buena salud durante el viaje depende de los preparativos antes de partir, del cuidado diario durante la estancia y de la manera como se gestiona cualquier problema médico que pueda surgir. Hungría es un país fácil: se puede acceder al momento a cualquier tipo de medicación (aunque si se necesitan medicinas con prescripción médica, lo mejor es llevarlas desde casa) y ofrece pocos riesgos de salud.
Los ciudadanos de la UE pueden solicitar una European Health Insurance Card (EHIC) en los centros médicos para así poder acceder a la atención sanitaria pública, pero no cubre la repatriación (sea o no urgente). Los ciudadanos extracomunitarios deberían averiguar si hay algún tipo de acuerdo sobre asistencia sanitaria gratuita entre su país y Hungría.
En Hungría, los extranjeros tienen derecho a servicios de ambulancia y primeros auxilios solo cuando han sufrido un accidente y requieren asistencia sanitaria inmediata; el tratamiento posterior y los medicamentos han de pagarse.
De necesitar un seguro de viaje, primero hay que averiguar si la póliza paga los gastos de salud en el extranjero directamente a los proveedores o los reembolsa más tarde. Se recomienda la primera opción porque así no hay que adelantar dinero en Hungría; si se opta por la segunda, hay que guardarse toda la documentación.
Para ir a Hungría no hace falta vacunarse pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los viajeros protegerse contra la difteria, tétanos, sarampión, paperas, rubeola y poliomielitis, independientemente del destino.
La encefalitis por garrapatas, una infección peligrosa del cerebro causada por las kullancs (garrapatas), que se ocultan bajo la piel, es un problema habitual en algunas zonas de Hungría. Los campistas y excursionistas deberían vacunarse si van a Transdanubia y Alta Hungría entre mayo y septiembre.
La enfermedad de Lyme es otra infección transmitida por garrapatas que no es desconocida ni en Europa central ni en Europa del Este. La enfermedad se suele manifestar con un sarpullido extendido por la zona de la mordedura y viene acompañada de fiebre, dolores de cabeza, fatiga extrema, dolor de articulaciones y músculos, y moderado agarrotamiento del cuello. Si no se tratan, a las pocas semanas, estos síntomas desaparecen pero, en semanas o meses posteriores, se podrían sufrir trastornos del sistema nervioso, corazón y articulaciones. Si se sale a caminar por el bosque conviene protegerse con pantalones largos y camisas de manga larga.
Los mosquitos son una verdadera plaga en los lagos y ríos de Hungría en verano, de modo que hay que equiparse con un repelente de insectos con base de DDT y vestir camisa y pantalón largo cuando se acerca la puesta de sol.
El número de personas registradas con sida o VIH positivo en Hungría es relativamente bajo (unas 1100), aunque los epidemiólogos húngaros calculan que el número real de personas con VIH positivo podría ser de 3000 o más. Dicho número podría multiplicarse considerablemente ya que Budapest sostiene el nada honorable título de “capital de la industria del sexo en Europa del Este y central”. En Budapest se puede pedir más información sobre sida en la Anonymous AIDS Association (1-466 9283; www.anoni maids.hu; XI Karolina út 35/b; 17.00-20.00 lu y mi, 9.00- 12.00 ma y vi; 61).
En Hungría se puede beber agua del grifo sin problema.
Antes y durante el viaje recomendamos que cualquier información relacionada con seguridad, salud, trámites administrativos como la expedición de visados, etc. sea verificada con el Ministerio de Asuntos Exteriores del país del viajero.