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La catedral de Milán es un digno reflejo de la ambición y el brío creativo de la ciudad. Iniciada por Gian Galeazzo Visconti en 1386, al principio el proyecto fue considerado inviable. Hubo que construir canales para transportar el mármol rosa de Candoglia hasta el centro de la ciudad e inventar nuevas tecnologías para adaptarsea sus insólitas proporciones. Hoy su fachada de un blanco perlado deja a la multitud boquiabierta con su detallismo. www.duomomilano.it