El Vaticano, el estado soberano más pequeño del mundo, se extiende en torno a la basílica de San Pedro y atesora admiradas obras de arte, muchas de ellas en los Museos Vaticanos, donde se encuentra la Capilla Sixtina. Alberga además restaurantes caros y tiendas de recuerdos. El cercano Castel Sant’Angelo domina el barrio de Borgo y el lujoso Prati ofrece excelentes hoteles, restaurantes y tiendas.

Lo mejor en un día

Para evitar colas, conviene llegar al amanecer a los Museos Vaticanos, que albergan una de las mejores colecciones de arte del mundo. Resulta imposible verlo todo en una visita, pero no hay que perderse el Cortile Ottagono, que contiene increíbles esculturas clásicas, los frescos de las Stanze di Rafaello y, naturalmente, la Capilla Sixtina. Luego, se toma un almuerzo ligero Il Sorpasso.

Después de comer, se va a la plaza de San Pedro, espectacular antesala de la basílica de San Pedro, la iglesia principal del Vaticano. Se explora el impresionante interior revestido de mármol y se sube a la cúpula antes de bajar por Via della Conciliazione para rematar la tarde en el emblemático Castel Sant’Angelo.

A la hora de cenar se saborea cocina romana moderna en el Ristorante L’Arcangelo y se despide el día con un concierto en la meca del jazz Alexanderplatz.