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Dominando la ciudad, esta fortificación repetidamente restaurada evoca poder y sangrientas batallas. El castillo data de mediados del s. XI, cuando los árabes aún gobernaban Lisboa y la fortaleza era el centro de su alcáçova (alcazaba). Desde entonces, ha visto a cruzados cristianos (que lo conquistaron en 1147), a la realeza (que vivió en él entre los ss. XIV y XVI), a convictos, batallas, coronaciones y hasta un terremoto. www.castelodesaojorge.pt