Como pasa en cualquier otro país, los extranjeros que estén en Rumanía están sujetos a las leyes locales. Si bien la embajada o el consulado del viajero es la mejor opción a la que recurrir en caso de emergencia, conviene recordar que no se le puede pedir que no se apliquen las leyes rumanas a extranjeros, que no se investigue un delito, asesoramiento legal, que se persone en causas civiles o penales, que saque a personas de la cárcel o dinero prestado.
Un cónsul puede expedir un pasaporte provisional, contactar con familiares y amigos, ayudar a realizar una transferencia, proporcionar listas de médicos, abogados e intérpretes de confianza, y visitar a un conciudadano detenido o encarcelado.
La policía rumana se muestra muy recelosa ante cualquier tipo de consumo de drogas ilegales (cannabis incl.), así como ante muestras evidentes de ebriedad en la vía pública.
Antes y durante el viaje recomendamos que cualquier información relacionada con seguridad, salud, trámites administrativos como la expedición de visados, etc. sea verificada con el Ministerio de Asuntos Exteriores del país del viajero.