El Lado de Petrogrado es un lugar fascinante que incluye la fortaleza de San Pedro y San Pablo y un impresionante conjunto de edificios modernistas en su avenida principal. El Lado de Víborg es famoso por el papel que tuvo en la historia soviética; un paseo por su fascinante paisaje posindustrial atrae a los viajeros saturados de tanto palacio.
El punto de interés más llamativo de esta zona es la fortaleza de San Pedro y San Pablo. Se puede pasar la mañana explorando este enclave donde se fundó San Petersburgo, con museos, la gran catedral y las vistas panorámicas; y luego pasear por la avenida principal de Bolshoy pr, llena de tiendas, restaurantes y arquitectura fascinante.
Después de comer, se visita alguno de los excelentes museos del distrito: el posindustrial Museo de Arte Urbano; el interesante Centro de Restauración del Hermitage; y el detalladísimo Museo de Historia Política. Salvo este último, el resto están bastante lejos, por lo que solo se podrá visitar uno.
En estas zonas de las afueras escasean los restaurantes, bares y locales de ocio; pero cenar en Chekhov o Staraya Derevnya siempre es un acierto, pues ambos sirven buena comida típica rusa en un ambiente delicioso.