Esta parte de la ciudad fusiona el mercado de abastos y los ruidosos puestos callejeros que rodean la Basilica di San Lorenzo con la amplia Piazza San Marco, donde están la Universidad de Florencia y un museo monástico. Entre ambos sectores se erige la estatua más famosa del mundo, el David, toda una experiencia sensorial cargada de dinamismo urbano y arte que eleva el espíritu.
Se empieza con un buen café en Ditta Al Cinema y se va andando hasta el Mercato Centrale: no hay mejor parte en la ciudad para sumergirse en su dinámica cotidianidad urbana que este mercado cubierto desbordante de energía. Tras deambular entre sus puestos de comida y aceite de oliva toscano, se pone rumbo a las siguientes paradas: la Basilica di San Lorenzo, la Biblioteca Medicea Laurenziana y el Museo delle Cappelle Medicee; los dos últimos solo abren por la mañana.
Una vez apreciada la opulencia de los Médicis, se va a San Marco, donde la visita al Museo di San Marco recompensa con los frescos de Fra’ Angelico; el museo cierra a las 13.50. Luego se toma algo ligero en Pugi o se almuerza tarde con florentinos elegantes en La Ménagère.
La tarde se pasa en la Galleria dell’Accademia, admirando el David de Miguel Ángel. Después toca un gelato en la heladería artesana más en boga del momento, My Sugar. La noche se dedica a la cocina toscana de Antica Trattoria da Tito y los cócteles artesanos de Lo Sverso.